"Hay que disfrutar con nuestros hijos y sin prisa de la comida hecha en casa"
La alimentación saludable, la importancia de crear buenos hábitos alimenticios desde niños, la comida rápida o la obesidad serán algunos de los aspectos que tratará el curso para padres con hijos de dos años que la especialista Mireia Alberdi ofrecerá el próximo mes en Bergara
bergara. Enseñar a comer no es tan sencillo como saber que los niños tienen que tomar dos o tres piezas de fruta al día, dos raciones de verduras, tres o cuatro veces por semana pescado y dos de legumbres. Estas recomendaciones son pura teoría, fáciles de leer en cualquier manual de alimentación infantil. El verdadero reto para muchos progenitores es cómo poner en práctica la lección aprendida. La bergararra Mireia Alberdi dirigirá el curso Nutrizioa haurtzaroan que durante los miércoles de marzo, de 18.00 a 19.30 horas, tratará de despejar las dudas y ofrecer a los padres las claves necesarias para alimentar a sus hijos de forma saludable. El plazo de inscripción (15 euros) está abierto hasta el próximo viernes en la casa de cultura.
Los niños deben aprender, como tantas otras cosas en la vida, a comer bien...
Así es. Lo que aprenden desde pequeños marcará, casi con toda seguridad, los hábitos alimentarios el resto de su vida. Es mucho más probable que de adultos lleven una dieta sana. Hay que crear una serie de hábitos e intentar que el paladar de los niños acepte nuevos sabores y texturas.
Organizado por el Consistorio va a impartir un curso sobre nutrición dirigido a padres con hijos de dos años. ¿Qué aspectos van a abordarse?
De lo que se trata es de aclarar dudas. Explicar el porqué es importante crear unos buenos hábitos alimenticios desde pequeños y qué pasa si no lo hacemos. Por ejemplo, cada vez hay más obesidad infantil que lleva asociada otras enfermedades como la diabetes, problemas respiratorios, osteoarticulares, dificultades para dormir... Va a ser un curso práctico. Soluciones mágicas no hay, cada niño es un mundo y tenemos que hacer el esfuerzo de ponernos en su piel y aproximarnos, sin presionar, a una alimentación lo más saludable posible.
La teoría hay que llevarla a la práctica. ¿Van a ponerse entre fogones durante el cursillo?
Voy a intentar, y eso que no soy una gran cocinera, demostrar que en hora y media o dos horas con un pequeño esfuerzo se pueden preparar varios platos para toda la semana, que luego solo hay que calentar o darles el último toque. Hay que aprender también a cocinar al vapor o al horno. Cada vez cocinamos menos, los dos miembros de la pareja trabajamos fuera de casa y hemos interiorizado que hacerlo es perder el tiempo en vez de invertir en nuestra salud. Es importante llevar una planificación en los menús para evitar tener que echar mano por falta de tiempo de los precocinados.
¿Cuáles son las claves para crear unos buenos hábitos alimenticios?
A los niños les encanta participar y es más probable que coman más y mejor, y que prueben nuevos alimentos si ayudan a prepararlos. Con dos años ya pueden pasarnos el tomate o la verdura y ver cómo cocinamos. También deben saber que todos los días hay que comer alimentos crudos, verduras y que los precocinados son sólo algo anecdótico en nuestra alimentación.
Sin embargo, no todos los alimentos despiertan la misma simpatía en los más pequeños. ¿Es bueno camuflar las verduras o conviene ofrecérselas sin aliñar para que se acostumbren a su sabor?
A veces se camuflarán y otras veces no. Es buenos dejarles que experimenten, que toquen con la mano, que se ensucien... Igual luego no se lo comen pero ya empiezan a acercarse al alimento.
¿Hay que obligarles a comer de todo?
Yo nunca hablo de obligar sino de animar. A nadie nos gusta que nos obliguen a nada. Comer tiene que ser un placer, un ejercicio divertido y, por ello, es importante dar valor a lo que comemos. Habrá veces que no coman, no pasa nada, en la siguiente comida del día procuraremos incluir algo que les guste más para compensar la ingesta.
¿Qué podemos decir de las famosas chucherías?
Su consumo ha crecido en los últimos años. Muchas veces les damos un valor añadido como si fueran algo positivo: "Si haces los deberes te doy una chuche". Hay que limitar su consumo e intentar agregar ese valor añadido a otros alimentos menos agresivos para la salud. Los frutos secos pueden ser una opción (para los menores de dos años aún no son aconsejables), unas tortitas de maíz o arroz...
Así que la clase de enseñar a comer comienza en casa...
Es cierto. Hay que tratar de comer en familia, sentarnos todos juntos en la mesa. Al igual que queremos que nuestros hijos crezcan fuertes y sanos, debemos tener en cuenta que los padres somos su modelo a imitar y el momento de comer, aunque se alargue es una buena inversión educativa. Tenemos que hacer un poco de teatro y emplear recursos como: "Hoy tenemos supermacarrones para comer que nos van a dar mucha fuerza para jugar", en lugar de condicionantes como: "Si no comes, me enfado o no hay helado".
Por último, ¿qué mensaje lanzaría a los padres, en este caso de Bergara?
Que sean compresivos y tengan paciencia. Que den un valor añadido a los alimentos que cuidan nuestra salud y se animen a ir de compras con sus hijos. También les animaría a que compren productos de temporada y que aprovechen los de nuestros baserritarras. Hay que disfrutar de la comida hecha en casa todos juntos y no tener prisa. La televisión no es buena compañera de viaje.