El senegalés Cheikh Sarr, portero del Rayo Majadahonda, dijo ayer que pide “perdón al mundo del fútbol” por su reacción ante el acto de racismo que aseguró haber sufrido el sábado en Las Llanas por parte de un seguidor del Sestao River, pero no a esa persona que le gritó insultos racistas y que, aunque le “jode muchísimo” hacerlo, hay que “ser respetuoso”. “Pedir disculpas al mundo del fútbol por cómo he actuado y, si me vuelve a pasar, no voy a reaccionar así y voy a saber comportarme”, declaró. “Esto me jode muchísimo y lo hago porque hay que ser respetuoso y es lo correcto. Aunque seas la víctima, hay que pedir perdón al mundo del fútbol. No lo hago por este chico (quien le insultó), sino por la imagen del fútbol”, indicó.

Sarr fue expulsado por saltar a la grada y encararse con el aficionado situado detrás de su portería que supuestamente le insultó. Su equipo decidió abandonar el campo en el minuto 84 y el partido fue suspendido. El portero apuntó que “si recibo una sanción me va a sorprender porque sería injusta, una persona no puede ser la víctima y luego sancionarlo”, expresó el portero, que explicó que los insultos fueron “puto negro” y “negro de mierda” y se pronunció sobre el acta en el que el árbitro expuso que se dirigió a él de “forma violenta”. “Mi acto sobre el árbitro no era un acto agresivo. Fui a hablarlo y manifestarlo y de repente vi la tarjeta roja. Me pareció raro y fui a preguntarle con todo el respeto del mundo”, dijo.

Por otro lado, la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte propuso ayer una sanción grave de 3.001 euros y la prohibición de acceso a los recintos deportivos por un período de seis meses a cada uno de los 86 hinchas del Real Betis y de Osasuna por participar en una reyerta callejera por las calles de Sevilla, con motivo del encuentro entre ambos equipos en octubre del año pasado.