El exfutbolista Zuhaitz Gurrutxaga habló sobre sus problemas de salud mental este jueves en El Intermedio.
El elgoibartarra habló con Andrea Ropero sin tapujos sobre cómo fue vivir con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Explicó cómo vivió la presión que hay sobre los jugadores de élite, y cómo dicha presión afectó a su salud mental cuando era futbolista.
Zuhaitz debutó con tan solo 19 años en la Real Sociedad. "Era demasiado joven. No supe gestionar aquella presión y responsabilidad. Poco a poco empecé a padecer problemas de salud mental como ansiedad, depresión y trastorno obsesivo compulsivo", explicó.
Según dijo, para triunfar a esa edad hay dos opciones, o ser más maduro de lo que tocaría a esa edad o ser un inconsciente y no darse cuenta de nada. "Si tú eres consciente de que si fallas en un partido y mete gol el rival, media provincia se va triste a casa y el día siguiente se va enfadada a trabajar, eso te mata. Desgraciadamente yo era muy consciente de todo esto", lamentó.
Prefería no ganar
El exjugador señaló que poco a poco se fue dando cuenta de que esa situación le sobrepasaba, tanto que llegó a "preferir no jugar".
"Prefería estar en el banquillo y no jugar, y cuando jugaba lo único que intentaba era no decepcionar y pasar desapercibido", explicó.
Asimismo, recordó el año 2003, temporada en el que la Real estuvo a punto de ganar la Liga frente al Real Madrid. Este fue el año en el que peor lo pasó: "Cada domingo la Real ganaba, y cada domingo la distancia entre la felicidad de toda la provincia y mi tristeza se agrandaba".
Recordó que en un partido decisivo en Vigo, él prefirió no ganar la Liga: "El pensar que la felicidad que iba a haber a mi alrededor cuando yo lo único que quería hacer era meterme en mi habitación y llorar era insoportable".
Vivir con obsesión
Lo que para cualquiera es una manía, para una persona con TOC es una obsesión, y eso le tocó vivir a Gurrutxaga en su día a día: "Empiezas a obsesionarte con si has cerrado bien la puerta de casa, has apagado la luz, la vitro, el horno... Te empiezas a obsesionar con eso, te sube la ansiedad y la única manera que tienes de bajar esa ansiedad es hacerla compulsión", explicó. Es por eso que, antes de ir a entrenar, se "pasaba media hora o 40 minutos verificando todo eso".
La higiene también se convirtió en una obsesión para Gurrutxaga: "Me daba miedo tocar cosas o gente porque pensaba que me iba a contagiar de algo", aseguró.
"Entonces piensa cómo es ser defensa central en un equipo de primera y tienes que marcar a un delantero, pero no demasiado cerca porque ese sudor te puede contaminar", contó el exfutbolista a Andrea Ropero.
Como consecuencia de todo esto, el guipuzcoano empezó a ser "el futbolista mas antipático de Primera división". "No me atrevía a darle la mano a un aficionado, ni a coger sus bolis para firmar autógrafos", lamentó.
Ayuda psicológica
Su madre fue quien se dio cuenta de que el futbolista no estaba bien y le aconsejó acudir a un especialista, que en palabras de Gurrutxaga, fue "lo mejor" que ha hecho en su vida.
El exfutbolista ha plasmado todas estas vivencias junto a Ander Izagirre en el libro que acaban de publicar: 'Subcampeón', donde cuenta su historia desde el humor.
Zuhaitz contó que futbolistas de Primera y Segunda división le están escribiendo para felicitarle por su libro y para contarle que se sienten identificados en su historia.
Precisamente el exfutbolista contó que fue gracias al humor como se reconcilió con el fútbol y con él mismo.