l sector de la construcción tiene ante sí una gran oportunidad para incrementar su competitividad y avanzar en su reconversión, de la mano de la innovación y la aplicación de técnicas basadas en la sostenibilidad. NOTICIAS DE GIPUZKOA ha organizado un encuentro digital con el objetivo de conocer los retos de futuro del sector, que, según los expertos, pasan por la apuesta hacia nuevos modelos de construcción, la utilización de materiales sostenibles como la madera o la creación de nuevos perfiles profesionales.

El encuentro, moderado por la periodista de Grupo Noticias Ainhoa Agirregoikoa y disponible en la web de este periódico, contó con la participación de diferentes representantes que conforman la cadena de valor del sector: Oscar Iñiguez Heras, director técnico de Eraikunde, Clúster de la Construcción del País Vasco; Oskar Azkarate, director de Baskegur; y Jesús Gamiz, gerente de Grupo Gamiz.

Antes de desgranar las técnicas y materiales en los que se apoya la construcción sostenible, el director técnico de Eraikunde, asociación que agrupa a más de un centenar de empresas del sector vasco de la construcción, puso el foco en la situación de incertidumbre que vive el sector, debido al incremento de precios en las materias primas y en la energía: "Lo cierto es que el de la construcción es un sector que ha conseguido retomar la actividad tras la crisis, pero no cabe duda de que se trata de una industria muy demandante de energía y de materias primas, por lo que vivimos un marco de incertidumbre de cara a ejecutar los proyectos, sobre todo aquellos que ya están en marcha. En nuestro caso, la duración de los proyectos es larga, de entre uno y dos años de media, de modo que, al haber unos precios y unos plazos cerrados previamente, las crisis que se producen en el tiempo de ejecución hacen que cueste mantener esas condiciones", lamentó Iñiguez Heras.

Apostar por la madera

Ya una vez metidos en materia, los ponentes versaron sobre los ejes en los que se sustenta la construcción sostenible. En ese sentido, el gerente de Grupo Gamiz, primer fabricante mundial de vigas laminadas de maderas frondosas, puso en valor las bondades de la madera con respecto a otros materiales como el PVC o el aluminio. "La madera es un material natural, no tóxico, biodegradable, reciclable y un excelente aislante, que, además, almacena CO2. Unas ventajas de las que se habla cada vez más", se congratuló Gamiz.

Sobre la preocupación del sector con respecto al aumento de costes, el gerente del Grupo Gamiz subrayó que "es preciso poner en valor que apostar por elementos sostenibles como la madera posibilita un mejor aislamiento de la vivienda, con lo cual ahorraremos en costes de calefacción. Hay que transmitir que lo que parece a priori más caro, nos permitirá ahorrar".

El director de Baskegur, asociación profesional representativa del sector forestal de la madera en Euskadi, por su parte, constató que mediante la realización de pruebas como el análisis de ciclo de vida o las pruebas de huella de carbono "se ha demostrado objetivamente que la madera es más sostenible que muchos otros materiales". Unos análisis que, en palabras de Azkarate, "permiten realizar comparaciones entre distintos materiales y certificar cuáles son realmente sostenibles". "Tanto el sector de la construcción como el de la arquitectura cada vez tienen más clara la apuesta por la utilización de materiales sostenibles como la madera, una materia prima que, además, tenemos en Euskadi en abundancia", añadió.

Construcción preindustrializada

Más allá de su carácter sostenible, los participantes incidieron en la capacidad que tiene un material como la madera para adaptarse a modelos de construcción avanzada. "Vienen formas nuevas de entender la construcción, donde la madera va a jugar un papel fundamental. La forma de trabajar este material ha tenido una evolución muy importante en los últimos 25 años en cuanto al desarrollo de sistemas prefabricados, encolados, etc. Cuando hablamos de sistemas novedosos de construcción en madera, no solo hablamos de criterios de sostenibilidad, sino de nuevos modelos de construcción", aclaró Azkarate.

Así las cosas, los expertos coincidieron en señalar la necesidad de "cambiar el chip" en cuanto al modelo de construcción vigente hasta el momento: "Es preciso dar pasos adelante, apostando por reducir costes, pero también los tiempos, y el riesgo de accidentes. En este camino, es muy interesante lo que puede aportarnos la construcción preindustrializada, es decir, la construcción en seco", apuntó el director de Baskegur.

La construcción en seco es un modelo de construcción en el que los materiales no requieren conglomerantes húmedos para unir estructuras. Una forma de construir que, a juicio del director técnico de Eraikunde, "permite dar pasos definitivos hacia la tan necesaria transformación del sector".

Márgenes de mejora

El responsable de Eraikune recordó que el 63% de las 700.000 viviendas de Euskadi están construidas antes de 1980, lo cual significa que se construyeron sin criterios de eficiencia energética. "Tenemos uno de los parques edificados más antiguos de Europa. Lo primero es reducir los consumos energéticos de las viviendas, un aspecto en el que tenemos un gran margen de mejora. Es preciso procurar que nuestra vivienda se "comporte adecuadamente" mediante medidas pasivas". El de Eraikunde se refirió a las casas pasivas (Passive House o Passivhaus) o las denominadas NZEB (Nearly Zero Energy Building), es decir, edificios de consumo de energía casi nulo. "A veces lo verde parece más caro, pero apostar por materiales que se comporten bien energéticamente nos permitirá hacer una buena previsión de los costes energéticos. La previsión con respecto a la rehabilitación de viviendas va a aumentar un 340% en los próximos tres años, por tanto, tenemos un gran desafío en este sentido".

Tras aportar interesantes datos como que el sector de la construcción es el causante del 40% de los residuos a nivel mundial, y del 33% de los gases de efecto invernadero, Iñiguez Heras reflexionó en torno a la necesidad de construir de otra manera: "Históricamente nos hemos centrado en controlar dos variables: los costes y los plazos. Ahora nos enfrentamos a un nuevo paradigma en el que la transición del sector hacia nuevos modelos es obligatoria. Ha llegado la hora de la revolución del sector de la construcción; debemos hacer una profunda reflexión y evolucionar nuestros procesos productivos hacia otros más sostenibles. Somos un sector que tenemos mucho que decir y mucho que aportar en la transición hacia una sociedad más sostenible".

Implicar a toda la cadena

Una reflexión con la que Gamiz y Azkarate se mostraron de acuerdo, añadiendo la necesidad de implicar a toda la cadena de valor en este proceso. "Instituciones, arquitectos, promotores, industria, y centros de formación, debemos ir todos de la mano", comentó Gamiz. Azkarate fue más allá aduciendo que se trata de un proceso "muy ambicioso". "Hablamos de cambiar desde el modelo de contratación, hasta el diseño de los proyectos, la ejecución de la obra, etc. Pero también hablamos de incluir las nuevas perspectivas en el ámbito educativo, en los centros de formación y en las universidades. No son cambios que se centran en un único sector ni en un único ámbito de la construcción. Debe ser una apuesta de país", concluyó.

A modo de conclusión, los ponentes apostaron por la profesionalización y la creación de nuevos perfiles profesionales con el objetivo de lograr un sector más competitivo y atractivo. "Si queremos ser más competitivos, necesitamos profesionales que estén dispuestos a trabajar en este sector, y para eso es fundamental ofrecer ciclos de trabajo estables y entornos de trabajo seguros", dijo Iñiguez Heras.

Además, el responsable de Baskegur reconoció que "el de la construcción hasta ahora no ha sido un sector tan atractivo como el de la automoción, de modo que debemos crear nuevos perfiles profesionales, más técnicos y ligados a la construcción preindustrializada". n