UNA gran explanada verde, el Cantábrico de fondo y un inmueble histórico recuperado. En ese marco acaba de reabrir sus puertas el merendero de Basollua, el antiguo Tiro Pichón de Ulia. Aunque la inauguración oficial será este martes, hace diez días que está funcionando y muchos donostiarras ya lo han redescubierto.

Gonzalo Fernández Etxeberria es el responsable del establecimiento, que mantiene el nombre oficial de Merendero. Abrió sus puertas el pasado fin de semana y sólo el domingo sirvieron hasta 70 comidas. Incluso, tienen ya varias reservas para acoger bodas y otra para una merienda infantil, casi sin empezar a funcionar. "¡No esperábamos tanta gente los primeros días!", cuenta el hostelero.

El edificio centenario que acogió en su día la sociedad Basollua ha sido rehabilitado por el Ayuntamiento y, conseguida su explotación, ha sido Fernández Etxeberria quien ha adecuado la cocina y el mobiliario del local, que en estos momentos puede acoger a 75 comensales (en eventos como bodas pueden ser hasta 95). El mobiliario utilizado es sencillo y sobrio, aunque el punto de color lo ponen las paredes: uno de los lados del comedor acoge una muestra de pinturas coloristas que irán cambiando periódicamente y, el otro, una serie de fotografías e imágenes antiguas que ilustran cómo era el antiguo Ulia. Hay desde imágenes del transbordador y tranvía y, también, del propio merendero en plena Belle Époque, con decenas de personas a las mesas de la terraza observando las prácticas de tiro.

Precisamente, esa terraza sigue siendo otro de los rincones envidiables del Merendero. El aforo del local se completa con el de las mesas colocadas en el exterior, mirando hacia la gran explanada verde que antiguamente acogía las prácticas de tiro y que acaba con vistas sobre el Cantábrico.

comidas y cenas

Menú del día

De momento, el merendero de Ulia estará abierto a diario durante estos meses de verano, de 11.30 a 23.00 horas, excepto los sábados y domingos, que abre desde las 10.00 horas. Sirven menús del día por 13,50 euros entre semana y por 18 euros los fines de semana, además de platos, raciones o cazuelitas. También aceptan reservas para grupos e, incluso, meriendas para chavales, que disfrutan de la explanada y del entorno. González Etxeberria anuncia que más adelante también ofrecerán una carta más elaborada.

Además del propio Merendero, el Ayuntamiento también acaba de rehabilitar la citada explanada de hierba frente al edificio y, también, el entorno de juegos infantiles y mesas de madera situado tras él. También se han adecuado los caminos de acceso a Basollua y un pequeño parking junto al merendero. De todos modos, González Etxeberria explica que el aparcamiento principal para sus clientes seguirá siendo el que se encuentra unos metros más abajo, en la explanada desde la que se accede también al renovado albergue de Ulia. En ese punto, en la carretera que sube hacia Basollua, se ha colocado una valla con un interfono, de manera que desde el Merendero podrán dar paso a los clientes que suban con coches de niño, con personas con problemas de movilidad o a quien suba a cenar de noche, aunque insisten en que, por norma, es preferible que se deje el coche abajo.

"La pena es que haya que dejar el coche allí", comentaba ayer por la mañana Coro Aizpurua, una antiguotarra que subió a Ulia con un grupo de personas de la asociación Helduen Hitza. "Ya conocía el sitio de cuando era el Tiro Pichón, y ahora está muy bonito", añadía al tiempo que felicitaba a González Etxeberria y le pedía una tarjeta con el horario y el teléfono del Merendero y poder ir a comer o cenar algún día.

Como ella, fueron bastantes las personas que ayer paseaban por Ulia o andaban en bici y que entraron al renovado merendero, incluso antes de que se abriera al público a las 11.30 horas.