bergara. ¿Qué hace que Bergara se convierta en el máximo exponente de la ciencia en Euskadi durante los siglos XVIII y XIX?

La Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, que era la encarnación del movimiento de la Ilustración en el País Vasco, se hizo cargo del colegio de jesuitas -en 1767 estos son expulsados de los dominios de Carlos III y el edificio se queda vacío- y funda el Real Seminario Patriótico Bascongado de Bergara. Crean un centro de educación e investigación científica de primer orden, trayendo a muchos de los mejores químicos europeos del momento, entre ellos, Proust, Chabaneau o los propios hermanos Elhuyar, que en 1.793 descubrieron el Wolframio.

Pero esta institución destaca por otras muchas facetas.

Así es. En el siglo XIX el Seminario siguió siendo una entidad puntera. Durante muchas décadas fue el primer y único Instituto Provincial Guipuzcoano con magníficos gabinetes de física, química y zoología. El jardín botánico de Bergara era el único de Gipuzkoa y el primer observatorio meteorológico del territorio se instaló en el Seminario 51 años antes del de Igeldo. Además, en el XIX el gobierno puso en marcha cuatro únicas escuelas industriales para la formación de ingenieros en Madrid, Sevilla, Barcelona y Bergara.

Fruto de toda esta actividad es la colección que desde hace dos décadas se ha recuperado a conciencia.

En la segunda mitad del siglo XX estas piezas, al parecer, empiezan a no ser muy útiles para la enseñanza y se arrinconan en alguna estancia del Seminario; se van deteriorando. Cuando empezamos a trabajar la colección estaba en muy mal estado de conservación. Se ha hecho una minuciosa labor de recuperación e investigación de cada pieza; qué es exactamente cada pieza (identificación y determinación), para qué servía (funcionalidad y filiación científica), a qué época pertenece (datación y contextualización histórico-científica).... Hay que tener en cuenta que son piezas únicas en el País Vasco y, por tanto, no hay referencias ni comparaciones. El trabajo de investigación ha sido muy laborioso, al igual que lo ha sido el de conservación y restauración.

Nos encontramos, por tanto, ante un muestrario de primer nivel.

Se trata de una colección muy valiosa, prácticamente única a nivel del País Vasco tanto por la cantidad como por el número de secciones; se incluyen cinco ramas de la ciencia. Son piezas antiguas del XVIII y XIX, algunas singulares y de las que, además, quedan poco ejemplares en museos europeos. Todas son producto material de la institución científica de Euskadi más importante de los citados siglos, el Real Seminario; y eso le da un valor añadido.

Así que todo está listo para que el museo se haga realidad. ¿Qué alcance tendrá este proyecto?

Este museo trasciende del ámbito local ya que dará a conocer, actualizará y reivindicará la historia del Seminario que como he explicado antes, es en buena medida la historia de la ciencia en el País Vasco en los siglos XVIII y XIX. El objetivo, asimismo, es convertirlo en un centro impulsor de la cultura científica, es decir, de divulgación de la ciencia, que fomente el gusto por la misma y su desarrollo en la sociedad.