El odontólogo Eduardo Anitua, referente en el sector de la investigación científica internacional y en el de la innovación biomédica, ha sido recientemente señalado por la Universidad de Stanford, como el especialista de su profesión más respetado e influyente del Estado español.

El reconocido doctor alavés, alma mater de BTI Biotechnology Institute, multinacional especializada en biomedicina cuya actividad se centra en la medicina regenerativa, es también un firme promotor de los buenos hábitos y, por ello, detalla cómo podemos tomar conciencia de lo que hacemos para mejorar nuestra salud.

¿Qué le inspiró a adentrarse en el campo de la medicina regenerativa y terapias avanzadas? 

-La inspiración viene siempre de hacerse preguntas. Soy una persona curiosa y desde que estaba haciendo mi primera especialidad en cirugía maxilofacial me llamó la atención por qué algunos pacientes, cuando se les hacía un tratamiento tan sencillo como la extracción de una muela, cicatrizan mucho mejor que otros. En concreto, los pacientes fumadores cicatrizaban especialmente mal. De ahí que nos preguntáramos cuál es el mecanismo biológico que hace que algunas personas regeneren bien y otras mal.

¿Cuál es el mayor potencial de la medicina regenerativa en términos de tratamientos médicos?

-Actualmente el paso que hemos dado con la utilización de proteínas autólogas es el mayor avance en terapia regenerativa en las últimas dos décadas. Su simplicidad hace que podamos obtener el medicamento a partir de sangre del propio paciente, que podamos prepararlo a una dosis terapéutica y aplicarlo en muchas áreas de la medicina como la dermatología, la ortopedia, la medicina del deporte, la estética… Las áreas más recientes en las que se ha aplicado han sido oftalmología y medicina reproductiva. 

Las curas y las soluciones innovadoras son esenciales en una buena salud, pero ¿cuán importante es la prevención?

-La prevención no es importante, es esencial. Tenemos que ser conscientes de que cuando nacemos nos toca un coche, que es nuestro organismo. Este coche que antes iba a durar 400.000 kilómetros, es decir unos 50-60 años de vida, hoy en día se ha prolongado a un millón de kilómetros. Actualmente, las expectativas de vida de las mujeres ya están pasando los 86 años de vida y en hombres ya ha superado los 82 años. Lo fundamental no es solo que cuidemos la vida sino que cada día la vayamos prolongando en salud, en capacidad creativa, en tener autosuficiencia y autonomía. Tenemos que invertir en hábitos saludables desde el colegio para aprender a respirar, a hacer deporte saludable, a alimentarnos, a descansar, a dormir correctamente. Hay hábitos geniales que deberían ser asignaturas impartidas en los colegios. Me encantaría que empezase a haber una asignatura sobre vida saludable. Yo he participado enseñando a los niños a cepillarse los dientes, a cuidarse la boca. Tenemos que ir inculcando estos hábitos a los niños y adolescentes. 

“Hay hábitos geniales que deberían ser asignaturas impartidas en los colegios. Me encantaría que empezara a haber una asignatura sobre vida saludable”

Ha mencionado la necesidad de aprender a respirar. ¿Cuál es el peligro de respirar por la boca?

-La nariz, el órgano nasal, juega un papel esencial en nuestra vida. Tenemos que ser conscientes de que nuestra nariz, por una parte, filtra el aire y además lo humidifica, lo atempera. Y al mismo tiempo tenemos el sentido del olfato. Pero algo que es esencial es que el control de la respiración nasal es un potente reostato del cerebro, nos permite regular la actividad cerebral, controlar nuestros pensamientos y nuestras emociones. Seamos conscientes de que todos tenemos en la cabeza un caballo, a veces desbocado, y las riendas las tenemos que tener nosotros; eso se consigue a través de la respiración y de las técnicas de respiración. 

“El control de la respiración nasal es un potente reostato del cerebro, nos permite regular la actividad cerebral, controlar nuestros pensamientos y nuestras emociones”

Cuando uno está despierto y conoce la importancia de esta respiración nasal puede controlarla, pero ¿cómo se aplica durante la noche?

-En esta vida todo se puede entrenar, también a respirar por la nariz. Tenemos que tener en cuenta que si durante el día estamos respirando por la boca, a la noche lo seguiremos haciendo. Si uno durante el día fuma o vapea y fuerza su respiración oral, a la noche el cerebro va a seguir respirando por la boca. Entonces, tenemos que mandar señales claras a nuestro cerebro porque al final son automatismos que durante la noche se van a repetir y, por ello, debemos entrenarlos durante el día en la dirección correcta, en la dirección de la fisiología, que nos dice que la respiración tiene que ser nasal.  

Ha hecho referencia a aprender a dormir correctamente. ¿Cuánto debería dormir una persona en función de su edad?

-Hoy en día sabemos que debemos dormir una media de 7-8 horas pero, por ejemplo, un niño tiene que dormir muchas más horas. La noche es el momento de mayor actividad cerebral, por eso es un tiempo importante. No vale que un estudiante acumule mucha información durante el día; esa información la tiene que procesar durante la noche. Por lo tanto, un día de trabajo intelectual necesita una noche de sueño reparador y administrador de toda esa información. Dependiendo de cómo sea nuestra actividad intelectual más descanso necesitamos. Hay que enseñar a los niños a aprender a descansar; a dormir también se aprende, también tiene una técnica. Hoy en día los niños y los adolescentes están absolutamente subyugados a las nuevas tecnologías. 

El doctor explica la importancia de tener una buena salud bucodental y otros hábitos saludables. Alex Larretxi

¿Por qué una mala salud dental puede tener consecuencias graves para el organismo?

