Hernani. El centro Sasoiko de Hernani tiene previsto ofrecer a partir de noviembre un curso pionero en la localidad: masajes para bebés. Julia Arraiza es la profesora.
¿En qué consiste el masaje para bebés?
Al masaje infantil yo le llamo encuentro gozoso, porque es un encuentro entre el bebé y el que le hace el masaje y es una gozada. También es profundo porque en el momento que lo tocas y lo miras penetras en él.
¿Qué hace falta para dar un buen masaje?
Solo hacen falta aceite y las manos. Trabajamos diferentes técnicas, entre las que yo suelo empezar por los puntos neurolinfáticos. Estos puntos conectan con los órganos y ayudan a que ese órgano trabaje bien. Hay puntos neurolinfáticos de estómago, de hígado, de vesícula biliar, de intestino delgado...
¿Y después?
Luego me meto ya con lo que es propiamente el masaje. Aquí utilizo una mezcla del masaje indio, de Shantala, con otras técnicas. Shantala me gusta mucho porque trabaja las cadenas musculares. A simple vista parece un poco cañero, pero a los niños les gusta mucho y es muy sencillo. Luego, he ido añadiendo los puntos por la kinesiología, masajes por las cadenas musculares... Es una mezcla, un popurrí de todo un poco.
¿Qué se debe hacer para que los niños estén receptivos?
No les forzamos a recibir el masaje. Sobre todo hay que tener en cuenta el contacto con las manos y el contacto visual. Al bebé le tenemos que pedir permiso, siempre, antes del masaje, para que se sienta respetado. Y antes de empezar tenemos que descargarnos de las tensiones y centrarnos.
¿Es placentero para ellos?
A los niños en general les encanta. El primer día les puede suponer un poco de estrés, porque están en grupo, en una sala nueva, la madre también viene más nerviosa. Pero en unos días ellos ya se ponen en posición para recibir el masaje. Les gusta mucho y les alivia mucho.
¿Qué tipo de dolencias alivia?
Lo más común y el mayor problema con el que me encuentro en los niños es el vientre: gases, estreñimiento, cólicos. También, si el bebé está inquieto, les relaja.
¿Existen bebés estresados?
Este mundo para el bebé es muy estresante, porque de estar en el vientre de la madre, en un mundo pequeñito y cerrado, nacen de repente a un mundo sin límites, lleno de colores, ruidos, sonidos. Entonces se estresan.
¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Yo aconsejo que durante el día se porte al bebé para que se descargue y mueva el vientre y luego a última hora, darles un buen baño y un buen masaje. El masaje lo que hace es estimularle todos los sistemas y el niño se queda muy bien.
¿Qué es lo que vienen buscando los padres que acuden al curso?
Lo que veo es que cuando los padres tienen un bebé, no lo conocen y no saben cómo ayudarle. Generalmente vienen preocupados porque tiene gases o no hace cacas o no duerme. En mi grupo siempre solemos hacer una ronda de presentación, para saber qué le pasa al niño y trato de dar salida a ese problema. El hecho de darles recursos les tranquiliza un montón.
Entonces, funciona.
Los padres a los días están más tranquilos porque tienen otro recurso para calmar a su hijo. Si el niño lloraba, no sabían cómo manejarlo. El niño llora porque le duele algo, le duele si algo está estancado y el masaje le va a ayudar a que ese malestar fluya.
¿Favorece la relación entre los progenitores y el bebé?
Favorece mucho el contacto y la comunicación. En nuestra sociedad cuando un niño llora se tiende a decir "déjale que se le ensanchan los pulmones". Sin embargo, cuando das el masaje ves que el niño te quiere decir algo, te hace contactar con ese ser, llora porque le duele algo. Te haces más sensible al bebé y a ti mismo.
¿Cuándo se puede empezar a darle masajes al bebé?
Muy pronto. Hay niños que incluso con el cordón ya vienen a que les den masajes y no hay ningún problema. Es un masaje suave, no es invasivo. Si no tienen molestias se suele esperar a que caiga el cordón, sobre todo a que la madre esté bien. Depende de cómo haya ido el parto, hay madres que no pueden estar sentadas porque les duele.
¿Son fáciles de aplicar estas técnicas de masaje?
Sí, es fácil. Yo siempre se lo hago primero al muñeco y los padres me imitan. Son movimientos sencillos y fáciles que se hacen a un ritmo tranquilo. Incluso los hermanos pueden aprender.