Donostia. El arquitecto Rafael Moneo manifestó ayer en su visita a la iglesia de Riberas de Loiola que el local destinado a supermercado, de más de 1.000 metros cuadrados, no está situado exactamente bajo el templo sino debajo de la residencia y los locales parroquiales, "por mantener el carácter sagrado del suelo".

El autor del proyecto manifestó que " por un momento, se pensó que se subvencionase la iglesia con ayudas de los promotores, pero tenía tantas dificultades que nos rendimos ante una idea realmente afortunada, como es la ubicación de un supermercado. Según se dice de los niños recién nacidos, vendrá como un pan debajo del brazo de la iglesia".

Para Moneo, no existe contradicción. "El espacio público y el rito diario de tener el frigorífico lleno pueden tener algo que ver; también con el encuentro entre las gentes", dijo.

A pesar de ello, recalcó que el acceso al supermercado y los garajes -que también se venderán- desde el futuro Jardín de la Memoria, será "discreto". Por otra parte, el futuro párroco Jesús Mari Zabaleta avanzó que aún no se ha cerrado la venta del local, aunque se prevé que permitirá sufragar un 75% del coste de la obra, cifrada en 9,4 millones de euros.