[Gastroleku] Asador Aker: familia, cariño y tradición
Cuzcurrita del Río Tirón, considerado uno de los 10 pueblos más bellos de La Rioja, ofrece innegables atractivos enológicos y culinarios como esta casa cálida y acogedora
En este frenético mundo del periodismo gastronómico la dinámica nos lleva a descuidos imperdonables y a felices relaciones de ideas. Así, el leer recientemente la noticia de que la Guía Proensa había calificado con 95 y 98 puntos los vinos “Blanca” y “Tilo” de Bodegas Castillo de Cuzcurrita me hizo recordar que en marzo, tras visitar dicha bodega y degustar sus maravillosos vinos de la mano de su enóloga, la bizkaitarra Ana Martín Onzain, tuve el placer de comer en el Asador Aker, sito en el mismo municipio, donde disfruté de una agradable sentada en muy buena compañía.
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A lo largo de la misma fuimos atendidos por el propietario, Aritza Burgoa, que dirige esta casa familiar fundada por sus padres, Ángel y Ana, tras un golpe de suerte en forma de cupón de la ONCE en verano de 1997. Ana, que entonces regentaba con su marido el Hogar de los Jubilados de Cuzcurrita, tuvo el afortunado presentimiento de comprar tres cupones al vendedor local y recibieron un “pellizco” millonario que no les permitió retirarse pero les dio músculo económico para abrir su propio restaurante.
Tras dos décadas y media este elegante y acogedor espacio se ha convertido en una referencia en la localidad, situada en el corazón de la Rioja Alta, tanto por su variedad y calidad culinaria como por el trato dispensado por Aritza, cercano, abierto y personal, compartido con la dirección en sala de Yuni Gómez, su esposa, madre de su hija y compañera de fatigas desde hace más de 20 años, que se dice fácil. Aritza ofrece una cocina basada principalmente en el producto y la tradición en la que cobran especial importancia los hongos, recolectados por él mismo, y la caza, ofrecida principalmente en otoño.
En nuestro caso, Aritza optó por darnos a conocer los “must” de su carta, empezando por unas croquetas caseras rellenas de carrillera y rabo a la brasa que sorprenden por la contundencia de su sabor y destacan por su melosidad y la fluidez de la bechamel, una excelente muestra del nivel de este guisandero recomendado por la Repsol que siguió su alarde culinario con otro plato emblemático elaborado en memoria de su abuela: unos sabrosísimos puerros tibios con garbanzos y ajitos crujientes a los que siguieron los igualmente exquisitos pimientos del Cristal llevados a un envolvente y atinado pil-pil, primorosamente presentados y servidos con yema de huevo.
Las carnes y pescados a la parrilla son el caballo de batalla del local y Aritza optó por su pescado fetiche, la lubina, que “diseccionó” en mesa con artes de cirujano y que nos confirmó su dominio de la brasa, y rematamos con otro de sus “imprescindibles”: el milhojas relleno de tiramisú que Yuni riega ante los comensales con abundante chocolate casero que aporta la guinda del pastel a este suculento postre que terminó de saciarnos y nos dejó claro que tenemos que volver al Aker, ya que se nos quedaron en el “debe” multitud de tentadores y sugerentes platos como los corazones de alcachofa con crema de hongos y polen, la carrillera de ternera a la brasa y en salsa de vermut de Alfaro, las albóndigas de chuletón en salsa de blanco, las manitas de ministro en salsa roja semipicante, el bacalao a la parrilla con pimientos de Tormantos...
[Gastroleku] Castillo de Cuzcurrita: la bodega de los cuatro vinos
Por supuesto, la bodega es excepcional con gran profusión de vinos de los alrededores y destaca también su cocina de cuchara con propuestas como los caparrones de Anguiano, la alubia arrocina, las pochas con almejas o la sopa de pescado y marisco que hacen muy recomendable la visita a este asador en invierno. La cocina de Aritza es, a fin de cuentas, un canto de amor de un cocinero de origen vasco a la tierra en la que vive, trabaja y ama, un homenaje culinario a La Rioja de la mano de un guisandero con alma de poeta.
Cuzcurrita, destino gastronómico, enológico y monumental
Si optan por acercarse a Cuzcurrita a gozar de la cocina de Aker, tómense el día con calma para disfrutar también del municipio, ya que este pequeño enclave riojano que no alcanza los 600 habitantes cuenta con vistosos atractivos arquitectónicos que incluyen iglesias, ermitas, castillos y unas evocadoras calles adoquinadas con preciosas fachadas y plazas que invitan al paseo y al relajo. Asimismo, es altamente recomendable la visita a la bodega mencionada al inicio, Castillo de Cuzcurrita, también provista de un impresionante patrimonio arquitectónico, y que puede realizarse previa reserva telefónica.