El presidente Sánchez ha lanzado en plena ola de incendios la propuesta de un Pacto de Estado para dejar la emergencia climática fuera del debate político e ideológico, una planteamiento que llega tarde y tiene poco recorrido dada precisamente la deplorable situación política instalada en el día a día del Estado.

Es inevitable obviar la realidad de que estos grandes planes surgen cuando el desastre que pretenden evitar ya se ha producido, como es el caso. En apenas una semana se han quemado más de 200.000 hectáreas y fuentes como Copernicus estiman que en los meses que han transcurrido de 2025 han ardido 350.000 hectáreas en el Estado español.

Sin duda el plan que expone Sánchez para hacer frente de forma eficiente a la emergencia climática es necesario, pero en este momento no se dan las condiciones objetivas para que pueda ser una realidad. El PP ya ha dicho que es un brindis al sol y que no servirá para nada.

En realidad, los incendios que asuelan Castilla y León, Galicia, Extremadura y han afectado también a Cádiz y Madrid, han vuelto a dejar en evidencia las carencias e ineptitud en la gestión de los desastres naturales de aquellas comunidades donde gobierna el PP. Ya sucedió en Valencia con la dana que costó la vida a más de 220 personas –los incendios hasta ahora han dejado cuatro víctimas mortales–, y es imposible separar estas muestras públicas de ineptitud política en la asunción la responsabilidades y búsqueda de soluciones ante las catástrofes de las políticas de recortes del gasto público en los servicios de emergencia y de extinción de incendios en todas las comunidades ahora afectadas por los fuegos.

Una política de prioridades presupuestarias que ahora impide afrontar con garantías, medios y personal suficiente el avance de los incendios. Y más allá de que la propuesta de Sánchez esté lanzada fuera de tiempo y con alfileres y de que su llegada a las zonas del fuego fue tardía, las políticas negacionistas que impone Vox en aquellas comunidades donde gobierna el PP como condición para mantener su apoyo y el mismo discurso de los populares relativizando el alcance y realidad de la emergencia climática no les permite abrir la puerta a un acuerdo de ese tipo y alcance.

El cambio climático es un hecho científico y las consecuencias van a más cada año, y las danas de otoño e invierno y los incendios de verano están vinculados con ello. Se quiere ver y admitir o mirar para el lado del falso negacionismo.