En el parque empresarial de Zuatzu llevan cinco años con un programa para que los trabajadores compartan coche en el trayecto de su casa al trabajo. En Miramon acaban de imitarlo, y la semana pasada emprendieron esta iniciativa. En el Polígono 27 llevan años con la cuestión del exceso de tráfico encima de la mesa, con el problema añadido de que sólo existe un acceso, y en las horas punta se colapsa.

El exceso de coches y los problemas de tráfico y de aparcamiento son un problema común a todos los parques y polígonos de empresas e industrias de la ciudad y, para abordarlo, el Ayuntamiento de Donostia aprobó la semana pasada encargar un estudio sobre planes de transporte a los centros de trabajo de Igara, Belartza, el Polígono 27, Miramon y Zuatzu. Además del estudio, se prevé la implantación, monitorización y evaluación de los planes de transporte planteados en cada caso.

De todas formas, algunos de esos parques ya cuentan con iniciativas propias para abordar el problema. El pionero fue Zuatzu, que en febrero de 2005 emprendió un programa para compartir coche. La gestión se la encargaron a una empresa especializada catalana que, a través de la página web del parque empresarial, pone en contacto a usuarios del polígono que comparten la misma ruta y horarios. Según sus últimos datos del primer semestre del año, 548 personas ha llegado a su puesto de trabajo en un coche compartido, lo que significa que se comparten cada día más de un centenar de vehículos. La empresa catalana calcula que, gracias a esta iniciativa, hay 74 coches menos cada día en las instalaciones de Zuatzu.

Según los analistas de la empresa catalana, que gestiona iniciativas similares en otros polígonos y localidades de todo el Estado, compartir el vehículo en los trayectos hasta Zuatzu supone un ahorro de más de 1.500 euros al año por cada coche que se queda en el garaje. Además, las personas que han compartido vehículo han conseguido que se dejen de emitir a la atmósfera 47,7 toneladas de CO2.

Es una cifra importante teniendo en cuenta que tanto los garajes de los inmuebles que conforman el parque como las plazas de aparcamiento acondicionadas en la calle están saturadas, y que aparcar el vehículo privado puede suponer un problema. A eso hay que añadir el hecho de que en algunas zonas de Zuatzu se vaya a implantar el sistema de OTA el próximo otoño.

Precisamente, también en Igara y en Miramon habrá que pagar por aparcar en determinadas zonas dentro de unos meses y, en ambos casos, estacionar se ha convertido en un problema. En Igara, el hecho de que la entrada al polígono se cruce en la rotonda de Ibaeta con el acceso a Donostia que utilizan 40.000 vehículos al día conlleva algunos colapsos en horas punta.

En Miramon, hace dos años elaboraron un plan de movilidad que sugería la posibilidad de implantar el programa para compartir coche y poder reducir así el volumen de tráfico del parque. El sistema, en el que ha colaborado el Ente Vasco de la Energía (EVE), arrancó la semana pasada. Igual que en el caso de Zuatzu, el programa permite poner en contacto a través de la web del polígono a los usuarios y trabajadores que comparten rutas y horarios.

Josetxo Pena, responsable de movilidad del parque, reconoce que los trabajadores les han trasladado en más de una ocasión su preocupación por la falta de aparcamiento, aunque insisten en que en muchos casos es una apreciación subjetiva ya que existen más plazas que empleados. De todos modos, Pena insiste en que trabajan para mejorar la movilidad interna y en que estudian opciones como implantar un autobús lanzadera interno o algún sistema de bonificaciones para los trabajadores que dejen el coche en casa. También analizan medidas externas, como la mejora de la conexión con Renfe, con EuskoTren o con la estación de autobuses.

El acceso bloqueado

Martutene, sin OTA

En el Polígono 27 de Martutene, de momento, no se han planteado iniciativas similares a la de compartir coche, aunque insisten en que el tráfico y el exceso de vehículos son un problema desde hace muchos años, por lo que están en contacto con el Ayuntamiento para abordarlo. Consiguieron, por ejemplo, que no se aprobara la implantación de un sistema de OTA, al considerar que este problema de movilidad necesita un abordaje general y no una medida aislada. Aunque el Consistorio se lo planteó, finalmente tampoco en Belartza habrá zona azul.

En lo que respecta a Martutene, en la actualidad, Donostibus cuenta con dos líneas que llegan hasta allí, la 26 y la 31. La segunda para en la rotonda de acceso al polígono y la primera, en las horas de entrada y salida de los trabajadores, recorre el entramado de empresas e industrias. Sin embargo, el número de usuarios no es muy alto. "También es difícil cambiar las costumbres de los trabajadores", explica Ainhoa Arregi, de la agrupación de usuarios del polígono. Aunque lo primero para conseguirlo es ofrecer alternativas y, en el caso de Martutene, son complicadas.

Arregi señala que el principal obstáculo para ellos es contar con un único acceso y carecer de viales de servicio, lo que hace que en cuanto un camión para a descargar se obstaculice el paso y provoque colapsos. Eso, unido a que la entrada al polígono coincide con una rotonda "con un flujo tremendo de tráfico todo el día", según Arregi. Por eso, considera que mejorar la accesibilidad al polígono depende de la posibilidad de crear un segundo acceso lo cual, a su vez, está condicionado por posibles proyectos urbanísticos del entorno, como Antondegi.

Mientras, algunos trabajadores llegaron a plantear la posibilidad de facilitar el acceso en bici, aunque el tráfico intenso y el alto número de vehículos pesados son, ahora mismo, un riesgo para los ciclistas.