Semana fatídica para la Real (2-1)

Este nuevo batacazo frena a la Real en su intento por pugnar por los puestos europeos y recuperar la condición de jugar la Champions League, ya que el tercer puesto de la clasificación se aleja de forma considerable. Por tanto, lo prioritario para el conjunto txuri-urdin ahora es recobrar el ánimo y las sensaciones que la temporada pasada le llevaron a ser uno de los mejores representantes del campeonato.

Natalia Arroyo ha realizado en esta ocasión tres cambios con respecto al equipo que quedó apeado del torneo copero: la portera Adriana Nanclares, además de la esperada Amaiur Sarriegi y Mirari Uria, han ocupado los puestos de Elene Lete, Franssi y Jensen. Pero esta vez la escuadra guipuzcoana no ha gozado de la frescura necesaria para hacer frente a un Valencia en crisis, tras cinco derrotas consecutivas, y que había cambiado a su técnico (Jesús Oliva ha tomado las riendas de la formación che).

Pero esta mejor condición con la que llegaba la Real al partido, además de la superioridad en la tabla en la que sumaba siete puntos más antes de su celebración, no se ha reflejado sobre el terreno de juego, salvo en una fase de la primera parte. Concretamente, en la que ha conseguido adelantarse en el marcador. Tras una primera gran ocasión de una Mirari Uria que ha salido con muchas ganas, en la que no ha acertado en el mano a mano con la portera local, la jugadora guipuzcoana, en una nueva internada, ha servido un balón a Nerea Eizagirre para que la capitana no fallara y sumara un gol más a su cuenta particular.

Una alegría que no ha durado mucho en el bando blanquiazul porque a los pocos minutos ha empatado el Valencia por mediación también de su capitana, Marta Carro. Una igualada que las txuri-urdin no han logrado deshacer gracias al buen hacer del equipo local.

En la segunda parte tampoco ha surtido efecto la maniobra de Arroyo con su triple cambio, al dar entrada a Jensen, Gemma e Izarne. Los acercamientos de la Real, liderados por Nerea, no han creado apenas peligro mientras el Valencia ha merodeado el área visitante con más insistencia. Y en el intercambio de golpes en el que se ha convertido el encuentro en su tramo final, las valencianistas se han llevado el gato al agua al aprovechar Berta Pudada un flojo despeje de puños de Adriana, en un saque de esquina, para marcar mediante una vaselina.

Un gol que ha premiado el mayor ímpetu local y que ha castigado a una Real que no termina de reaccionar y de asentarse en una campaña de vaivenes.