la crisis no se compadece. La necesidad de ayuda se ha disparado y con ella las tareas a las que hacen frente diversas organizaciones, entre ellas, Cáritas. El servicio que opera en la Abade Etxea, situada en el número 43 de la calle Iturriotz de Arrasate, está renovando sus instalaciones. Este lavado de imagen, además, comparte obras con la adecuación de dos viviendas para fines sociales que la parroquia cerrajera sufraga en el amplio edificio de la Casa Cural construido en 1929.
El objetivo es reubicar las dependencias de Cáritas en un espacio más holgado porque las actuales "son insuficientes", explica el párroco, Horacio Argarate. En estos momentos el local ocupa la planta baja de la Abade Etxea: "La gente que viene en busca de ayuda tiene que esperar muchas veces en la calle; tampoco hay intimidad en las conversaciones viendo la seriedad de los temas que se tratan", expone Argarate.
Así que las nuevas instalaciones van "a triplicar" las dimensiones de la oficina de Cáritas para ofrecer una atención "en condiciones" . Se trasladarán al sótano de la Casa Cural, donde "en su tiempo estuvo la primera cooperativa de Auzo Lagun, y después se ha utilizado como almacén", recuerda Argarate.
Las obras arrancaron hace un par de semanas y si todo marcha bien, la futura sede de Cáritas estará lista "para sanjuanes". Contará con cuatro despachos, una sala de reuniones, la recepción y un office. Desde que se pusieron en marcha estos trabajos están más limitados. Hasta ahora los días de atención al público eran los martes y viernes, de 17.00 a 19.00 horas; no obstante, hasta que se acondicione el nuevo local solo funcionan los viernes y con cita previa.
La remodelación de las dependencias de Cáritas, que se costea con una herencia, servirá para mejorar el servicio que se presta a sus usuarios. "Los ciudadanos que acuden a nosotros presentan problemáticas diferentes. Lo que queremos es reorganizar el método de acogida teniendo en cuenta cada problema y el perfil del solicitante", detalla el párroco arrasatearra.
bolsa de trabajo
Necesitan más voluntarios
"Antes de la crisis había personas en mala situación económica, pero ahora lo que se está viendo también son serios problemas en familias", apunta Argarate. En 2011, Cáritas Parroquial de Arrasate atendió a 33 familias y se repartió material entre 47 personas transeúntes y sin techo, 183 inmigrantes (el 90% no dispone de papeles ni empadronamiento) y 34 vecinos de la localidad. Asimismo, se registraron 363 demandas de trabajo, sobre todo de mujeres sudamericanas en labores domésticas, de las cuales se emplearon 104.
La vivienda (solicitan pago de habitación para empadronamiento o de los recibos de la luz y el agua); la falta de empleo; ayudas para la manutención, escolarización y comedor de los niños... se incluyen entre las necesidades más acuciantes. El año pasado se destinaron a estos fines casi 55.000 euros: "Trabajamos con lo que nos da la gente. Hay que agradecer a los mondragoneses su gran generosidad", señala Argarate.
El equipo de Cáritas lo integran diez voluntarios con mucha experiencia; pero parte de ellos "tienen ya una edad importante" ; de manera que las nuevas incorporaciones siempre serán bien recibidas.
un total de 22 camas
Las familias compartirán pisos
Para sanjuanes también esperan estar terminadas las obras de los dos pisos que se están habilitando en la Casa Cural. "Hemos notado una necesidad importante de viviendas -este mes siete familias han tenido que salir de sus alojamientos-. Han aumentado los gastos de la casa, la luz, el agua... y la gente ha entrado en deudas. Hay familias que no pueden pagar los alquileres y han recurrido a amistades para hacer frente a sus dificultades", indica Argarate.
"Lo que se va a ofrecer es una especie de piso puente donde esta gente estará un tiempo -éste dependerá de la problemática de cada caso-, en el que podrán tener un ahorro y después dar el salto otra vez a la vivienda ordinaria", detalla Argarate.
Se trata de dos inmuebles de 120 m2 que albergarán ocho habitaciones con dos camas en cada una de ellas. "Está dirigidos no tanto a individuos como a familias; tendrán que compartir espacios como la cocina y los baños", agrega el párroco. Este servicio lo refuerzan con la casa de dos plantas, propiedad de Aita Menni y con un espacio para seis personas, que gestionan en el barrio de Gesalibar y que están utilizando dos familias. En total la parroquia dispondrá de 22 camas para tender la mano y dar protección a los necesitados.