El Real Madrid atraviesa una tormenta
El conjunto de Xabi Alonso alimenta las dudas al encadenar su peor racha de la temporada y ceder el liderato de LaLiga: se exige una reacción urgente mientras el proyecto deportivo está disfrazado de paciencia
"Tenemos que cambiar esta dinámica y demostrar quiénes somos”. Palabras francas de Kylian Mbappé que son la representación del momento que se vive en el vestuario de un Real Madrid que cada día que transcurre acapara un mayor número de críticas. La llegada deXabi Alonso el pasado verano se antojaba como un giro de los acontecimientos, como una nueva y esperanzadora etapa tras el agotado ciclo de Carlo Ancelotti, una revolución en definitiva, pero a medida que discurren las semanas las sensaciones empeoran. El técnico tolosarra está cada vez más cuestionado.
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El primer revés del nuevo proyecto llegó en el Mundial de Clubes. No obstante, la dura goleada sufrida ante elParis Saint-Germain (4-0) no pareció hacer demasiada mella. Al fin y al cabo, se trataba de un equipo en proceso de construcción, tal y como subrayó el propio Alonso. El proyecto se ponía en marcha en agosto, una vez concluido el concurso en el Mundial y tras una breve pretemporada. El equipo encadenó siete triunfos. Llegaron tiempos de rosas y champán en Chamartín, adonde había regresado un hijo pródigo. Pero el derbi contra el Atlético de Madrid dejó una dolorosa derrota (5-2) y el primer aviso serio. Se detuvieron en seco las fuertes expectativas.
Anfield devuelve las dudas
La alerta se acalló con un tramo de seis triunfos consecutivos, entre ellos el del Clásico del pasado 26 de octubre (2-1). Parecía un golpe de autoridad del Real Madrid. Los blancos se mostraban decididos a reconquistar la liga. Seguido llegó una contundente actuación ante el Valencia (4-0) para ratificar las aspiraciones. Pero la visita al Liverpool en la Champions League recuperó viejos fantasmas (1-0). El Madrid volvía a presentar serios problemas ante conjuntos con cartel. En paralelo, Alonso ofrecía dudas sobre su equipo predilecto: en las nueve primeras jornadas de liga alineó nueve equipos diferentes.
A medida que el Madrid se adentraba en noviembre las dudas crecían hasta dar pie a la peor racha del curso. En apenas un mes las sensaciones han dado un giro drástico. Tres empates consecutivos en la competición doméstica (Rayo Vallecano, 0-0; Elche, 2-2; Girona, 1-1) han descabalgado al plantel blanco del liderato. Resultados que han llegado en duelos a domicilio, pero que se han sucedido frente a equipos situados en la mitad inferior de la clasificación, lo cual resulta más preocupante. El último compromiso en la Champions se saldó con una ajustada victoria ante el Olympiacos (3-4), otro partido que generó interrogantes. “Hay que seguir, esto es muy largo”, declaró Alonso tratando de infundir calma tras empatar con el Girona. Pero la urgencia contrasta con la paciencia.
Hoy es el día en el que el Real Madrid aparece a un punto del Barcelona en LaLiga y es quinto en la Champions, a tres puntos del liderato del Arsenal. Es decir, conserva plenamente sus aspiraciones a ganar todo por lo que compite. Pero además de los resultados recientes, que degeneran en un momento convulso, existen otros argumentos que pueden ser motivos de preocupación.
Motivos de preocupación
Por ejemplo, el entorno del club apela de manera constante a las actuaciones arbitrales como justificación de los resultados. Lo hizo, sin ir más lejos, el propio presidente, Florentino Pérez, durante su última comparecencia en la Asamblea ante los socios. Manifestaciones interpretadas por algunos como excusas pero que alimentan la narrativa de una crisis. La sensación de injusticia es permanente y contrasta con el hecho de que es el equipo que más penaltis se ha cobrado en liga, siete, mientras que los siguientes –un total de ocho equipos– suman tres. Desde luego, este discurso focaliza los problemas en cuestiones ajenas y puede enmascarar carencias internas.
En la faceta ofensiva se puede interpretar una clara dependencia en Mbappé. El francés ha anotado el 56% de los goles del equipo, 23 tantos en concreto. Su presencia está siendo decisiva... y balsámica, porque cabe preguntar qué estaría sucediendo sin él en la plantilla.
Estructura frágil
La línea ofensiva está siendo un quebradero de cabeza para Alonso. Mbappé es fijo e incuestionable; es el efectivo con más tiempo de juego disputado. Rodrygo no parece ser del agrado del técnico guipuzcoano, que solo le ha concedido 434 minutos, mientras que para Ancelotti era un titular. Vinicius (5 goles y 7 asistencias) está lejos de su mejor nivel, vive eclipsado por el delantero francés y constantemente rodeado por la polémica. Además, no acepta sin rechistar suplencias y sustituciones, lo que enturbia el ambiente del vestuario. Es el paradigma de la lucha interna de egos. Mastantuono (1 gol y 1 asistencia), que comenzó el curso como titular, posee cada vez menor incidencia en el juego y los resultados.
El centro del campo es otro dilema para Alonso. Bellingham (4 goles y 2 asistencias) alterna posiciones evidenciando que su rol no está definido, algo similar a lo que sucede con Camavinga y Valverde, quienes combinan posiciones, lo que deriva en un constante proceso de adaptación. Arda Güler (3 goles y 7 asistencias), la gran apuesta del entrenador, no termina de ser ese actor determinante capaz de resolver partidos con un chispazo de talento. La huella de Kroos y Modric sigue siendo demasiado profunda. El Madrid no tiene un líder capaz de manejar los tiempos. El centro del campo no ofrece consistencia ni dominio de las situaciones.
En la zaga, las lesiones y las decisiones técnicas han desencadenado en al menos una docena de líneas defensivas diferentes. Además, los refuerzos (Carreras, Alexander-Arnold y Huijsen) no están ofreciendo la solidez ni la profundidad esperadas. El concurso de Rudiger, Alaba o Mendy es hasta la fecha testimonial. Lo mismo sucede con Endrick, Brahim o Ceballos, que no superan los 500 minutos.
A las puertas de la peor racha desde la temporada 2018-19
Mbappé, Tchouameni y Courtois son las grandes excepciones a nivel de rendimiento en un plantel plagado de dudas, que no termina de afianzar un once y que no convence a través del estilo de juego. Existe una fragilidad estructural y una pérdida de identidad. Se ha llegado a hablar de una rebeldía agitada por jugadores que recelan de los métodos de su entrenador, acusado de falto de poder de convicción. Xabi Alonso tiene deberes y es consciente de que la paciencia es justa. En caso de que el Real Madrid no gane en su próximo compromiso –la visita al Athletic–, firmaría la peor racha sin victorias en liga desde la temporada 2018-2019. Entonces Julen Lopetegui acabó siendo cesado tras cinco partidos sin ganar. El técnico tolosarra está inmerso en plena tormenta, tras la que puede escampar o dejar el barco hundido.
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