“Lo necesitaba; las últimas cinco carreras fueron complicadas para mí”. Así se sacudía los pesares. Así se desahogaba Charles Leclerc tras adjudicarse una emocionante victoria en el Gran Premio de Austria, en un circuito Red Bull Ring donde los Red Bull partían como favoritos con los argumentos de la pole de Max Verstappen y por los antecedentes más recientes: el neerlandés venía de triunfar en tres de las cuatro últimas ediciones celebradas en el trazado propiedad de la marca para la que corre. Vamos, un escenario idílico. No obstante, Ferrari dio un golpe de autoridad que representa el empeño de apurar todas las opciones de lograr un título que no ostentan desde 2007, con Kimi Raikkonen

Habría que remontarse hasta 2003 para ver reinar a Ferrari, con Michael Schumacher, en el trazado austríaco; si bien cabe recordar que entre 2004 y 2014 este circuito no acogió carreras de Fórmula 1. Pero en cualquier caso ha llovido desde entonces. Es un dato representativo del estado de una escudería que no deja de creer en la corona.

El ritmo de Ferrari, tanto de Leclerc como de Carlos Sainz, fue considerablemente superior al de Red Bull. De hecho, desde que se disparó la carrera Verstappen fue incapaz de abrir una brecha superior a la distancia de activación del DRS. Con menos de un segundo de margen, Mad Max resistió 12 vueltas hasta verse rebasado por el incontenible Leclerc. El neerlandés dejó la puerta abierta para la entrada del monegasco, que no especuló.

Acto seguido, en la siguiente vuelta, Red Bull descubrió sus cartas: estrategia de dos paradas –a la postres serían tres por gozar Verstappen y Leclerc de un pit-stop gratuito tras la entrada de un coche de seguridad virtual–. Verstappen visitó el box, mientras que Leclerc y Sainz se mantuvieron en pista y avanzaron al primer y segundo puesto, respectivamente. 

Previamente, en la vuelta inaugural, Sergio Pérez, que era segundo en el Mundial, sufrió un golpe y descendió hasta la última posición al tratar de adelantar por el exterior a un George Russell que le estranguló y fue sancionado con cinco segundos por la maniobra. Pérez terminaría retirándose en la vuelta 26. El mexicano aplicó demasiada fogosidad, arriesgó demasiado, se olvidó de su esperanza de campeón y lo lamentó, pese a que la acción fue provocada por Russell.

Verstappen recibió la advertencia de que Ferrari podría aplicar la estrategia de una sola parada, de modo que le exigieron imprimir velocidad. Y es que Leclerc completó su primer cambio de gomas trece vueltas más tarde que Mad Max. De nuevo, el ritmo de Ferrari resultaba impresionante, mientras que Red Bull sufría problemas de degradación. “Una vuelta tengo grip y a la siguiente, no. El coche es impredecible. Es una locura”, reportó Verstappen, que a la postre confesó que padeció “bastantes problemas de neumáticos con todos los compuestos”.

Abandono de Carlos Sainz

Así, Leclerc volvió a cazar a Verstappen y se lo quitó de en medio por segunda vez. Por si fuera poco, habría una tercera, porque la superioridad de Ferrari le permitió calcar la propuesta de Red Bull para evitar riesgos y asegurar la primera posición. Incluso, Sainz se convirtió en amenaza para Verstappen. Cuando el madrileño estaba cerca de superar al neerlandés para hacerse con la segunda posición, la unidad de potencia de su Ferrari petardeó y ardió. Es el cuarto abandono del año para el desolado Sainz, que parece abocado al infortunio.

Pero cuando todo parecía resuelto en favor de Leclerc, precisamente el monoplaza aparcado de Sainz propició la entrada de un coche de seguridad virtual. Tanto Leclerc como Verstappen aprovecharon la parada gratuita por la ventaja que tenían sobre Lewis Hamilton, tercero, y de este modo regresó la emoción. Con 4 segundos de diferencia y catorce vueltas para la conclusión, ambos aspirantes al trono de la F-1 comenzaron a intercambiarse la autoría de la vuelta rápida. Fue en ese momento cuando Leclerc advirtió de sus problemas en el pedal del acelerador. “Se quedaba hasta un 30% acelerado”, comentaría el monegasco, que sin embargo pudo retener la primera plaza para lograr su primera victoria sin partir desde la pole. 

Los problemas técnicos ensombrecieron de algún modo lo que podía haber sido una victoria aplastante en el feudo de Red Bull. Pese a ellos, el éxito de Leclerc y Ferrari es un fuerte golpe anímico para Verstappen y los suyos. Además, de no haber ocurrido los problemas de Sainz, todo apuntaba a un doblete de Ferrari. Los acaecido es una advertencia de que en la casa de Maranello el progreso no se detiene. Después de cinco victorias seguidas de Red Bull han llegado dos de Ferrari, esta última con el especial citado impacto. En este sentido, Verstappen fue plenamente consciente del dominio de la marca italiana. “Segundo es un buen resultado para un mal día”, admitió. 

De este modo, Leclerc recupera la segunda posición del campeonato, donde aparece a 38 puntos de Verstappen en lugar de a 43. Una desventaja considerable, pero que no lo es tanto teniendo en cuenta que se acaba de alcanzar el ecuador de la temporada; aún restan once carreras. 

En tercer lugar clasificó Hamilton, que por tercera prueba consecutiva sube al podio. Mercedes sigue ofreciendo pruebas de su mejoría, aunque la distancia con Red Bull o Ferrari todavía resulta excesiva. Por otro lado, Mick Schumacher fue sexto, firmando su mejor resultado en la F-1. Asimismo, Fernando Alonso terminó con una décima plaza interesante después de salir decimonoveno debido a los problemas mecánicos que le impidieron correr el sábado.