- Bajón anímico en toda regla en las filas socialistas, que, pese a tratar de poner buena cara, eran conscientes de que se quedaron muy lejos de lo que esperaban en esta cita electoral. Todas las expectativas al alza se fueron esfumando según iba avanzando el escrutinio. Y es que, aunque el PSE subió, no lo hizo en la medida que pronosticaban los sondeos y esperaban los dirigentes y militantes socialistas, y solo logró sumar un representante más con respecto a 2016 cuando consiguió nueve escaños, tres por cada territorio histórico de la CAV. El PSE logró 121.869 votos, 4.551 menos que hace cuatro años, pero que, sin embargo, le permiten sumar ese escaño más.

Las huestes socialistas se llevaron un revés porque quedaron lejos de los sondeos que les daban hasta doce parlamentarios. De haberse dado ese resultado, entonces sí, hubiera significado matrícula de honor. Ayer, sin embargo, el resultado dio para un aprobado sin más.

Con estos resultados, el PSE se aúpa a la tercera plaza, tras PNV y EH Bildu, superando a Elkarrekin Podemos, el gran perdedor de la noche electoral. Pero superar a Elkarrekin Podemos no puede obviar que el PSE se queda muy lejos de EH Bildu, toda vez que la coalición soberanista tendrá en el Parlamento Vasco doce escaños más que la bancada socialista. Eso sí, desde el PSE, y según su secretaria general, tienen a gala ser la primera fuerza de izquierda no nacionalista. Esto es, consideran que han dejado las cosas en su sitio superando de forma holgada a Elkarrekin Podemos.

Por buscar datos positivos, los diez parlamentarios conseguidos ayer sí suponen ir recuperando terreno perdido, toda vez que hace cuatro años -con la irrupción de Podemos- el PSE sufrió un importante varapalo con la perdida de más de 86.000 votos y siete parlamentarios con respecto a los resultados de 2012.

Y todo ello en una jornada en la que se dio una de la circunstancias que más temen los partidos, un altísimo índice de abstención que llegó hasta el 47,14%. El propio PSE consideró ser uno de los más perjudicados por esta abstención.

A tenor de los resultados de ayer, al PSE le queda como satisfacción el hecho de que, con sus diez escaños, y sumados a los conseguidos por el PNV, el gran triunfador de la noche, jeltzales y socialistas pueden reeditar el pacto de gobernabilidad que han mantenido la pasada legislatura y que ahora se vería, además, bendecido por la mayoría absoluta.

El PSE sumó ese escaño de más por Araba, donde pasó de tres a cuatro parlamentarios, mientras que en Gipuzkoa y Bizkaia repitió los tres conseguidos en 2016.

En Araba, los socialistas sumaron 19.414 votos, 75 menos que en 2016, pero al estar más atomizado por los resultados, suman un escaño más que hace cuatro años. En Bizkaia, el PSE logró 63.843 votos, lo que representan tres escaños, colocándose en tercera posición por detrás de PNV y EH Bildu. Por lo que respecta a Gipuzkoa, sumó 38.612 sufragios, lo que significa tres escaños.

El PSE llegaba a estas elecciones bajo dos premisas, por un lado el haber posibilitado la estabilidad del Ejecutivo vasco gracias a su pacto de gobernabilidad con el PNV y, por otro, apoyándose en que el PSOE y Pedro Sánchez gobierna en el Estado español y, tal como ha mantenido Idoia Mendia a lo largo de la campaña, "lo que es bueno para España es bueno para Euskadi. Euskadi se juega su futuro con España".

Así, la secretaria general del PSE cimentó la campaña en presentar a su partido como el adalid de los pactos y los acuerdos, pero pactos y acuerdos que tenían un claro destinatario: el PNV. Los socialistas estaban satisfechos de esta última legislatura, en la que han ocupado tres consejerías en el Ejecutivo de Gasteiz -Medio Ambiente y Vivienda, Turismo y Consumo y Trabajo y Justicia-, y, por eso, su llamamiento a los acuerdos iba claramente dirigido a repetir el pacto de gobernabilidad con los jeltzales.

Sin embargo, está claro que la ciudadanía ha visto diluida la acción de gobierno de los socialistas en relación con el PNV. Si se trata de vender gestión, la votantes vascos perciben que es el PNV quien se lleva los réditos en la responsabilidad de la gestión de gobierno, por encima de la aportación del PSE .

Además, y por si alguien tenía alguna duda, la propia candidata socialista se encargó de cercenar la posibilidad de un tripartito de izquierdas junto a Elkarrekin Podemos y EH Bildu. Por activa y por pasiva Mendia ha rechazado ese pacto tripartito, presentando al PSE como la "izquierda responsable y útil". A tenor de los resultados, ese tripartito también lograría la mayoría, por los pelos, pero la lograría con 38 escaños - EH Bildu (22), PSE (diez) y Elkarrekin Podemos (seis)-. Pero Mendia tiene claro que su opción es otra.