LaS casas de socorro nacidas en el transcurso del siglo XIX han ofrecido un servicio inestimable a la ciudadanía. Desde su nacimiento todavía quedaban decenas de años hasta que se promulgara una Declaración de Derechos Humanos en 1947. Sin duda han atendido a la beneficencia y en la época más industrial a los accidentes de trabajo. Es más, las Casas de Socorro podemos decir que son anteriores al sistema de Seguridad Social y son tatarabuelas de Osakidetza.

De la Casa de Socorro no se puede decir nada malo y menos de sus profesionales. La anterior vez que la Casa de Socorro fue un elemento de interés mediático y político en San Sebastián de una forma continuada fue en la década de los años 90, en los últimos meses de su existencia en la calle Pedro Egaña, donde después de mucha tinta se cerró por las tardes y quedó el ambulatorio de Gros como único centro de referencia para la asistencia ambulatoria urgente en Donostialdea.

Si queremos hacer un análisis medianamente racional de la necesidad o no de la Casa de Socorro deberemos estudiar qué ha pasado con las Casas de Socorro. ¿Cuántas quedan en Euskadi? Si la memoria no nos falla una de las últimas que se cerró fue en Eibar bajo una alcaldía del PSOE, allá por principios de los años 90. En una distancia menor, a un kilómetro en la misma calle, había dos sistemas públicos de asistencia, uno municipal y otro de Osakidetza. Primó la cordura y se cerró la Casa de Socorro.

Si buscamos referencias nacionales respecto a las Casas de Socorro de titularidad municipal, la referencia es Madrid. Hace poco vimos la foto de la alcaldesa, Ana Botella, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, ambas del PP, celebrando la firma de la transferencia de las Casas de Socorro del Ayuntamiento a la Comunidad; lógico y racional. Si seguimos mirando veremos la resistencia de los funcionarios municipales de Zaragoza a que les quiten la Casa de Socorro, porque es su servicio de asistencia, es decir, un Sasfal a lo maño.

Y la Casa de Socorro: Casa de Socorro de 8 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a viernes. El resto de la jornada y los festivos, el servicio de la calle Bengoetxea es Servicio de Urgencias de Atención Primaria de la Comarca Ekialde de Osakidetza.

Los rectores municipales del Ayuntamiento de Donostia, dando la razón al PSOE en su lucha en contra de las duplicidades, plantean el cierre del servicio que se ofrece a cuenta de las arcas municipales y proponen a Osakidetza que se haga cargo del coste de la atención sanitaria porque es la obligada a ello y Osakidetza, lógicamente, dice que no; tiene sus centros.

Los defensores del no cierre de la Casa de Socorro basan su postura en tres aspectos: el servicio, la accesibilidad para propios y extraños (está en las guías de viaje) y la historia.

La accesibilidad, para los propios. Pues no es muy entendible: decirles que Osakidetza es la empresa pública más importante de la provincia, a la que todos vamos en caso de necesidad, y no la podemos etiquetar de no dar un servicio accesible. Es la organización pública a través de la cual los ciudadanos cubrimos nuestras necesidades de salud y además dispone de tres centros de salud públicos en un área cercana.

La accesibilidad para los extraños, para los de fuera. Los turistas no nos extraña que se vayan encantados, pero igual de encantados se irían si fueran a los centros de salud de Osakidetza. Osakidetza, que tiene tres dispositivos asistenciales ambulatorios, que tiene un servicio de emergencias que le atiende donde sea necesario en una emergencia pública o en un centro hotelero, ¿no es utilizable en un servicio ambulatorio? No hay razones jurídicas que planteen una discriminación en la oferta asistencial en la calle Bengoetxea antes o después de las 17.00 horas, o alguien lo está haciendo mal.

Entendemos lo que dicen los rectores municipales y entendemos pero no compartimos lo que dicen en definitiva los defensores de la Casa de Socorro, que se sigan duplicando servicios públicos; lo que no entendemos es la postura de los partidos políticos en su defensa del no al cierre de la Casa de Socorro. Hablan de unos hechos diferenciales de Donostia, del turismo y de la historia, de los que sería difícil encontrar evidencia científica para justificar su continuidad.

En definitiva, se supone que los políticos, rectores de la cosa pública, debieran trabajar en la dirección de reforzar la calidad de la red de servicios de Osakidetza en Donostia las 24 horas, como una forma de ser eficientes. Eficiencia que no se logrará mediante privatizaciones, duplicidades, copagos o repagos.

Y usted, ciudadano, que mantiene con sus impuestos al Gobierno Vasco, ¿qué opina? Nos imaginamos que pensará que para qué voy a pagar por un centro que ofrece lo mismo que los dos que tiene Osakidetza en menos de dos kilómetros.

Y usted, que paga sus impuestos al Ayuntamiento de San Sebastián, ¿va a pagar por mantener un servicio que no le corresponde dar?