La Parte Vieja se encuentra en plena ebullición. Y no solo porque esta semana se esté celebrando la Aste Nagusia con todo lo que ello conlleva de saturación humana per se, no. Fuera de las fechas festivas, los turistas han tomado, literalmente, lo que antes era punto de encuentro casi exclusivo de donostiarras y gentes de la provincia. Y sumado a ello, hace ya unas cuantas semanas que han empezado a formarse enormes colas a la puerta de ciertos bares tocados por la varita mágica de las guías turísticas y los posts de Instagram y Tiktok, colas que el año pasado llegaron a superar en algunos casos las dos horas de espera. 

Este fenómeno acarrea dos consecuencias que afectan a lo que antes era un equilibrio casi natural en esta preciosa zona de la capital. Por una parte, el público local, al ver en la prensa y los medios la parte más morbosa del verano koxkero, es decir, las colas o los “sablazos” que mencionan las personas que son entrevistadas por las diversas televisiones, siempre en busca de carnaza, decide no acercarse a la Parte Vieja y opta por otras zonas de la ciudad o, sencillamente, ni se plantea el acudir a ella. Y por otra, nos encontramos con que, incluso en pleno verano, hay calles, zonas y tascas que al encontrarse esquinadas o apartadas de las zonas más turísticas, ven cómo la frase “hacer el agosto” no va con ellos.

Por lo tanto, con la sana intención de animar al público local a que no abandone la denostada Parte Vieja, un barrio que sigue siendo el corazón de Donostia y una zona que mantiene auténticos tesoros gastronómicos, hosteleros, comerciales y arquitectónicos, ofrezco en este artículo ocho propuestas de bares en los que no hay que hacer cola para entrar, en los que no vamos a encontrar tantos turistas como en los bares recomendados en guías y redes, y en los que no nos van a crujir como en los insaciables grupos inversores hosteleros. Son ocho bares en los que todavía encontraremos autenticidad, tradición, identidad y, sobre todo, precios ajustados.

La elección de las fotografías, ojo, no es inocente. Es la primera vez que hago públicas muchas de ellas. Mírenlas con atención. ¿No ven nada raro? Barras rebosantes de pintxos sin protección, sonrisas francas entre los hosteleros, gentes algo más jóvenes que en la actualidad… Son fotografías realizadas durante los primeros días de marzo de 2020, cuando aunque algo se oía, nadie, absolutamente nadie se esperaba el desastre que iba a desatarse en apenas dos semanas. Fotos que iban a publicarse en la tercera edición de La Senda del Pintxo, libro que quedó sin ver la luz y que todavía no sabemos si la verá. Fotos de un tiempo que no volverá, pero al que pueden homenajear acercándose a estos bares y haciendo uso de los mismos. 

ORDIZIA

Me permito ofrecer doble espacio gráfico a la entrañable taska dirigida por los hermanos Benito, Mikel y Joseba, ya que han sido los reconocidos este año con el Premio al mejor Pintxo Tradicional por la Asociación Jakitea gracias a su rico pintxo de txipiron. Y es que estos dos hermanos son de los pocos que siguen, a pies juntillas, la filosofía de los bares de pintxos de antaño. Pintxos sencillos, tradicionales, elaborados con cariño siguiendo la estela de su padre, Félix, fundador del bar fallecido hace escasos meses, que mantuvo toda su vida una intachable vocación hostelera que le hacía acudir, incluso jubilado, a su Ordizia originaria a ayudar a otros amigos tabernaris. Mucha historia guarda esta casa.

GORRITI 

Una de las barras de pintxos más espectaculares y dinámicas de la Parte Vieja en un minúsculo bar lleno siempre de gente y de camareros, donde quien más trabaja es el jefe, Juantxo Pérez Irazu, tabernero de raza que atiende la barra, corta el pan, dirige al equipo y no pierde el humor. Pura Parte Vieja. 

ETXEBE 

Esencia koxkera 100% representada por Helio Cano, nacido en Sevilla, criado en Hernani y casado con una cocinera de Mutiloa. De ese cóctel no podía salir nada malo como lo demuestran los excelentes pintxos, embutidos y vinos que pueblan este bar que encanta al público local.

PACO BUENO

Paco y María Jesus, presentes en la foto, ya no están en el bar, aunque son sus hijos y sobrinos los que lo dirigen, manteniendo la excelente oferta tradicional de pintxos y fritos que no ha cambiado desde su apertura en 1950.

INTZA 

El bar con la terraza más discreta y veterana de la Parte Vieja destaca por sus ricas tortillas de ropa vieja y de hongos, su exquisito bacalao y su excelente oferta de pintxos y platos tradicionales, así como por el trato y el buen precio. Un encuentro con el ambiente y los sabores de toda la vida.

TXULETA 

Ander Esarte y Marian Garmendia dirigen un gran equipo humano que atiende con eficacia la larga barra de este populoso bar y sus mesas. Si pasamos al comedor podremos disfrutar de una cuidada carne y algunos de los más impecables platos tradicionales de toda la Parte Vieja

ITXAROPENA 

Moha representa muy gráficamente los nuevos aires de la Parte Vieja: un norteafricano que, tras trabajar durante décadas en infinidad de locales, dirige su propio bar con una oferta netamente local y tradicional, convirtiéndolo en uno de los favoritos de los propios hosteleros, con todo lo que ello significa. 

LA VIÑA

Parece contradictorio terminar un listado “sin colas” con La Viña, el bar que mayores colas genera debido al éxito sin precedentes de su tarta de queso, ese producto que ha trastocado la misma esencia culinaria de lo Viejo y que ha generado imitaciones, plagios, y hasta la admiración entusiasta de algún que otro político sin mucho criterio gastronómico. Pero hay vida más allá de la tarta, y si acudimos a La Viña a comer o a tomar un pintxo no hay que esperar cola, y este veterano bar es uno de los más atractivos locales de picoteo del lugar. Prueben su ensaladilla, su bacalao, su canutillo de queso y antxoa ganador de uno de los primeros concursos de pintxos… o siéntense en su comedor y disfruten de su variada oferta tradicional. Gocen de La Viña… pero háganlo sin tarta… y sin cola.