El risotto es un plato que surgió en el siglo XVI en el norte de Italia y aunque es una receta muy popular, cuesta pillarle el punto del arroz, que debe estar cremoso, ojo, no caldoso. Y es que el secreto de un buen risotto radica básicamente en respetar cada paso de su proceso de cocción, no tener prisas y demostrar una gran destreza y constancia removiéndolo. Puedes elegir la receta que más te guste y hacerlo con setas o champiñones, cuatro quesos, con verduras, marisco... 

Primero preparamos el caldo con el que vamos a cocinar nuestro risotto, que puede ser de verduras, pollo o pescado, en función de los ingredientes que lo acompañen. Después prepararemos un sofrito de cebolla en una cacerola a fuego lento hasta que ésta adquiera un tono dorado. El resto de ingredientes de acompañamiento del arroz los añadiremos para rehogarlos con la cebolla. Sin embargo, si elegimos pescado o marisco como aderezo, es mejor cocinarlos por separado y añadirlos al final de la preparación de nuestro risotto.

La base de arroz

Elegir el tipo de arroz adecuado también es muy importante si queremos que el resultado de nuestro risotto quede espectacular. Debemos tener en cuenta que para reproducir este plato, lo más recomendable es elegir entre el arroz arborio o el arroz carnaroli. Y eso es porque su grano tiene un alto contenido de almidón y es corto y duro, lo que le permite absorber bien el líquido y aguantará bien cuando lo removamos reiteradamente. Una vez elegido el tipo de arroz debemos cocerlo entre 15 y 18 minutos, de tal forma que quede tierno por fuera y al dente por dentro. Para ello añadiremos el arroz a la cacerola donde tenemos nuestro sofrito y el resto de ingredientes y lo tostaremos.

Ya tostado y aderezado, el siguiente paso consiste en verter el caldo en esa misma cacerola y hacerlo poco a poco para que sus granos absorban todo el sabor mientras removemos el arroz de forma constante para que suelte todo el almidón. Y recuerda que durante los quince minutos que dura su proceso de cocción no debemos dejar de remover en ningún momento.

Dos minutos antes de su cocción completa, hay que añadir el queso, mejor si es Grana Padano. Y cuidado, ¡no te olvides de seguir removiendo el arroz hasta el final! Ya retirado del fuego,

Añade mantequilla para conseguir la textura deseada. Déjalo reposar durante cinco minutos aproximadamente y ya está listo para disfrutar de un sabor que nos transporte a la más auténtica Italia.