Elgoibar. Desde la terraza de la cafetería Lanbroa que regenta desde hace 19 años, Agustín Alonso reconoce que "a pesar de los cabreos iniciales", la clientela se ha mostrado "muy respetuosa" con lo que establece la ley antitabaco, por lo que no ha tenido que hacer frente "a ningún problema". Asegura que con la nueva normativa "la facturación se ha mantenido prácticamente igual" en su establecimiento aunque, eso sí, constata que el perfil de los clientes "está cambiando".
¿En qué se ha notado la aplicación de la ley antitabaco?
Principalmente en la calidad del aire que se respira en el interior del bar. Aunque ahora el olor a fritanga de la cocina es mucho más evidente, todos respiramos mucho más limpio. Es increíble lo que vicia el ambiente el dichoso tabaco; y eso que soy fumador.
¿Se perciben cambios en la clientela?
Sí está cambiando el perfil de los clientes. Antes de la entrada en vigor de la ley antitabaco los padres pedían una consumición y se la tomaban en la terraza, con los críos. Sin embargo, ahora son los fumadores los que salen fuera y los padres los que se quedan dentro con los niños. A veces tengo la sensación de que el bar parece un txiki-park".
¿Se respeta la prohibición de fumar en el interior del establecimiento?
Sí, por completo. Al principio había dudas de si respetaría o no pero desde un primer momento la gente ha demostrado una gran sensatez y educación y no hemos tenido ningún problema con nadie. Al margen de los cabreos y las pataletas de los primeros días, tengo que decir que todo el mundo se ha mostrado muy respetuoso y concienciado. La verdad es que me ha sorprendido la respuesta de la gente.
Vamos, que el hecho de no poder fumar en los bares acabará asumiéndose con naturalidad...
Una vez que ha pasado el primer mes, tengo la sensación de que con el tiempo se asumirá con normalidad. Y más aquí, en Euskadi.
¿Qué repercusión está teniendo la aplicación de la nueva norma en la hostelería local?
En nuestro establecimiento apenas hemos notado cambios en la facturación pero también es cierto que los negocios que antes de la entrada en vigor de la ley ya estaban mal ahora están todavía peor. En los últimos tiempos son varios los bares del pueblo que están cambiando de manos y más de uno tiene serio peligro de cerrar.
¿Qué se puede hacer para darle la vuelta a esa situación?
Está claro que en este sector el que no es profesional y el que no realiza inversiones en su establecimiento tiene pocas probabilidades de subsistir con un negocio. Además, cada vez es más importante ofrecer un buen servicio de cocina porque, al menos en Elgoibar, desde hace varios años es casi imposible salir adelante viviendo exclusivamente del ocio nocturno. Personalmente, casi se me ha olvidado lo que es sacar unos cuantos cubatas seguidos por la noche.
Las terrazas también parecen una buena alternativa a ese cambio de hábitos. ¿No le parece?
La verdad es que en este pueblo ya se percibe, desde hace unos años, que cada vez son más las personas que optan por tomarse algo en las terrazas de los bares los días de buen tiempo. Se puede decir que cada vez hay más mentalidad de terraceo; aunque también es cierto que el Ayuntamiento no nos da muchas facilidades.
¿Y eso?
No sé si es por falta de normativa o por qué pero cuando planteamos hacer algo en las terrazas todo son pegas. Soy consciente de que se instalan en suelo público, pero ya pagamos bastante dinero por la colocación de las mesas en ese espacio.
¿Se puede saber cuánto paga un hostelero de Elgoibar por la instalación de una terraza ocupando suelo público?
Cada uno paga en función de los metros cuadrados que ocupa y de las mesas que pone. En nuestro caso, en el año 2008 pagamos 108 euros por ese concepto, un año más tarde 777 euros, en 2010 algo más de 2.000 euros y para este año nos piden que paguemos 3.600 euros. No está la cosa como para pagar esa cantidad, por lo que hemos decidido solicitar permiso para ocupar una superficie de terraza de 70 metros cuadrados, en vez de los 134 que ocupábamos hasta ahora.
Acaban de instalar en el bar una máquina que ofrece la posibilidad de comprar (a peso) cerca de 30 tipos de gominolas diferentes. ¿Tiene algo que ver con la entrada en vigor de la ley antitabaco?
Es una especie de alternativa para los fumadores y otro servicio más para el conjunto de la clientela. Tenemos la máquina un mes a prueba y si da buenos resultados nos quedaremos con ella, pero tenemos que pensarlo bien porque cuesta 7.000 euros. Lo cierto es que está funcionando; se venden muchas gominolas. Si finalmente nos quedamos con la máquina seguro que hay más de uno en el pueblo que lo agradece, los dentistas.