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ES Joleon Lescott. A sus 29 años, se encuentra en el mejor momento de su carrera. Inamovible en el eje de la defensa del Manchester City, con el que ganó la última Premier League, y fijo para Roy Hodgson en esta Eurocopa como consecuencia de la lesión de Gary Cahill, que le obligó a abandonar la concentración de la selección inglesa, Lescott ha jugado todos los minutos en la fase de grupos, marcando además de cabeza ante Francia. El central inglés ha alcanzado un interesante punto de madurez en su juego, recogiendo ahora todo el trabajo realizado desde su infancia en Birmingham. Formado en las categorías inferiores del Wolverhampton y con un paso intermedio por el Everton, donde se hizo con un nombre, Lescott no ha sido de esos jóvenes prodigios que alcanzan el éxito de manera fulgurante, sino que su carrera se ha cocido a fuego lento, dando pasos cortos pero seguros y eficaces. Demostrando que nunca es tarde para triunfar en el mundo del fútbol.
Lescott tuvo en su propia familia un espejo en el que fijarse. Su hermano mayor, Aaron, también es futbolista profesional, aunque su carrera ha discurrido por senderos alejados a la Premier League. Pero eso nunca le importó a Joleon. Su influencia fue fundamental en su niñez, sobre todo cuando tuvo que hacer frente a un percance que puso en serio riesgo su vida, dejándole esa cicatriz perenne en la frente que, según asegura, le ayuda a recordar que en su vida no siempre ha sido todo de color de rosa. Cuando tenía solo cinco años, Lescott fue atropellado por un coche a la salida del colegio, con su madre observando la escena sin poder hacer nada para evitarlo. Su vida corrió serio peligro. De hecho, tuvo que ser intervenido de urgencia nada más ser trasladado al hospital porque las severas heridas que tenía en su cabeza ponían en duda su supervivencia.
A aquella operación le siguieron varias más, un periodo de convalecencia de varios meses ingresado en el centro médico y una cicatriz que le acompañará para siempre. "Soy un afortunado", aseguró, pese a todo, hace varios años en una entrevista concedida a The Independent, añadiendo que "hay mucha gente que ha tenido que superar barreras mucho más difíciles. Cuando estuve en el hospital vi a un niño al que ingresaron sin que tuviera ninguna herida, pero sus daños eran internos y afectaban gravemente a su cerebro. Yo tengo una cicatriz, pero no me preocupa. Tuve que hacer frente a varias operaciones de alto riesgo, pero tampoco me enteré de mucho porque era solo un crío. Mis padres lo pasaron peor que yo porque llegaron a temer que no iba a salir de aquello, pero creo que aquellos meses en el hospital nos ayudaron a ser una familia más unida".
futbolista, como su hermano Una vez superado aquel percance, Joleon Lescott no tardó en caer en las garras del fútbol. Su sueño era seguir los pasos de su hermano. Se formó en las categorías inferiores del Wolverhampton, con 17 años debutó con el primer equipo y en la campaña 2002-03 fue pieza clave en el ascenso de los Wolves a la Premier League, éxito que no pudo saborear, pues de nuevo la mala fortuna se cruzó en su camino, ya que una grave lesión le impidió disputar un solo minuto y se pasó el año inédito.
Recuperado de su dolencia, dos campañas fogueándose en la segunda división inglesa acabaron de cincelar un central seguro y poderoso, por lo que durante el verano de 2006 el Everton decidió apostar por él, previo pago de casi seis millones de euros. Con su cambio de equipo, Lescott tuvo que afrontar dos retos que creía imposibles para él. Por un lado, tuvo que derrotar a su timidez y cantar en público ante sus nuevos compañeros como presentación; por otro, tuvo que volar a Estados Unidos para realizar la pretemporada en Dallas. "Me había prometido a mí mismo no volver a volar nunca a Estados Unidos. Años atrás, después de los atentados del 11-S, viajé a Nueva York con un amigo y en pleno vuelo el piloto debió pulsar por equivocación el botón que alerta de un secuestro a bordo. No nos dejaron aterrizar y en pleno vuelo nos vimos rodeados por varios aviones de combate. Tuvimos que aterrizar en Nueva Escocia y en el momento de tomar tierra cuatro o cinco unidades de los SWAT irrumpieron en el avión. De todas maneras, prometo que lo pasé peor cuando tuve que cantar delante del equipo. Estuve dos días casi sin dormir", rememora.
de liverpool a manchester Los tres años de Joleon Lescott en las filas del Everton fueron exitosos y en octubre de 2007 obtuvo una recompensa muy importante, pues las puertas de la selección absoluta se abrieron de par en par para él, aunque sus convocatorias fueron esporádicas debido a su irregularidad. Durante el verano de 2009, cuando comenzaba a armar el equipazo que es hoy en día, el Manchester City decidió apostar por él y le fichó por algo más de 22 millones de euros, gracias a los petrodólares del dueño de los citizens, el jeque Mansour bin Zayed Al-Nahyan. En sus dos primeras temporadas le costó emular el nivel de juego mostrado en Goodison Park debido a sus constantes lesiones, lo que hizo que no entrara en la convocatoria para el Mundial de 2010, pero en el último curso se ha visto a un Lescott mucho más asentado, convertido en un fijo para Roberto Mancini y en uno de los favoritos de la grada del City of Manchester. Ahora le ha tocado el momento de brillar también con Inglaterra, con quien de momento ha alcanzado los cuartos de final de la Eurocopa.