¿Tiene alguna afición aparte de la cocina?

El gimnasio y andar en bici. Me encanta andar, en general, y perderme.

¿Y dónde se perdería?

Me gusta “perderme” en lo viejo, y en el parque de Ame-tzagaña, entre las ardillas.

¿Su plato favorito para cocinar?

Los callos, porque me reto a mi misma a acordarme de todos los ingredientes sin mirar la receta… y aunque se me olvide alguno, que a veces pasa, siempre me salen bien.

¿Y el producto que menos le gusta trabajar?

Los riñones, pero no porque no me gusten, sino por lo costoso que es limpiarlos. Eso sí, luego los clientes los agradecen mucho porque no se encuentran en muchos sitios. Yo los hago en brocheta y al Jerez.

¿Y su plato favorito para comer?

Un buen potaje. Garbanzos, cocido madrileño… soy capaz de comerme unas lentejas antes de cenar, y el día que cierro busco un buen lugar de comida casera para meterme un buen “potajón”.

¿Hay algún plato que aborrezca?

No me gusta nada el pescado, salvo el bacalao. Y tampoco me dicen nada las cosas del pato, el foie, el magret...

Recomiéndenos dos o tres restaurantes de Gipuzkoa.

El Aratz de Igara me encanta porque son muy de tú a tú y porque cocinan muy bien. Y por el mismo motivo me gustan mucho el Carmen de Lezo y el Besabi de Urnieta. No solo se come muy bien en ellos, sino que están los dos en un entorno maravilloso. Es una gozada tomar el café en la terraza del Besabi, bajo el Adarra. Y para picoteo, sin duda, me quedo con el bar Sport de lo viejo. Lo hacen de maravilla y además son majísimos.