urretxu. Los ayuntamientos de Zumarraga y Urretxu entregan todos los años un premio a una persona o colectivo que ha destacado en su labor a favor de la igualdad entre las mujeres y los hombres y este año el reconocimiento recaerá en las macheras de la empresa Esteban Orbegozo. El premio se entregará el domingo 6 de marzo, a las 12.00 horas, en el salón de plenos del ayuntamiento de Urretxu.
Las homenajeadas trabajaron en la mencionada empresa a mediados del siglo pasado y su labor consistía en preparar moldes con una especie de arena, que posteriormente se cocían y se utilizaban en la fundición.
Cabe destacar que estas mujeres fueron pioneras, pues en aquella época la mayoría de ellas no trabajaba fuera del hogar o lo hacía en trabajos llamados "de mujeres". En Esteban Orbegozo, por ejemplo, casi todas sus compañeras desempeñaban su labor al principio o al final del proceso productivo: en las oficinas, en la limpieza, en el envasado y empaquetado del producto...
Las macheras abrieron una brecha, pero como siempre sucede en estos casos, pagaron un caro tributo. A la por aquel entonces habitual discriminación salarial, se le unieron unas condiciones laborales durísimas. Su jornada laboral arrancaba a las 4.45 y terminaba a las 14.00 horas, trabajaban a destajo y tenían que mover piezas de mucho peso y aspirar productos químicos.
A todo esto hay que añadir las humillaciones y vejaciones de las que eran objeto por parte de algunos hombres. Recuerdan que cuando las veían en la calle las señalaban y decían de ellas que olían a sebo. También cuentan que los cargos de responsabilidad los ocupaban los hombres y tenían que soportar abusos de poder: a la que se quejaba la enviaban a una máquina más antigua, dificultándole producir lo estipulado.
Además, muchas reconocen haber pasado miedo tanto en la fábrica como de camino a ella. Hay que tener en cuenta que algunas tenían que recorrer kilómetros a pie en la oscuridad para acudir al trabajo. En el año 1975 la sección de macheras fue trasladada a Salvatierra y las trabajadoras de Urretxu y Zumarraga se quedaron en la calle sin recibir indemnización alguna. 36 años más tarde las dos localidades van a saldar, siquiera en parte, la deuda.