Donostia. El derribo del viaducto de acceso entre la autopista y la avenida de Carlos I, en el barrio donostiarra de Amara, tendrá que esperar al año 2016, aproximadamente, según los planes de las instituciones que acordaron recientemente suprimir este enlace, tal y como llevan reclamando los vecinos de este entorno desde hace décadas. El momento en el que se pueda tirar el viaducto que une los túneles con Carlos I llegará cuando el Topo haya sido soterrado a su paso por el paseo de Errondo.
La supresión integral de este tramo de carretera quedó plasmada ayer en un convenio suscrito entre el consejero de Transportes del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, el diputado foral de Infraestructuras Viarias, Eneko Goia, y el alcalde de Donostia, Odón Elorza. El acuerdo, que oficializa la decisión adoptada la pasada semana entre las tres instituciones públicas, concreta qué trabajo ejecutará cada una de las tres entidades implicadas en esta reforma, que Arriola calificó de "auténtica cirugía urbana", y que permitirá al barrio de Amara transformar la frontera de cemento que separa ambos lados de Carlos I y convertirla en una avenida urbana.
El alcalde, Odón Elorza, se mostró muy satisfecho por el consenso logrado para eliminar el viaducto, que será posible gracias a la decisión del Gobierno Vasco de soterrar el Topo entre Morlans y Anoeta. Una vez que las vías circulen bajo tierra, la Diputación podrán llevar a cabo el nuevo enlace que llegará desde la variante, por la ladera de Errondo, hasta el paseo del mismo nombre, en las inmediaciones del polideportivo de Anoeta.
El diputado de Infraestructuras Viarias, Eneko Goia, recalcó que la solución adoptada es "la ideal" y manifestó que "el muro de Carlos I caerá".
El responsable foral recordó que las nuevas carreteras proyectadas, como la autovía del Urumea -que conectará con Donostia el 30 de agosto- y el acceso a Hospitales, Miramon y Polígono 27 -que funcionará en 2011-, reducirán notablemente el tráfico en la avenida de Carlos I de modo inmediato.
La Diputación prevé invertir en torno a 30 millones de euros para ejecutar el acceso de entrada a Amara, que llegará por la zona del Velódromo, pegado a la ladera del monte por detrás del frontón y hasta el paseo de Errondo. La salida, por el contrario, será una conexión con el nuevo vial Amara-Hospitales, según concretó Goia.
El diputado foral recordó que la solución acordada entre las tres instituciones dejará inutilizados los dos túneles del actual acceso y sugirió un debate abierto para decidir qué se puede hacer con ellos: o anularlos o aprovecharlos para algo.