Donostia. La Asociación de Amigos del Ferrocarril, una entidad fundada en 1968 y "sin ninguna inclinación política", según recalca su presidente, Adolfo Lumbreras, se posiciona públicamente a favor de que la deseada estación de autobuses de Donostia se ubique en Riberas de Loiola y no en Atotxa, la localización aprobada en la anterior legislatura.

La entidad quiere tomar parte en el debate público que se desarrolla en la actualidad para decidir cuál de las dos será la ubicación definitiva y apuesta tajantemente por que esta infraestructura se instale junto a la iglesia de Riberas de Loiola. "El argumento de fondo más importante es que en Atotxa no existe conexión con la línea de EuskoTren (Topo) y el proyecto de conexión con el futuro Metro es, cuando menos, impensable siquiera a medio plazo", asegura Lumbreras, que añade que altos costes económicos y la división de opiniones al respecto, tanto entre expertos como entre los diversos agentes sociales implicados alejan la posibilidad de contar con un metro.

A su juicio, es "incoherente" plantear una estación de autobuses "que no esté conectada con las líneas de EuskoTren, cuando precisamente todos los estamentos sociales y políticos, con y sin Metro de por medio, defienden la opción del ferrocarril frente al transporte por carretera".

El representante de la Asociación de Amigos del Ferrocarril cree que los problemas básicos de la ubicación de Atotxa son "la grave afectación al tráfico rodado, tanto en la zona como en los viales de acceso y en el puente de María Cristina, ya que ambas orillas del río se podrían colapsar crónicamente con 400 autobuses diarios". Asimismo, destaca sus reducidas dimensiones. "Si bien no es deseable un aumento de viajeros en bus, la estación prevista en Atotxa nace con una grave tara al disponer de un número de andenes muy limitado y sin posibilidad de desarrollo futuro".

intermodalidad real Por el contrario, esta asociación considera que la "intermodalidad real" puede darse en Riberas, con la presencia de autobuses, trenes de Renfe y de EuskoTren. Además, considera que la estación es "proporcionada" a las necesidades a medio plazo y tiene una "mínima" afección al tráfico urbano, por su proximidad a la variante, a la autovía del Urumea y al segundo cinturón.

Por otra parte, el presidente de la entidad explica que "aunque existen problemas técnicos para que los trenes de alta velocidad paren en Riberas -Adif dice que los andenes serían demasiado pequeños- se podrían subsanar". La solución, a juicio de los Amigos del Ferrocarril, sería la ampliación de la dimensión del túnel, habilitar en la parada de Riberas solo las puertas de los primeros vagones del convoy, algo que ocurre en otras estaciones, y, en el peor de los casos, aunque el Tren de Alta Velocidad no pare en Riberas, este punto y Atotxa podrían estar permanentemente conectadas con un tren lanzadera en menos de dos minutos. "De una manera u otra -sostienen- los trenes cuyo origen sea Bilbao, Gasteiz o Iruña podrían parar en Riberas perfectamente porque son más cortos que el tren de Madrid o el de París".

Para el colectivo, instalar la estación en Atotxa, supondría "favorecer el transporte por carretera, en detrimento del uso de EuskoTren, ya que, por ejemplo, un viajero de Zarautz que quiera coger el Tren de Alta Velocidad y que puede venir a Donostia en EuskoTren o Lurraldebus, vendrá en autobús, con lo que la política de potenciar el tren en Gipuzkoa se desmorona".