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Editorial

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Libertad de prensa, valor colectivo

Libertad de prensa, valor colectivoFreepik

Lejos de ser una celebración, el Día Mundial de la Libertad de Prensa que se conmemora este sábado es una apelación a devolver su valor a la información en un entorno en el que su ejercicio se ve amenazado por factores de sostenibilidad e intereses y por el creciente de carácter tecnológico. La información libre y accesible es uno de los parámetros centrales de la democracia y las sociedades libres. Los retrocesos son un síntoma de deterioro de esos parámetros de libertad y democracia, que es hablar de deterioro de derechos e igualdad.

La libertad de prensa está sometida a acoso desde Estados –con legislación como la ley mordaza–, organizaciones criminales e intereses económicos mediante la represión física y la desinformación. La persecución y asesinato sistemático de periodistas ha alcanzado en el último año cotas insoportables con el aumento de casos en lugares y circunstancias tan distantes como México, a manos de organizaciones criminales, o Gaza, a las de las fuerzas militares israelíes. El objetivo es siempre el mismo: impedir la difusión de la verdad y de una interpretación libre de los hechos.

No siendo tan sangrienta, no es menos preocupante la amenaza a la sostenibilidad de las estructuras periodísticas por razones económicas y de intereses empresariales. La ocupación del mercado informativo por empresas tecnológicas; el desplazamiento de los medios libres y su asfixia económica mediante la monopolización de mercados publicitarios; sin olvidar el sistemático bombardeo de estímulos informativos gratuitos no sometidos a criterios deontológicos de veracidad y dignidad profesional, distorsionan el criterio a la opinión pública.

Una herramienta tecnológica como la inteligencia artificial, que puede ser el aliado que facilite la accesibilidad de los profesionales a mayor conocimiento, es utilizada también para suplantarles en esa función y multiplicar el impacto de la desinformación. También la concentración de medios dificulta la diversidad y el contraste; el perfil multinacional de muchos de ellos redunda en modelos informativos ajenos a las características de las sociedades culturalmente más expuestas, por su menor tamaño. El valor colectivo que supone disponer de medios libres y diversos propios es un mecanismo de autoprotección social frente a excesos e intereses ajenos a la convivencia.