Elgoibar. A sus 38 años, José Julián Márquez es todo un veterano en el cuidado y la preparación de bonsáis. Una rama de fresno recogida de un tejado del colegio en el que estudiaba cuando apenas contaba con doce años fue suficiente para dar inicio a una afición que hoy sigue practicando y que le ha llevado a contar con varias decenas de estos árboles en miniatura. Auténticas obras de artesanía naturales que la ciudadanía podrá contemplar en Trinidades de la mano de este autodidacta amante de "todo lo que tenga que ver con la naturaleza".

¿Cómo empezó su afición por los bonsáis?

Fue por casualidad, cuando tenía doce años. Un vecino mío empezó a preparar uno de castaño y yo también me animé a probar para ver qué salía. Me gustó la experiencia y a partir de ahí empecé a leer libros y a informarme sobre este arte. De hecho, todo lo que sé sobre los bonsáis lo he aprendido por mi cuenta, de forma autodidacta.

¿Recuerda cuál fue el primeró que preparó?

Me acuerdo perfectamente porque aunque lo preparé hace ya 26 años todavía sigue conmigo. Lo preparé con plantones de fresno que cogí en el tejado de una terraza del colegio de El Pilar, que era donde estudiaba.

¿Cuántos tiene en la actualidad?

Unos cuarenta, entre los que hay un poco de todo: especies japonesas, del Líbano, olivos, pinos y juníperos como sabinas o enebros...

Existe la creencia de que no es fácil mantener con vida este tipo de árboles enanos... ¿Es cierto que necesitan muchos cuidados?

Lo que es cierto es que no existen árboles de interior, por lo que para mantener sanos los bonsáis hay que evitar que estén expuestos al frío y, sobre todo, al calor de los hogares. Aun así, estos árboles se pueden tener dentro de casa, pero siempre acordándose de sacarlos al balcón o la terraza para que reciban el agua de la lluvia natural. Además, cada tres años hay que renovar un tercio de la tierra del tiesto y quitar un tercio de las raíces de la planta; cada árbol necesita un tipo de tierra; con más o menos turba; más o menos arena...

Sus bonsáis son exactamente iguales que las mismas especies de las que proceden pero en miniatura...

En parte, el arte de los bonsáis consiste en eso, en imitar el aspecto y el hábitat que tienen esos árboles en la naturaleza. Para ello hay que podarlos y luego, al igual que sucede en los bosques, los propios árboles se adaptan al medio. Vamos, que si tienen poca tierra crecen poco.

Algunos de sus ejemplares están incrustados en piedras, otros parece que están enrollados entre sí o están rodeados por alfombras

Está claro que el gusto de cada persona influye en el resultado final de los ejemplares pero también es muy importante conocer los hábitats en los que crecen las diferentes especies de árboles, porque se trata de imitar esos hábitats y algunos se consiguen más fácil que otros. Para ello se usan piedras de diferentes tipos, tamaños y formas, musgo, hierba... Con paciencia y ganas se pueden hacer hasta bosques de bonsáis.

¿Tiene algún bonsái que le haya dado una satisfacción especial?

La verdad es que todos te proporcionan satisfacción porque cada bonsái tiene algo que le hace especial y diferente del resto. De todos modos, tengo uno preparado entre rocas y con un bosquecito de pinos al que tengo un cariño especial.

Alguno le habrá salido mal...

Sí, muchos. Sobre todo, cuando era chaval porque en esto, como en todo, se aprende con la práctica y con los años de experiencia. En varias ocasiones no me he quedado muy a gusto con el resultado de los bonsáis y los he indultado plantándolos en el monte.

El 2 de junio expondrá y pondrá a la venta sus bonsáis por primera vez en la feria especial de Trinidades de Elgoibar. ¿Por qué se ha animado a participar en la feria?

Porque me apetece que la gente conozca este mundillo y por cuestión de espacio. Si consigo vender alguno el dinero que obtenga lo emplearé para comprar tiestos nuevos y seguir con mi afición sin tener que sacar de otro sitio.

¿Ya sabe cuántos y de qué tipo de bonsáis llevará a la feria?

Todavía no he decidido cuáles llevaré porque quiero esperar a ver qué aspecto tienen en el momento de la feria. Eso sí, llevaré unos quince y su precio oscilará entre los 60 y los aproximadamente 1.000 euros; en función del tiesto y del coste de producción que hayan tenido.

¿Qué destaca de su afición?

Que a través de los bonsáis es posible ver las cuatro estaciones del año. Es bonito ver los árboles en floración, con hojas, sin ellas...; su ciclo vital es igual que en el bosque.