"Enseñar a pintar es una maravilla, porque logras que otros descubran lo que pueden llegar a hacer"
Carmen Maura, que prefiere no confesar su edad, es "una enamorada del arte y de la enseñanza", faceta ésta que ejerce en la Academia de Pintura de Irun."Nací en Madrid, tengo raíces en Bizkaia y viví en el Mediterráneo, pero me considero hondarribiarra", señala
Hondarribia. Carmen Maura lleva un año con bastante actividad en su faceta artística. Expuso primero en Irun junto con Javier Sagarzazu y Susana Zaldívar, y este verano lo ha hecho en el Atelier Guevara, el lugar de trabajo que comparte con su hijo Santiago Noain, arquitecto, y con los artistas Aiert Alonso y Mikel Azcona. En estos días está centrada en el inicio de curso de la Academia Municipal de Dibujo y Pintura, que abrirá el lunes el plazo de prematrícula.
¿Cómo llegó a la Academia de Dibujo y Pintura de Irun?
La academia es una institución histórica en Irun, que ha pasado por manos de gente tan ilustre como Gaspar Montes Iturrioz. Tras diversas vicisitudes, el Ayuntamiento sacó a concurso su gestión hace como unos quince años, y fue cuando nos presentamos yo misma, Raquel Salinas y Javier Arizabalo. Ganamos y tomamos las riendas del centro. Hoy, Xabier Arribas ocupa el lugar de Javier Arizabalo y seguimos trabajando muy satisfactoriamente.
¿Cómo están ahora mismo en cuanto a instalaciones y cómo se organiza la escuela?
Estamos en la sede de la antigua escuela administrativa de Anaka, en la calle Reina Fabiola, en la zona conocida como las villas baratas. No podemos quejarnos de espacio ni de la calidad del mismo. En cuanto a la organización, Raquel Salinas está más volcada con los jóvenes, de entre 6 y 16 años. Les enseñamos a dibujar y tocan todos los palos, como el cómic, por ejemplo. Se trata, en el caso de los pequeños, de darles un caramelo de cuando en cuando, de incitarles con cosas nuevas y diferentes, para que no se aburran. Xabier Arribas y yo estamos más centrados en los adultos, que son otro tipo de alumnos, que tienen más claro su objetivo.
¿Ve usted cerca el futuro traslado al centro cívico proyectado en Palmera-Montero?
Es posible que ya me haya jubilado para entonces. Pero ahora mismo estamos bien donde estamos y no me cabe pensar en cosas que no dependen de nosotros.
¿Qué perspectivas tienen de cara a este inicio de curso? ¿Cuentan con la capacidad suficiente?
Las perspectivas son buenas, porque contamos con un núcleo de alumnos que son fieles a la escuela, y siempre se anima alguno más, cada año. En cuanto a la capacidad del centro, hemos llegado a tener hasta 130 alumnos y ahora rondamos el centenar. La escuela tiene, todavía, mucha capacidad para atender a alumnos. Y estamos aquí de lunes a viernes, e incluso los sábados por la mañana. Hay horarios para elegir.
¿Es difícil aprender a pintar? ¿No cree que a la gente le da cierto miedo intentarlo o piensan que carecen de dotes para ello?
Sí, es verdad que hay gente a la que le da miedo. Pero pintar es una técnica a partir de la cual cada uno expresa lo que siente o lo que su entorno le inspira. Aprender a dibujar y pintar, conseguir la técnica, es como cuando uno aprende a leer y escribir, está al alcance de cualquier persona. Requiere de una serie de tareas, de una repetición, como cuando empezamos a juntar la eme con la a y todo eso, y desde ahí, vamos avanzando; y requiere de una constancia y trabajo, naturalmente. Eso lo podemos hacer todos. Una vez se aprende la técnica, lo que entra en juego es la imaginación y la creatividad de cada uno. La base técnica de todo artista es la misma, pero luego, cada cual expresa sus sentimientos en un lienzo o sobre cualquier otro material de formas totalmente diversas.
¿Le estimula más la enseñanza o su propia creación artística? ¿Qué es lo que le aporta cada una de estas dos facetas de su profesión?
Enseñar a pintar es algo maravilloso, porque haces, con muy poco, que la gente descubra una capacidad de disfrutar inmensa, que requiere poco esfuerzo. Es relativamente sencillo poder pintar. Para mí, esto es algo muy estimulante y aprendo mucho, siempre, de mis alumnos. Por otro lado, pintar mis propias obras es algo más íntimo, es ponerme frente a frente con el lienzo y plasmar lo que siento, siempre con música de fondo. Disfruto igualmente con las dos cosas.
¿Cómo animaría a aquellas personas que dudan en dar el paso, para que se acerquen a partir del lunes a inscribirse en la Academia Municipal de Dibujo y Pintura de Irun?
Les volvería a reiterar que dibujar y pintar es algo que todos podemos aprender. Nosotros les daremos el material y la base necesaria. Les diría también que colocar en tu casa un cuadro que tú mismo has pintado es un placer y una satisfacción increíble. Y sobre todo, que todo esto es algo que no cuesta tanto, con constancia y con trabajo.
¿Qué es el Atelier Guevara y qué le aporta trabajar con su hijo y con Aiert Alonso y Mikel Azcona?
El Atelier Guevara es un estudio de diseño, un taller en el que trabajamos y también una sala para exponer lo que hacemos. Nuestro objetivo es dar un toque de modernidad a cosas de toda la vida, como una camiseta, una postal o cualquier otro elemento. Me encanta sentarme a hablar con mi hijo Santiago, que es arquitecto, y con Aiert y con Mikel. Aprendo mucho de ellos.