-La boca juega un papel crucial para alimentarnos y para hacerlo correctamente necesitamos tener dientes y muelas que nos permitan masticar. A la vez, necesitamos tener una función adecuada de la lengua que nos permita generar este bolo alimenticio, que se mezcle con la saliva y con la microbiota y poder tener una adecuada digestión. Lo que ocurre es que la boca está mucho más expuesta a tener infecciones, es la primera línea de infección (la siguiente son los pulmones). Hemos tomado como norma que podamos tener caries o infecciones en la boca y la gente se automedica y toma antibióticos, pero no es consciente de que estas infecciones son serias. Si hay una infección en la boca puede, posteriormente, infectar cualquier otro tejido a distancia. Por lo tanto, es esencial tener una boca sana, una boca sin infecciones, y al mismo tiempo una adecuada función de la masticación y la deglución.

"Dependiendo de cómo sea nuestra actividad intelectual, más descanso necesitamos”

Hay otro elemento, algo más desconocido, que juega un papel clave en nuestro bienestar, la vitamina D. ¿Por qué es tan relevante en la salud de pequeños y mayores?

-Nosotros llevamos años investigando sobre la vitamina D, haciendo estudios comparativos para ver qué más baremos teníamos en pacientes que cicatrizaban mal. Observamos que pacientes que tenían una peor cicatrización y una peor epitelización poseían un nivel de vitamina D muy bajo. De hecho, hicimos un estudio en el que vimos que teníamos un déficit endémico de vitamina D. Al mismo tiempo, se va sabiendo que los niveles óptimos de vitamina D no son de 30, que hasta hace poco era el nivel mínimo, sino que pueden estar entre 50 y 70. Y para tener esos niveles en el norte de Europa (en España sería de Madrid para arriba), deberíamos estar expuestos al menos 10-15 minutos al día a la luz solar, si no, no vamos a alcanzar estos niveles de vitamina D. Por lo tanto, necesitamos tomar suplementos que actualmente son muy accesibles y económicos. La vitamina D juega un papel esencial en el metabolismo óseo y como inmunomodulador, es un potente modulador de nuestra inmunidad, de nuestras defensas.  

De hecho, cuando nace un bebé el médico le receta durante el primer año de vida unas gotas diarias de vitamina D… ¿No debería ceñirse solo al primer año, no? 

-Es un parámetro que todos deberíamos analizar haciendo un análisis de sangre para saber cuál es nuestro nivel y si nos estamos suplementando que lo hagamos bajo un control médico que vaya indicándonos la dosis correcta a tomar. La dosis es algo absolutamente personal, que depende de nuestra exposición a la luz y también de nuestra absorción. Hay una variabilidad por lo que dos personas en la misma familia pueden necesitar una dosis diferente. Una dosis de vitamina D que debería ser diaria. 

Llevar una dieta equilibrada, realizar ejercicio de forma regular, no fumar… ¿Qué otros mantras son imprescindibles en la prevención de enfermedades y la promoción de una vida sana? 

-Hemos hablado de la importancia de respirar, del descanso, de la actividad física… Pero la alimentación juega un papel fundamental. En primer lugar, sabemos que nuestra alimentación tiene que ser equilibrada, sin exceso de grasas ni azúcares, distribuyéndola adecuadamente a lo largo del día. Una alimentación en la que primen las frutas, las verduras y las legumbres. Por otro lado, deberíamos controlar los niveles de glucosa en sangre. Mucha gente piensa que un desayuno equilibrado puede ser un zumo de naranja y dos tostadas con mermelada, pero esto dispara nuestros picos de glucosa y es muy importante que nuestra glucemia no tenga picos de subida ni de bajada, que se mantenga estable. Hoy en día sabemos, gracias a diferentes tests que utilizan personas diabéticas, cuál es el nivel de glucemia en sangre. Todos tenemos un páncreas que produce insulina pero cuando pierde la capacidad de segregar suficiente insulina comienza la diabetes. Por ello, es tan importante controlar esos picos de glucosa llevando una dieta más equilibrada.

¿Es posible prevenir el desarrollo de enfermedades genéticas adquiriendo estos hábitos saludables? 

-Efectivamente. Todos nacemos con nuestros genes; está la genética, que juega un papel esencial pero, también, la epigenética que son los cambios que se producen en la expresión de nuestros genes dependiendo de nuestros hábitos, nuestra actividad física, nuestra nutrición, nuestro sueño, de cómo respiramos… Por lo tanto, que nuestro padre haya tenido un cáncer de pulmón o haya tenido bronquitis crónica no quiere decir que nosotros lo vayamos a sufrir. Quiere decir que si sabemos qué malos hábitos le provocaron ese problema, al tener mayor predisposición, lo que tenemos que hacer es ser más activos a la hora de evitar estos malos hábitos. Y eso vale para bronquitis, patologías hepáticas, diabetes o tantas cosas más. Hoy en día hemos ido construyendo enfermedades por malos hábitos.

“Hemos ido construyendo enfermedades por malos hábitos. La obesidad es una auténtica pandemia en el mundo muy desarrollado, un índice de desequilibrio metabólico que va a pasar factura”

La obesidad, por ejemplo, es una auténtica pandemia en el mundo muy desarrollado y lo consideramos normal, cuando realmente un sobrepeso importante es un índice de una enfermedad, un índice de desequilibrio metabólico que, sin duda, va a pasar factura. Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es corregir todas estas alteraciones metabólicas. Lo que está claro es que el gran desarrollo que ha tenido la medicina es algo que debemos de utilizar de una manera adecuada. Está ahí para que lo usemos.