Pasaia. ¿Cómo fueron los comienzos de Pasaia Musikal?

Hace 40 años se empezó en un bajo que era de los talleres Lasa y que estaba en la calle Jaizkibel de Trintxerpe. Montamos la primera escuela musical de Trintxerpe con el nombre Asociación Musical Illumbe. Entonces ya se preveía que al año siguiente pasaríamos al palacio Andonaegi, que es donde actualmente tenemos la sede. En 1973 compartíamos con otras asociaciones el palacio y nosotros ocupábamos el 10% del lugar. Poco a poco fueron desapareciendo sociedades y nosotros fuimos aumentando el tamaño. Pero esto sigue siendo la casa de cultura de Trintxerpe y actualmente, aparte de nosotros, están el club deportivo de Trintxerpe, el club de montaña Itsastarrak y el Fato Gallego Daniel Castelao.

¿Cómo se pasó a gestionar la enseñanza musical de Pasaia?

La música en Donibane la llevaba Itsas-Mendi y en Antxo, la coral Pasaitarra. Todos hacíamos nuestro trabajo de forma desinteresada y no se pagaba a casi ningún profesor. Fuimos aguantando esta situación más o menos hasta el año 90. Entonces se pensó que había que dar un cambio a la estructura. La gente de Donibane y Antxo lo quería dejar y se propuso entre los cuatro pueblos al Ayuntamiento el crear una fundación de música. Lo que hoy es la fundación pública municipal Pasaia Musikal nació entonces, en 1990.

¿Cuántos alumnos tiene?

En este curso 1.435 alumnos y la matriculación siempre está abierta. Poco a poco hemos ido subiendo y en los últimos años hemos logrado mantenernos ahí. Son años difíciles y aunque la música dentro de las familias goza de mucha importancia, la economía es más importante y como son asignaturas complementarias es bastante difícil mantener los números por la situación económica que se está atravesando y que nos afecta a todos. A nivel de Euskadi, Pasaia es el segundo centro que más alumnos tiene. El primero es San Sebastián, que el pasado año rondaba los 1.800.

¿Ha cambiado el perfil del alumnado?

Cada vez tenemos más adultos. Personas de 40, 50, 60 o 70 años que se acercan a la musika eskola. La música se ha dulcificado bastante a nivel de solfeo y la gente viene a estudiar un poco a la carta.

¿Cuáles son los instrumentos más demandados?

Algunas escuelas de música suelen crear unos topes por instrumento que se llaman numeros clausus, pero aquí no hemos tenido ese problema y todo aquel que ha querido estudiar un instrumento concreto lo ha hecho. El instrumento que más alumnos tiene es el piano y también hay bastantes de guitarra tanto clásica como eléctrica. A nivel de canto hay bastante afición, actualmente tenemos once coros.

¿Cómo son las clases?

Lo que estamos haciendo es potenciar la música grupal, socializar la música. Antes el alumno estudiaba en solitario su instrumento y ahora en un conjunto están varios alumnos con sus instrumentos. Cada vez hay más grupos, ahora tenemos 23 grupos estables.

¿Y los conciertos?

Antes los conciertos se daban en sitios cerrados y ahora lo que pretendemos es que la música salga a la calle. Cada vez damos más conciertos en la calle para que los vecinos y la gente vean lo que se trabaja en la escuela de música.

Además participan activamente en los actos del pueblo.

Lo que se pretende es que la escuela de música esté presente en las actividades del pueblo. Por ejemplo, participamos en la cabalgata de Reyes, en Santa Ageda, Caldereros, la hoguera de San Juan, fiestas, Santa Cecilia u Olentzero.

¿Cómo van a celebrar su 40º aniversario?

Cuando hemos cumplido una fecha significativa hemos intentado darle un poco de marcha y hacer alguna celebración un poco especial. La primera que hicimos fue con el 25º aniversario, en 1997, cuyo acto central fue el primer Musikaldi, un encuentro de todas las escuelas de música de Euskal Herria. En el 30º aniversario quisimos hacer algo hecho por pasaitarras que fue una ópera de cámara titulada primero El acomodador y después Caronte. Con el 35º aniversario nos decidimos a sacar la música a la calle y nos lanzamos a hacer lo que se llama Musikaz Blai, que este año cumplirá su sexta edición.

¿Para este año qué han preparado?

Este año estamos un poco limitados por la crisis, pero con la ayuda de Musikene se organizó un ciclo de música de cámara que ha tenido muy buena acogida. Aprovechamos estas efemérides para ir sembrando y todos los años hacer alguna cosa más. Después del verano intentaremos organizar una semana coral, otra de instrumentos autóctonos y también fines de semana en los que vengan bandas a tocar. Ideas hay bastantes, pero el programa se irá haciendo a medida de nuestras posibilidades económicas.