Un jugador de 23 años del Lengokoak de categoría Regional se encuentra ingresado en la UCI del Hospital Donostia después de haber sufrido un fuerte golpe en la cabeza con una valla que rodea el campo César Benito. El dramático suceso tuvo lugar el domingo por la tarde, en el encuentro que disputaba su equipo contra el Axular. En un momento del duelo, un futbolista rival fue más fuerte al choque y salió despedido con tan mala suerte de que se golpeó con la valla que, como todo el mundo que conoce el campo sabe, se encuentra demasiado cerca del terreno de juego. 

La situación que se vivió a partir de ese momento fue casi trágica, porque el herido perdió el conocimiento durante unos cinco interminables minutos. Afortunadamente la ambulancia llegó bastante a tiempo y lograron estabilizarle en las mismas instalaciones situadas en el Alto de Miracruz, donde se pasaron un buen tiempo atendiéndole antes de emprender el trayecto hacia la Policlínica. 

El protocolo en estos casos suele ser esperar un mínimo de 48 horas para ver la evolución del herido. Lo malo es que esa misma noche, su situación se agravó hasta el punto de que tuvo que ser trasladado de emergencia para ser operado al sufrir una hematoma motivado por la fractura craneal que puso en serio riesgo su vida. 

Hoy miércoles, tres días después las noticias que llegan desde el centro médico son positivas y esperanzadoras ya que se encuentra bastante mejor y fuera de peligro.

Como no podía ser de otra manera, su familia está muy afectada por lo sucedido y lo único que no para de repetir y pedir su padre es que no vuelva a suceder un incidente de este tipo.

El Lengokoak, que juega como local en el César Benito, lleva tiempo solicitando que necesitan hacer algo con las vallas del campo. Iker Sanz, coordinador del club donostiarra, que también se muestra muy impresionado por el accidente, cree que “hay que poner acolchados para evitar más golpes fuertes de este tipo. Tenemos que ver bien la acción, porque no sabemos si impactó contra la valla o incluso contra el bloque de cemento que se encuentra en el suelo de las luces del campo”. 

Tanto el Axular como el presidente de la Federación Guipuzcoana de Fútbol, Manu Díaz, se pusieron en contacto con los padres para interesarse por su situación. El coordinador explica que “fue un lance del juego, no hubo mala fe. Lo que no nos parece tan normal es que el árbitro no suspendiera el partido cuando todos nuestros jugadores se encontraban en shock. No tenía sentido que acabáramos el encuentro cuando han visto a un compañero inconsciente”. El duelo finalizó con empate a 1.

En conversación con este periódico, uno de los jugadores del Axular también coincidía en que fue una acción de mala suerte: “Yo creo que mi compañero entró más fuerte y le sorprendió el impacto lo que provocó que cayera casi a plomo. Fue un lance del juego como tantos otros que suceden en un partido. La mala suerte es que cayó junto a la valla con la que también se golpeó en la cadera y no sabemos muy bien contra qué fue el golpe tan fuerte. Yo estaba cerca, pero no lo vi bien. Fue muy impresionante, no reaccionaba”.

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Aunque un espectador le recriminó luego la acción al rival, desde las filas del Axular añaden que “no fue a hacerle daño ni fue una entrada dura. Él está hecho polvo, ha estado en contacto con la familia y con los médicos para interesarse por la situación”.

“Toda la familia del Lengokoak desea que pueda volver a estar cuanto antes con nosotros de nuevo”, comenta preocupado Iker Sanz.