Donostia. La concesión bajo la cual la sociedad Monte Igeldo ha estado gestionando el funicular en los últimos años caducará el próximo 19 de enero y, de momento, el Gobierno Vasco no ha convocado un nuevo concurso para adjudicar su explotación. En realidad, el vagón que sube hasta el parque de atracciones fue construido por los propietarios de este, para facilitar a los turistas y donostiarras el acceso al espacio de ocio a principios del siglo pasado. Para ello, obtuvieron la autorización del Gobernador Civil de la época, que permitió su construcción a través de una concesión. Sin embargo, hace años, la titularidad del funicular, al igual que la de otros ferrocarriles, pasó a depender del Departamento de Transportes del Gobierno Vasco.
A pesar del cambio de titularidad, Monte Igeldo continuó en todo momento gestionando el funicular, bajo la fórmula de la concesión. Sin embargo, la autorización firmada en 1913 por el Gobernador Civil establece que expirará en 99 años. Y ese plazo concluye, precisamente, el próximo 19 de enero.
De ahí que el Departamento de Transportes anunciara la pasada primavera su intención de convocar un nuevo concurso para adjudicar la gestión del funicular antes de que finalizara este año. No obstante, de momento no lo han convocado y, aunque fuentes del departamento anuncian que esperan poder hacerlo en breve, no es probable que la concesión se adjudique antes del próximo día de San Sebastián.
Mientras, la sociedad Monte Igeldo continuará gestionando el funicular. En realidad, la normativa establece que la concesión actual podría prolongarse hasta un año más si no se resuelve antes el nuevo concurso. Además, los responsables del parque de atracciones tienen intención de presentarse a este, con el fin de poder continuar gestionando el tren construido hace casi 100 años.
accesibilidad Antes de convocar el concurso, el Departamento de Transportes encargó un informe para saber qué actuaciones serían necesarias para adaptar el funicular a la normativa actual, sobre todo en lo referente a accesibilidad y seguridad. De todos modos, tanto los responsables de Monte Igeldo como del Departamento de Transportes coincidieron en la necesidad de respetar el aspecto tradicional del funicular que, en estos casi 100 años, se ha convertido en símbolo de la ciudad. Además, el Ayuntamiento donostiarra lo calificó como elemento protegido, de ahí que no se puedan modificar los aspectos básicos de la infraestructura.
A la espera de conocer los detalles de ese informe y del nuevo concurso para la explotación del tren, el funicular completó en 2010 el mejor año de su historia en cuanto a viajeros se refiere, con 373.000 tiques vendidos y una media de casi 1.000 al día (eso significaría 500 pasajeros de ida y vuelta).
La directora adjunta de Monte Igeldo, Pilar Pascual, ha explicado varias veces que, en realidad, el funicular ha sido deficitario para el parque durante muchos años y que, aún así, el parque se ha esforzado para mantenerlo en funcionamiento. De todos modos, en los últimos años han conseguido mejorar los resultados y no obtener pérdidas. En parte, ese aumento también se ha visto beneficiado por el incremento de turistas y visitantes que llegan a Donostia.
La familia Pascual defiende que el funicular es parte del parque y que, a pesar del documento firmado en 1913 por el Gobernador Civil y publicado por el Ministerio de Fomento en la Gaceta de Madrid de aquel año, la construcción y gestión del funicular "no se planteó como una concesión", de ahí que hayan invertido y mantenido el servicio también durante los años en los que no resultaba rentable. Por eso pretenden continuar también a partir de ahora con la gestión del tren.
De momento, sin embargo, tendrán que seguir esperando para conocer las condiciones que exige el Gobierno Vasco en el nuevo concurso para explotar el funicular de Igeldo.