"Las raquetistas vascas tuvieron gran repercusión y no se les ha dado el reconocimiento que merecen"
Jose Maria Urrutia (México DF, 1953) es hijo del histórico pelotari 'Totolo' y ex puntista. Acaba de abrir en Zarautz una exposición sobre la pelota vasca y las modalidades más curiosas del mundo. Se puede visitar hasta el 6 de febrero en la sala de la casa de cultura Sanz Enea
zarautz. Acompañado de la famosa raquetista de los años 50 María Luisa Senar, que aunque es pasaitarra vive desde hace muchos años en Zarautz, Jose Maria Urrutia presenta orgulloso en Zarautz parte del material sobre la pelota vasca que lleva recabando desde hace años. Este apasionado de sobre todo, la modalidad de cesta punta, asegura que teniendo apoyo económico, se podrían recuperar "grandes joyas" al viajar a países donde jugaron grandes pelotaris y raquetistas de Euskal Herria.
¿De dónde le viene esta pasión?
Mi padre fue el famoso pelotari Totolo y cuando terminó su periplo como tal, estuvo como intendente en el frontón de Gernika. Nacimos en México pero soy de padres ondarreses. En Gernika viví la inauguración del frontón (año 1963) y pude ver a los mejores profesionales de la época jugando, cuando la cesta pasaba el mejor momento que ha tenido en los últimos años. Ondarru, Egurbide, Txurruka, Tximela, Gisasola... ¡Eso era un espectáculo! La gente se quedaba muchas veces sin entrada.
Sin embargo, hoy en día esta modalidad se está perdiendo...
No sé lo que está pasando, porque sobre todo el Jai Alai ha sido la fábrica que más dinero ha traído a Euskal Herria. Es el deporte rey de la pelota por vistosidad y por infinidad de jugadas que se pueden desarrollar. Y es la única modalidad que ha triunfado en el extranjero. Pero muchas veces por temas ajenos a la pelota, políticos o de otra índole, se han cerrado frontones. Por ejemplo, hay países como Francia donde no se admite el juego, las apuestas.
También fue puntista profesional. ¿Cómo empezó a practicar?
Empecé de chaval, hacía piras del colegio e iba a jugar al frontón. Vino la huelga del año 1968 y nos tocó debutar en Gernika. Todavía éramos muy jóvenes, teníamos 16 años. Dos años después jugué en Zaragoza y de allí fui a Yakarta (Indonesia) en 1971, donde inauguré el frontón de allí. Aquello fue la aventura más bonita que he vivido en mi vida.
¿Por qué?
Todo era completamente distinto. No conocíamos ni el país, ni el idioma, ni las costumbres... Era una perfecta aventura que puedes disfrutar de pleno, sobre todo cuando tienes 17 años. La pelota allí no se conocía, era algo novedoso. Es como si aquí vinieran ahora con un deporte que no lo hemos visto nunca ni por televisión. Impactó mucho y gustó. Como los orientales son muy dados a las apuestas, se llenaba el frontón.
Veo que ha tenido la oportunidad de conocer diversas culturas...
Afortunadamente he conocido el oriente, Estados Unidos (norte-sur, este-oeste)... Me encanta viajar y conocer nuevos sitios. Si se escribiera un libro con las anécdotas de los pelotaris, sería un auténtico best-seller a nivel mundial. Por no saber expresarse en inglés e incluso en castellano, pasaban miles de aventuras. Como la de una pareja de pelotaris de unos 18 años que entraron a una tienda en Estados Unidos para comprar un insecticida y empezaron a hacer de mosca y a tirarse al suelo. La chica no sabía si eran unos lunáticos (risas). U otros compañeros que comieron durante un tiempo bonito expresamente hecho para gatos...
La casa de cultura Sanz Enea de Zarautz acoge su exposición sobre la pelota vasca. ¿Qué ofrece?
Como en la villa costera tiene mucho tirón la pelota mano, le dedicamos una sala grande. Luego, también hemos incluido la cesta punta, que es lo que más he conocido. Asimismo, homenajeamos a las raquetistas, porque tengo bastante material sobre ellas. Por otro lado, la muestra presenta fotografías e información sobre la pala, el remonte, el guante...
¿Es la primera vez que ofrece esta exposición en un municipio?
Sí. A raíz de una exposición en Mungia, donde incluí a las raquetistas con la información que tenía de una revista de México porque para mí estaban olvidadas, me sorprendí mucho, porque nadie sabía nada de ellas. Cuando vi que estaba tan desatendido el mundo de estas deportistas vascas pensé en hacer algo por ellas y saqué un catálogo pequeño. Fue un pequeño homenaje y también las he querido incluir en la exposición de Zarautz. Fue una modalidad maravillosa. Tuvieron una gran repercusión y no se les ha dado el reconocimiento que merecen. Nadie se creía que esas mujeres irían a Barcelona o a Madrid con catorce años. Como María Luisa Senar, que fue la estrella de México. Incluso hubo alguna que murió por un pelotazo en el ojo. Me gustaría llevar la muestra a otros municipios.
¿Qué más curiosidades guarda?
Por ejemplo, hemos expuesto un guante de siete kilos que aún se utiliza en México para jugar, denominado misteca, o un aro que hemos colgado con el que jugaban a la pelota prehispánica los guerreros de la tribu palenque. Curiosidades hay infinitas. Como los cromos de las mujeres raquetistas. Eso es inédito hasta para el mayor coleccionista de cromos. Son de los años 50 y los sacó en Santa Cruz de Tenerife una casa tabacalera, La Distinguida. En la época de los cromos, los metían en los paquetes de tabaco. Sacaron la colección porque en Tenerife había frontón de raqueta. Los zarauztarras verán también una raqueta de Inaxi Illarramendi, fotos del puntista Zulaika, el palista Sebastian Aristi... También cuento anécdotas como que Retegi II jugó su primer partido de pelota en Zarautz.
¿De dónde saca todo el material?
Son muchos años recabando. Me gustaría tener algún apoyo, porque tengo reliquias localizadas, pero hace falta dinero. Teniendo opción a viajar, se podrían recuperar verdaderas joyas y obras de arte. Ahora intento conseguir películas de las raquetistas en México, en 1941 o 1942.