Apareció la mejor versión en lo que va de temporada de un Inter de Milán que acabó encerrado atrás para frenar a un Barcelona enrachado que, sin embargo, se complicó su presencia en los octavos de final de Liga de Campeones tras un partido marcado por la polémica en la anulación del gol de Pedri y en la decisión del colegiado y del VAR de no señalar penalti por mano de Dumfries en el descuento.

El Giuseppe Meazza acogió el duelo de la jornada en esta tercera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones en la que el Inter fue de menos a más y aprovechó su momento de dominio para volver a vencer al Barcelona doce años después, al tiempo que amargó una noche más a un Lewandoski que todavía no ha arrancado en Europa con la camiseta blaugrana.

Inter y Barcelona saltaron al césped con sus ideas bien claras y trabajadas. El conjunto blaugrana tuvo el balón e intentó derribar el bloque bajo que colocó el Inter con posesiones de lado a lado con las que encontrar un espacio. El plan del Inter era el contrario. Cedió el balón con el objetivo salir rápido a la contra una vez recuperado, justo para lo que Inzaghi había colocado a Correa acompañando a Lautaro en lugar de a Dzeko.

Tras una primera parte controlada por el Barça, el Inter fue el que marcó en el tiempo de prolongación de este periodo por mediación de Calhanoglu. Y en la segunda llegaron las jugadas polémicas y la ineficacia de los de Xavi de cara al marco contrario.