bergara. Hace 25 años que firmó su primera pieza realizada en cerámica. Pero para entonces ya había probado otras disciplinas artísticas.

Así es. De niño empecé con la pintura gracias a la tradición que siempre ha existido en Bergara. Los primeros contactos los tuve en el popular estudio del Verduri. A los veintitantos años quise adentrarme en el mundo de la escultura y aquí -en referencia a la villa mahonera- lo más parecido que había era el taller de cerámica. Hasta ese momento nunca me había llamado la atención la cerámica, pero le pillé el gusto y le fui cogiendo cariño.

Y ya no ha podido 'desengancharse'.

(Se ríe). Hace años me dijeron que en el momento en el que se te mete la arcilla entre las uñas ya no hay quién la saque. A mí me ha pasado eso.

¿Cómo se ha ido curtiendo en esta modalidad artística?

En cerámica ser autodidacta es posible a la hora de crear, pero todo tiene que pasar por un horno y hay que aprender una serie de técnicas. Hace falta gente que te enseñe. Me he formado en las escuelas de Eibar y en la Bisbal de Girona -en 1989 recibió también una beca de la Diputación de Gipuzkoa para proseguir sus estudios en este último centro-, además de hacer cursos específicos de esmaltes y técnicas de cocción en Madrid. En 1991 abrí el taller en Bergara y continué, en esa década, realizando cursillos con el escultor Arcadio Blasco y los profesores de la escuela italiana de Faenza Emidio Galassi y Marco Tadolini.

Ha combinado la faceta de las exposiciones con su participación en ferias de artesanía.

Sí. La primera muestra individual la llevé a cabo en Oñati en 1990 y, a partir de ahí, he expuesto, también de forma colectiva, en Eibar, Irun, Vitoria, Ondarroa, Bergara o Donostia. En el año 2000 empezamos con el tema de las ferias de artesanía dentro del proyecto compartido con mi mujer, amalur.art. Siempre he trabajado obra para la venta, aportándole su vertiente útil (que tenga utilidad), y otra que me satisface a nivel creativo.

La escultura, sin embargo, siempre ha estado muy presente en su trayectoria.

Para mí la cerámica es una vía hacia la escultura. Esta última disciplina siempre me ha gustado y he recurrido al barro para crear una obra.

Ahora se ha animado a transmitir sus conocimientos y experiencia. ¿Busca despertar afición por la cerámica?

En general, la cerámica parece que ha sido la hermana pobre. En el caso de Bergara, la pintura siempre ha estado muy presente, hay diferentes lugares para aprender a pintar. No ocurre lo mismo con la cerámica. Así que a lo largo de este mes voy a abrir las puertas de mi estudio para dar a conocer esta modalidad artística y ofrecer a los interesados la oportunidad de adentrarse en este mundo Si hacemos cantera, igual logramos algo.

¿En qué consisten estas jornadas de puertas abiertas?

El público podrá visitar la exposición que tengo montada en el local y también habrá visitas guiadas y demostraciones. Se trata de enseñar cómo se desarrollan las distintas técnicas y procesos. Quiero que la gente toque la arcilla, me acompañe en la demostración sin ser meros espectadores. La cita es de lunes a viernes de 18.00 a 20.00 horas, aunque fuera de este horario se podrán concertar otras visitas llamando al 656 778 591.

Esta iniciativa que ahora pone en marcha tiene un objetivo didáctico.

Tras estas jornadas planteo la opción de realizar cursillos. A los adultos, de dos a cuatro horas semanales y a los niños, que me estreno en esta faceta, una hora y media un día por semana. Mi propósito es dar a conocer la cerámica en Bergara.

Por último, ¿qué le diría a una persona que nunca ha coqueteado con la arcilla?

Que pruebe. Aconsejo experimentar la sensación de coger la arcilla, apretarla y empezar a darle forma con las propias manos, según lo que te va sugiriendo. Crear, en definitiva.