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Los txikis, los reyes de la fiesta

El entrañable personaje infantil Eguzkilaru trajo ayer la diversión a Arrasate. Los más pequeños fueron los protagonistas de una jornada que ofreció un buen puñado de actividades para pasarlo en grande. Los sanjuanes afrontan su recta final.

Los txikis, los reyes de la fiesta

IMPACIENTES e ilusionados. Así se sentían ayer los más pequeños de la casa que fueron, sin duda, los protagonistas indiscutibles del tercer asalto festivo de los sanjuanes arrasatearras. Era su día y quisieron exprimirlo a tope. Cada cual a su manera, pero con un objetivo común: pasárselo en grande.

El popular y entrañable personaje infantil Eguzkilaru, la encarnación del sol y de la alegría veraniega, volvió a presidir una jornada que reunió todos los ingredientes necesarios para que los niños dieran rienda suelta a la diversión.

Hinchables, talleres de manualidades, balance bike, karaoke, una pequeña instalación acuática, un circuito de cars? El frontón de Zaldibar se transformó por un día en un parque de atracciones que, en muchos casos, obligó a sus visitantes a tomarse un respiro mientras aguardaban en la cola. La fiesta del 25 de junio no defrauda. Al contrario, gana en adeptos año tras año.

Lápices de colores, tijeras, papel, pegamento.... Y, lo más importante, mucha imaginación. Eso que no falte. El espacio reservado para las manualidades se convirtió en un escaparate de destrezas donde un buen puñado de niños invirtieron su tiempo en trazar ocurrentes dibujos. Era el caso de Alazne y Haizea, de cinco y seis años, respectivamente. "El caparazón es marrón y no rojo", les corregía un despierto Julen Ayastui, que al igual que sus amigas pintaba un simpático caracol.

Eran las doce, y a la cita con el entrañable sol naranja congregó a numerosos arrasatearras. Con la cara pintada -habían pasado por el taller de maquillaje-, Beñat y Markel se disponían a tatuarse un extraño símbolo en sus brazos. "Es de mentira, luego nos lo quitamos con agua", se decían el uno al otro. Sobre el escenario, los más osados demostraban sus dotes vocales interpretando conocidas canciones.

De la coordinación de todo el recinto se ocuparon, como de costumbre, los miembros de Txatxilipurdi elkartea. De modo que todos los méritos de que la fiesta infantil vaya viento en popa se debe a esta asociación, que destinó una treintena de monitores para coordinar las diferentes actividades desarrolladas en los turnos de mañana y tarde.

El menú lúdico se completo con una improvisada piscina de espuma, que repitió el éxito de pasadas ediciones. De hecho, enfundada en sus bañadores, la chavalería no dudó en combatir el pegajoso bochorno -el sol calentó bien- con un refrescante baño espumoso. Y para despedir a Eguzkilaru, una vez más los payasos Pirritx, Porrotx eta Marimots pusieron la nota de humor en Monterrón con su espectáculo Irrien lagunak. Otro lleno hasta la bandera.

Pero la jornada ofreció otros muchos aperitivos: el encierro, la concurrida escuela de recortadores que ambientó el coso portátil instalado en Laubide, la parrillada de las txosnas o la bertso trama sobre la quema de Mondragón de 1448 que por la noche escenificaron los bertsolaris Unai Iturriaga, Jokin Labayen, Maialen Lujanbio e Igor Elortza. Sin olvidar, tampoco, los fuegos artificiales que este año cambiaron de día (solían celebrarse el 24 de junio).

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Comparsa, pollo y música

Los sanjuanes cerrajeros afrontan hoy su recta final. Y lo harán de la mano de los gigantes y cabezudos -para conmemorar su 25º aniversario, la comparsa reunirá en kalejira y en una posterior comida a los voluntarios que durante estos años han pasado por ella-, la Patxin Matxin Skate jaia o la degustación de pollo con Eusko Label en la Herriko plaza que coordinará Goikobalu. Los conciertos, por su parte, se ocuparán de ambientar las txosnas.