“Es importante tener una motivación en la actividad profesional, encontrar sentido a lo que haces”. Esta frase, que parece sacada de un libro de autoayuda, es la máxima que guía a Carlos Bujanda Martínez de Piérola, que a punto de cumplir los 60 y tras una vida dedicada al vino que le ha llevado a dirigir tres bodegas, se embarcó hace cinco años en un cuarto proyecto que mezcla viticultura, enoturismo, hostelería y alfarería. Natural de Moreda de Álava, es en Rioja Alavesa donde este emprendedor creó y desarrolló Piérola, su bodega más conocida. “Pertenezco a una familia de labradores, como se decía antiguamente. Mi padre, Félix, y mi abuelo, Félix, siempre cultivaron la vid, así que cuando decidí abrir la bodega no me tuvo que explicar nadie qué era podar, sulfatar, vendimiar… era lo normal para nosotros”.

De todas maneras, la vocación de Carlos Bujanda iba por otros derroteros. Cuando alcanzó la edad adulta estudió Ciencias Económicas en la Universidad de Zaragoza y tras licenciarse consiguió una plaza pública como funcionario trabajando para el Gobierno Vasco. “Lo normal es que hubiera acabado mi vida allí, pero a los dos años decidí dejarlo” comenta orgulloso. Tras su periodo “público” trabajó en Marqués de Cáceres, de ahí pasó a director gerente en Campillo y en 1996, con 33 años, montó Piérola con sus hermanos.

Vino y alfarería

Su aventura vinícola no quedó ahí. Diez años después, buscando nuevos mercados, este alavés montó sendas bodegas en Ribera del Duero y Rueda y en 2018 se embarcó en una última en Navarrete (Rioja Alta): Bodegas FyA, con un concepto innovador y en total comunión con la tierra y el paisaje de dicha localidad, unida secularmente con la alfarería. Y es que Navarrete es un municipio en el que hasta hace 50 años el 70% de la población se dedicaba a trabajar el barro conservando hoy diez talleres de alfarería, algo remarcable en un pueblo de 3.000 habitantes.

La nueva aventura de Bujanda está unida a ese carácter alfarero en todos los sentidos. Por una parte, bodega y viñedo están enclavados en las tierras de Navarrete, de las que procede la arcilla de los alfareros, con lo que el terroir es el mismo del que se nutren las piezas de los artesanos locales. Por otra parte, la bodega es un edificio moderno y vistoso cuyos colores marrones y granates, en consonancia con su entorno, actúan como “camuflaje” integrando el edificio en el paisaje en el que destaca, al fondo, la sierra de Moncalvillo que aporta frescura al viñedo y, por ende, al vino.

Pero la mayor muestra de la unión de Bodegas FyA a su entorno es su filosofía de crianza, ya que una buena parte de su producción, más de 80.000 litros, se cría en tinajas de barro de 1.000 litros. De hecho, la zona de crianza es una hermosa y original combinación de tinajas y tanques de inoxidable que la convierten en un espacio único.

Por si esto fuera poco, la bodega cuenta con un Museo de la Cerámica con 1.000 piezas históricas relacionadas con el mundo del vino aportadas por el profesor de Historia del Arte Enrique Martínez Glera, que se muestran de manera temática, comenzando la visita con un audiovisual, moderno y dinámico, que maravillará hasta a las personas menos interesadas en estos temas..

IMPLICACIÓN POR GIPUZKOA

Un hotel de 4 estrellas con spa, sauna y gimnasio y un restaurante con un amplio y luminoso comedor con vistas a los alrededores completa la oferta vinícola, gastronómica y turística de la última locura de este inquieto alavés, Carlos Bujanda, a quien Gipuzkoa debería levantar un monumento pues también resulta remarcable su implicación y sintonía con nuestra provincia: Toda la estructura metálica de la bodega ha sido construída en Imeguisa (Ormaiztegi), y la carpintería en Iradi (Hernani). Los hornos del restaurante son de Fagor y el chef que lo dirige, Cristian Solana, se formó y trabajó en Martín Berasategui. ¿Quieren más? El hermano de Carlos, Luis, reside en Donostia, es Médico digestivo y profesor titular en la UPV/EHU así como investigador en Biodonostia. Al igual que su hermano, Luis es persona inquieta y amante del mundo del vino, lo que le ha llevado a escribir el libro El Vino a través de la Historia, prologado por Juan Mari Arzak y que puede adquirirse en la bonita tienda de esta bodega que debería visitar todo amante del vino, la historia y la cultura que se precie.