El estreno del lehendakari del Gobierno Vasco, Imanol Pradales, en su mensaje navideño a la sociedad tuvo con el de la presidenta de Nafarroa, María Chivite, el común denominador de definir y reivindicar principios centrales del desempeño político en democracia, así como de reivindicar el valor supremo de la cohesión social y la convivencia en respeto. El lunes, Chivite puso en valor la estabilidad alcanzada por su Gobierno merced a acuerdos amplios y en beneficio de la sociedad, el trabajo colectivo y el reconocimiento de las diferentes sensibilidades orientadas a objetivos de igualdad y progreso. Es el mecanismo que ha permitido consolidar la estabilidad de los sucesivos Ejecutivos navarros desde que se construyó una alternativa a la derecha regionalista. Fue el de Chivite un discurso breve, directo y apelativo a la ciudadanía navarra, como lo fue al día siguiente, el último del año, el de Imanol Pradales. El lehendakari cerró un diagnóstico del momento en el que supo hacer partícipe de la corresponsabilidad con el progreso del país a toda la ciudadanía. Desde la apelación a una cohesión intergeneracional consciente de las necesidades de jóvenes y mayores, a la reivindicación de los valores y herramientas para el progreso social: autogobierno, europeísmo y madurez democrática. Pero lo más significativo de la reflexión que compartió Pradales fue le específica dedicación de buena parte de su discurso a los jóvenes y a su papel como gestores del futuro y constructores del presente. Hubo en sus palabras, extensivas al conjunto de la juventud de Euskal Herria, con independencia de su lugar de residencia, votos por una sociedad próspera, justa, segura, y libre. Para ello apeló a no ceder a las soluciones mágicas para los problemas complejos. El populismo enardece y, frente a él, las soluciones reales demandan paciencia, esperanza y confianza. Otro punto de encuentro entre Chivite y Pradales que éste expresó parafraseando al lehendakari José Antonio Agirre, cuyas palabras son de una vigencia absolutamente incontestable: “Toda nuestra tradición de libertad, nuestra práctica democrática, amenaza con debilitarse si no tiene eco entre la juventud”. El alejamiento de la política es preocupante, pero más es la pérdida de perspectiva de que ésta es el único mecanismo de preservación de la democracia. l
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