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Productos de la tierra del Quijote: un festín de sabores y tradiciones

La casa de Castilla-La Mancha divulga en Donostia los exquisitos manjares de su gastronomía

Productos de la tierra del Quijote: un festín de sabores y tradicionesIker Azurmendi

Sabores, olores y texturas para viajar a través del paladar. Los productos típicos castellanomanchegos conquistaron por el estómago a las numerosas personas que el pasado 26 de mayo se acercaron a la Plaza de la Constitución de Donostia, escenario del encuentro anual de casas regionales que volvió a compartir y difundir cultura y gastronomía por los cuatro costados. 

Para la casa de Castilla-La Mancha, que el próximo 6 de junio cumplirá dos años de recorrido en la capital guipuzcoana, era su puesta de largo en esta fiesta que, en palabra de su presidente Alfredo Medina, ha resultado ser “un rotundo éxito”. Una veintena de socios y socias trabajaron sin parar en la caseta que llenaron de productos tradicionales de la tierra del Quijote, que el público degustó, y también agotó. “Nos quedamos sin existencias”, se congratula Medina, que ya adelanta que, tras esta primera satisfactoria experiencia, el año que viene repetirán. Hasta la feria se acercaron, entre otros representantes institucionales, el alcalde Eneko Goia, la delegada del Gobierno español en Euskadi, Marisol Garmendia, la directora general de Cooperación Internacional de la Diputación Foral de Gipuzkoa Ana Priede, y la concejala jeltzale en el Ayuntamiento donostiarra Ana López.

Joyas gastronómicas

Exquisitos manjares distinguen a la gastronomía castellanomanchega; un tipo de cocina que sabe aprovechar los recursos de la tierra, que nace de sus raíces, sobria, transparente y de calidad, que combina a la perfección tradición y origen con innovación. En el expositor que montaron en la Plaza de la Constitución el muestrario fue rico, a la vez que variado: aceites, vinos, aceitunas, miel de la Alcarria, el ajo morado de Las Pedroñeras, patés en sus diferentes variantes de ciervo, corzo y perdiz, embutido, berenjenas embuchadas, almendras fritas y crudas... Y, por supuesto, queso; un verdadero “buque insignia” de la región que fue testigo de las aventuras del ingenioso hidalgo que salió de la pluma de Cervantes. 

Embajadora 

Asimismo, como buena embajadora de Castilla-La Mancha, la casa que agrupa a más de 80 socias y socios, muchos de ellos donostiarras, puso a disposición del público una serie de folletos informativos con los atractivos gastronómicos y turísticos de la comunidad, que ostenta, además, el título de “mayor viñedo del mundo”. “Castilla-La Mancha tiene mucho que ofrecer: su historia, tesoros de la naturaleza, hitos arquitectónicos y pueblos llenos de encanto”, destaca Medina. Una tierra para descubrir también en el propio plato, dándose un festín de sabores únicos, con sello castellanomanchego.