Astigarraga. A pesar de que la amazona Andrea Romero compite en categoría de ponis, estos caballos no tienen mucho que ver con los paticortos cuadrúpedos del Monte Igeldo de Donostia. El más pequeño de los ponis de competición (el A) mide hasta el inicio de la cresta 1,10 metros. El C, con el que Romero se proclamó campeona de Euskadi, mide 1,40 metros y salta en las competiciones alturas de hasta 1,10 metros. Y acaba de comprarse uno de la categoría D, el más grande de todos, que salta hasta 1,20 metros en las pruebas. La jinete, muy tímida, pero arropada por su padre, Jaime Romero, explica las peculiaridades de las competiciones de salto.

¿Cuándo empezó a montar en caballo?

No me acuerdo. Cuando tenía cuatro o cinco años le pedí un caballo a los aitas. Los veía arriba en el monte de Astigarraga. Con cinco años empecé a ir a Listorreta (Errenteria). Después de montar unas semanas, el aita decidió llevarme a Bugati (Lasarte-Oria).

¿Cómo se inició en el salto?

Cuando terminé el curso en Bugati, empecé a ir a la hípica de Loiola y allí comencé a saltar. Pero ahora estoy en el club de Miracampos con el profesor Rubén Gómez que es de Bilbao.

¿Ésta es su modalidad preferida?

Sí. Bueno, no sé. También me gusta pasear por el monte, pero en el salto competimos. Y a mí me gusta mucho ganar.

¿Cuántos días a la semana va a entrenar?

Voy todos los días a la hípica. Sólo falto algunos lunes. Además, al caballo hay que sacarlo porque si no para él es como un castigo.

Gracias a su esfuerzo y afán de superación este año ha quedado primera en el campeonato de Euskadi. ¿Fue difícil?

Durante toda la temporada había hecho buenas pruebas. Unos días mejor y otros un poco peor. Para llevarme el trofeo el entrenador me dijo que no arriesgara, que con no tirar ninguna barra ya valía. Y eso es lo que hice.

¿Cuántos jinetes tomaron parte?

Pues salieron unos 200 caballos. Yo tengo once años y en mi categoría hay niños de hasta 16 años. Yo soy de las más pequeñas.

Quedar entre las cinco primeras de la comunidad le dio el paso directo al campeonato de España. ¿Le acompañó la suerte?

No mucho. Había mucha gente, unos 400. El sábado quedé novena y el domingo tiré una barrita.

¿Le sorprendió el nivel que había?

No, porque ya conocía a los rivales. Al final siempre peleamos los mismos.

¿Se pone nerviosa antes de salir a pista?

Sí, mucho. Eso el caballo lo nota y es malo. Es una de las cosas que el aita me dice que tengo que mejorar.

Ya se ha acabado la temporada, ¿cómo va a preparar la próxima?

Éste es el primer año que competimos tanto y en pruebas tan importantes. La próxima temporada sólo participaré en los torneos más conocidos.

¿Es la única apasionada de los caballos en casa?

Ahora la equitación les gusta a todos. Al aita, a la ama, al aitona... Mi hermano pequeño también monta un poco, pero le gustan más los videojuegos. Y toda la familia me acompaña cuando hay competición. Solemos salir los viernes y a veces pierdo clase.

¿Cuántos caballos tiene?

Tres. Txuri, Duna Sim 435 e Ibaixka. Txuri es poni B, Duna es C e Ibaixka, D, que todavía es un potro. Los cuidan en Miracampos.

¿Cuál es el nivel de este deporte en Gipuzkoa?

No muy alto. Todavía hay poca gente que se dedica a la equitación. En Bizkaia hay más. Cada vez empieza más gente.