Donostia - Cuando el Atlético de Madrid ganó en Tallín la Supercopa de Europa al Real Madrid (4-2) el 16 de agosto, Antoine Griezmann subió a su cuenta de Instagram un dibujo en el que se le veía sentado en un trono, en plan Luis XIV, mientras Sergio Ramos le ponía la corona con gesto circunspecto. La escena tenía su gracia, y sobre todo reflejaba el grado de autoestima alcanzado por el jugador francés, que culminaba así una temporada sobresaliente, con la conquista de la Europa League brillando en el equipo colchonero y el Mundial de Rusia con la selección gala. Días después ponía el corolario al nuevo estatus celestial afirmando que ya comía “en la misma mesa que Messi y Cristiano”, lo cual le valió no pocas críticas y la respuesta de Sergio Ramos, que se la tenía guardada. “La ignorancia es muy atrevida”, dijo el central madridista sobre el “chaval”, una frase que sin duda ya tenía preparada de antemano.

Conocida la lista de los 30 futbolistas aspirantes a ganar el Balón de Oro, Griezmann se sabe candidato, quizá principal, del galardón con más abolengo, creado en 1956 por la revista France Football y que, a diferencia del premio de la FIFA (The Best) o de la UEFA, aquí solo votan periodistas de los 193 países afiliados a la FIFA.

France Football publicó ayer una entrevista con Griezmann en la que este rebaja el grado de autoestima, de manera que, de momento, abandona la mesa que comparten en el parnaso futbolístico Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. “En una carrera no me comparo. Esos tíos son auténticas leyendas. Cada año están ahí, no se cansan nunca, marcan 50 goles, ganan trofeos, Balones de Oro y vuelven a estar”, admite, aunque sin embargo añade: “Este año he ganado la Supercopa de Europa, la Liga Europa y el Mundial. Por eso usé la imagen de la mesa de Messi y Ronaldo. En toda una carrera es difícil acercarse a ellos, pero en un año, creo que es posible”, confesó el delantero galo, admitiendo implícitamente sus muchas esperanzas en conseguir el trofeo, cuyo fallo se dará a conocer el próximo 3 de diciembre.

De hecho, Griezmann considera que este año el Balón de Oro se lo debe llevar un francés, porque “en el mejor equipo del mundo tiene que estar el mejor jugador del mundo”.

“Para mí sería un sueño”, reconoce. “Históricamente es lo más de lo más. Solo hay cracks, jugadores ejemplares entre los ganadores. Sería un sueño ser un ejemplo para los demás”, afirma el exjugador de la Real para precisar que fue en 2016, tras acabar tercero tras Cristiano y Messi, cuando fue consciente de su potencial y la eventualidad de sentarse en la misma mesa de estos dos fabulosos jugadores, que han ganado cinco Balones de Oro cada uno y monopolizado el premio en los diez últimos años.

Griezmann aprovechó la entrevista para ensalzar a Diego Simeone, su entrenador desde 2014, a quien responsabiliza de su evolución y por quien rechazó la oferta del Barça. “Cuando ganamos el Mundial lo primero que hice fue enviarle una foto de la Copa y le dije: Mira lo bonita que es. Si lo he conseguido es gracias a ti. Esta copa también es para ti”.