dORMIDA plácidamente y, por supuesto, ajena a los flashes de las cámaras que pululaban a su alrededor, Eider Egues Bilbao protagonizó ayer una sesión fotográfica en toda regla. La ocasión lo merecía. Por casualidades de la vida, esta pequeña, de madre bermeotarra y padre de Iruñea, se ha convertido en el primer bebé que ha venido al mundo en el nuevo hospital comarcal de Debagoiena. El alumbramiento tuvo lugar a las 7.20 horas del domingo.
"Todo ha salido perfectamente", explicaba ayer sonriente la ama de Eider, Olatz Bilbao, mientras miraba con ternura a su segunda hija, fruto de su matrimonio con Roberto Egues.
A las dos de la madrugada del domingo y cuando los síntomas de que la nueva miembro de la familia estaba a punto de llegar eran más que evidentes, Olatz y Roberto partieron rumbo a la villa cerrajera desde la localidad vizcaina de Bermeo, donde residen. "Prácticamente tardamos el mismo tiempo en llegar al hospital de Cruces (Bilbao) que al de Arrasate", comentaban al unísono los aitas de Eider. Lo que no sabían es que para su "grata sorpresa" iban a estrenar instalaciones y una unidad materno-infantil que en la cuarta planta del edificio alberga once habitaciones, cinco de ellas individuales y seis dobles.
"Mi primer parto fue un poco duro", relataba Olatz. Entonces dio a luz por cesárea a una niña: Haizea, que está a punto de cumplir tres años. En este segundo embarazo, la matrona le derivó al centro hospitalario arrasatearra donde le han realizado los últimos controles. Sin embargo, para esta ocasión Olatz decidió vivir el parto de forma natural. Sin ayuda de la anestesia epidural. "Veníamos en busca del protocolo que se sigue en Arrasate. Durante el parto se han adaptado en todo momento a mi ritmo, sin prisas. Todo ha ido de maravilla", detallaba Olatz. "La niña ha pesado 3,1 kilos", añadía un orgulloso Roberto.
"El hospital está muy bien, las habitaciones son muchísimo mejores que las del viejo y el trato del personal sanitario es estupendo", aseguraba el matrimonio tras recibir un ramo de flores de manos de Ana Guisasola, la supervisora de la unidad materno-infantil, que también informó de que estaban "a punto de nacer" otros cuatro bebés.
Sin duda, una de las joyas del nuevo centro hospitalario de Debagoiena, que desde ayer tiene todas sus especialidades a pleno rendimiento, es el servicio destinado a las embarazadas con unas dependencias más individualizadas, tres habitaciones paritorio, una cama para dar a luz de última generación y una bañera, la primera de estas características que Osakidetza incorpora a la red pública, para atender el proceso natural del nacimiento del bebé en el agua, entre otras prestaciones.
80 casos en urgencias el sábado
Dos apendicitis
El sábado a las 8.00 de la mañana se inauguró el primer servicio del nuevo hospital: las urgencias. Durante las primeras 24 horas se atendieron 80 casos, "lo normal para una jornada sabatina; una cifra similar a la que se registró el domingo", señalaba ayer el jefe de esta unidad, Alejandro Masie, que en plan anecdótico tuvo que ejercer de guía para satisfacer la sed de curiosidad de "dos vecinos" que se acercaron a conocer las instalaciones.
Desde las 10.00 horas hasta las 22.00 horas el personal de urgencias lo integran tres médicos y otras tantas enfermeras. En el siguiente turno, hasta las 10.00 horas del día siguiente, el equipo pasan a formarlo dos facultativos, uno o dos residentes y dos enfermeras, según expuso Masie.
Junto con las urgencias, que disponen de once boxes -uno de ellos para aislamiento y otros dos más para reanimación-, el sábado se aprovechó, igualmente, para trasladar a los pacientes ingresados en el viejo hospital. Además, las dos primeras intervenciones quirúrgicas, derivadas desde urgencias, fueron sendas operaciones de apendicitis que el domingo se realizaron a una mujer sobre las 17.00 horas y a un adolescente, pasadas las 22.00 horas.
"impresión satisfactoria"
Cambio considerable
En condición de pacientes o simplemente para visitar a un familiar o amigo, ayer el ajetreo de gente fue constante en el complejo hospitalario, en su primer día de funcionamiento al completo. "Un conocido está ingresado y he venido a verle. Aunque todavía el personal estará en periodo de adaptación, lo cierto es que la primera impresión ha sido muy satisfactoria. Las habitaciones están bastante mejor que las de antes", apreciaba Arturo González.
La bergaresa María, de 65 años, era de la misma opinión. "No he subido a las plantas de arriba, pero en urgencias, que es donde he estado, el cambio es considerable", manifestó, al tiempo que hizo hincapié en que "lo más importante" es que la atención al paciente "funcione bien".
Quien también quiso felicitarse por la puesta de largo del hospital fue el grupo del PSE-EE de Arrasate que en una nota remitida a los medios calificó el momento como "uno de los más trascendentes" para la comarca por el "impacto sanitario" que va a suponer. Los socialistas resaltaron, asimismo, el papel desempeñado en la pasada legislatura por la parlamentaria de su partido en la Comisión de Sanidad, Blanca Roncal, que según afirmaron, ha logrado que "esta infraestructura sea pionera en el parto natural" en la CAV.
La jornada de ayer se aprovechó, por otro lado, para descubrir la placa en memoria del que fuera gerente del hospital comarcal de 1981 a 1987, el navarro Mikel Larunbe (1949-1996). El acto, al que asistieron su viuda e hijos y que se desarrolló de forma íntima, fue un reconocimiento a la labor desempeñada por Larunbe y otros tantos, que permitió la incorporación en 1986 del citado centro, hasta entonces dependiente de las cooperativas, a la red pública de Osakidetza.