Caldo de pollo, de verduras, de pescado o de cualquier alimento que se nos ocurra puede ser la base de una exquisita receta, o de una sopa caliente en invierno. Muchas personas prefieren comprarlo preparado en brick, otras, en pastillas. Sea como sea, es un ingrediente muy versátil ya que también  pueden ser la base de una rica salsa para acompañar todo tipo de carnes o pescados. 

Sopa. Bagirov Fariz

Vivimos en una época en la que nuestros hábitos requieren de cierta inmediatez y por ende es mucho más sencillo comprar las pastillas de caldo del supermercado. Sin embargo, prepararlas nosotros mismos en casa tiene la ventaja de que en todo momento sabemos lo que estamos comiendo. Además, tendremos a disposición un rico caldo siempre que lo necesitemos.

Ingredientes para preparar las pastillas de caldo:

  • 150 gramos de carne (pollo o ternera).
  • 300 gramos de verduras (calabacín, puerro, cebolla, apio y zanahoria).
  • Un diente de ajo.
  • Un tomate.
  • 150 gramos de sal gorda.
  • 85 ml de vino blanco.
  • Dos hojas de laurel.
  • Una cucharada de perejil.
  • Una cucharada de hierbas aromáticas.
  • Dos gramos de agar.

¿Cómo prepararlas?

  1. Lava y corta las verduras.
  2. Sofríe la carne y las verduras.
  3. Añade al sofrito las especias y el vino.
  4. Cuece todo durante una hora.
  5. Tritura toda la mezcla.
  6. Añade el agar.
  7. Vierte la mezcla sobre un molde en forma de cuadraditos.

¿Qué beneficios tienen estas pastillas caseras?

La principal ventaja de estas pastillas de caldo caseras frente a las de supermercado es que puedes añadir los ingredientes que desees y puede elegirlos frescos para que el resultado final sea de una mejor calidad. Además, las pastillas de supermercado suelen tener un exceso de aditivos. Otro de los pros de esta preparación es que se puede adaptar la receta a gustos, intolerancias o alergias. Eliminando la sal puede servir para preparar purés para los más pequeños de la casa.

¿Cómo utilizarlas?

Su uso es exactamente el mismo que le damos a las pastillas de caldo del supermercado. Disolviendo una pastilla en 500ml de agua caliente, obtendremos una exquisita sopa o podremos realizar una salsa para diferentes recetas.

¿Cómo se conserva?

Estas pastillas no están secas, por lo que se deben almacenar en el frigorífico. Tienen una duración estimada de unas semanas, ya que no llevan aditivos ni ningún conservante. Para asegurar una duración más larga se puede optar por su congelación, llegando a conservar sus propiedades durante meses.

Como bien sabemos, las pastillas de caldo caseras no van a igualar a la rica sopa de nuestras abuelas. Lo que sí que conseguiremos, es tener un exquisito caldo a nuestra disposición cuando nos haga falta y sin tantos añadidos artificiales como llevan las de supermercado.