La opa entra en la recta final: ¿mejorará BBVA su oferta por el Banco Sabadell?
A la vuelta de las vacaciones se sabrá si la entidad hace más atractiva su propuesta o tratará de convencer a los accionistas con un estrategia a medio-largo plazo
Tras 15 meses de proceso, un periodo inusualmente largo, la opa hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell entrará a la vuelta de las vacaciones en la recta final. La expectativa es máxima porque agosto ha terminado de complicar todavía más un panorama que ya venía siendo adverso para el banco presidido por Carlos Torres. Desde que los accionistas de la entidad catalana aprobaron en una doble junta extraordinaria la venta del TSB al Banco Santander y el reparto de un megadividendo de 2.500 millones de euros, uno de los mayores del mercado español, la presión sobre el BBVA se ha incrementado.
Los accionistas apoyan la estrategia del Sabadell y complican la opa del BBVA
Ya desde comienzos de año, las acciones de Sabadell valen más en Bolsa de lo que el BBVA ofrece por ellas y, tras el último movimiento de la entidad catalana, esta prima negativa se ha ampliado todavía más. Si a esto le añadimos el reparto de una gran cantidad de dinero entre los accionistas, la opa pierde atractivo. Es por ello que, tras la junta extraordinaria de la semana pasada, el ambiente era de euforia en la entidad catalana. Muchos daban por hecho que el banco vasco terminaría aceptando su derrota, pero no solo no lo ha hecho, sino que acaba de confirmar que hace casi un mes recurrió ante el Tribunal Supremo las condiciones que le impuso el Gobierno español en junio. Es decir, el banco de Torres está decidido a ir hasta el final, por lo que todas las miradas están puestas en la oferta.
En septiembre, a la vuelta de las vacaciones, el BBVA debe presentar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el folleto de la opa con toda la información actualizada. Y una vez que el supervisor dé su visto bueno, arranca el periodo de aceptación. A partir de ahí, la entidad tiene entre 30 y 70 días para acudir al canje de acciones, es decir, consultar a los accionistas del Sabadell. Porque hay una parte muy importante y es que, desde que la opa se volvió hostil –tras el rechazado del Sabadell a la oferta inicial del BBVA–, son los accionistas quienes deberán decidir si aceptan la oferta, que de momento es la siguiente: una acción propia y 0,7 euros en dividendos atrasados por cada 5,5483 títulos de la entidad catalana.
¿Mejorará la oferta?
El banco vasco ha dicho que no tiene intención de mejorarla, a pesar de que muchos analistas llevan tiempo diciendo que debería hacerlo si quiere que la operación siga adelante. Torres ha argumentado en distintas ocasiones que un aumento de la oferta no sería aceptada por sus propios accionistas. La forma de mejorarla sería aumentando la retribución (es decir, pagar más de lo que paga ahora, en efectivo o en acciones), sustituir retribución en acciones por retribución en efectivo o modificar el porcentaje mínimo de aceptación. Sin embargo, al BBVA le queda otra opción, apelar a los beneficios a medio-largo plazo.
Antonio Gallardo, experto financiero de iAhorro, reconoce que no será fácil, sobre todo desde la aprobación de la venta de TSB y del megadividendo, pero considera que el BBVA tiene motivos para seguir adelante con la oferta actual. “Hay que esperar para ver su argumentación, pero entiendo que se centrará en el medio-largo plazo, en cómo, con el paso del tiempo, los accionistas del Sabadell conseguirán mejores beneficios si aceptan la opa. Y en este punto influyen sobre todo los grandes fondos de inversión. Estos son los accionistas principales y los accionistas que se van a nutrir de los beneficios o no de la operación. Y hay muchos accionistas que son comunes. Creo que ese es el trabajo de fondo que ha hecho el BBVA y que le hace seguir adelante”, apunta Gallardo.
BBVA y Sabadell comparten un centenar de grandes accionistas clave en la opa, como por ejemplo BlackRock, Vanguard o Credit Agricole, a quienes el banco vasco ya habrá sondeado.
Siguiendo con esta argumentación, el experto de iAhorro sostiene: “Sabadell va a remunerar de una forma extraordinaria a sus accionistas este año, pero ¿qué va a pasar en los siguientes? ¿Cuál es el crecimiento de un Sabadell que se va a quedar además mucho más pequeño tras la venta de su filial británica? Sabadell se va a quedar como un banco nacional cuando la tendencia del mercado y la tendencia de la Unión Europea es que haya bancos cada vez más grandes”. “Yo creo que esa es la fortaleza del BBVA y es por donde tendría que tratar de convencer a los accionistas”, concluye.
Venta de TSB
Lo dicho, no será fácil, porque es verdad que la venta del TSB ha complicado el panorama. El hecho de que el Sabadell pague un macrodividendo resultante de esta operación hace que quienes acepten la oferta del BBVA no vayan a cobrar este dinero y esta es la apuesta fuerte de la entidad catalana. Es más, hasta 2027, el banco prevé distribuir cerca de 6.300 millones, según el plan estratégico que ha presentado en las últimas semanas y con el que pretende reforzar su propuesta de valor como entidad independiente.
Esto hace que el mercado aún baraje la posibilidad de una mejora de la oferta, a pesar de la negativa pública del BBVA. Muchos analistas lo consideran un paso vital para que la operación siga adelante, aunque también admiten puntos en contra, básicamente que al subir el precio de la opa se destruye valor para los accionistas. “Resuelve el problema a corto plazo, pero puede ser un lastre para la estrategia del BBVA. Cuanto más desembolse ahora, menos posibilidades tiene de utilizar esos fondos para su crecimiento. El BBVA tiene un plan estratégico sólido para el medio-largo plazo y el beneficio no se va a dar solo en el canje de las acciones, por ahí debería tirar”, asegura Gallardo.
El BBVA sigue adelante con la opa sobre el Banco Sabadell
Hay otra pregunta: ¿puede todavía echarse atrás el BBVA? Una vez que termine el periodo de aceptación, el banco podría anular la opa si no llega a un umbral mínimo de aceptación. Sin embargo, la entidad presidida por Torres ha tenido dos ocasiones anteriores para hacerlo, la última tras la junta extraordinaria del Sabadell este mes, y no lo ha hecho. Por lo que todo parece indicar que seguirá hasta el final. Según los plazos, la opa no debería prolongarse más allá de noviembre o diciembre, que ya es un tiempo extraordinario para este tipo de operaciones, que suelen tardar entre seis meses y un año.
Pero es que esta opa ha sido muy excepcional, sobre todo por la oposición del Gobierno español. Se han abierto procesos que no se habían visto hasta el momento, como la consulta pública de mayo a personas y entidades que pudieran verse afectadas por la fusión o las condiciones impuestas por Moncloa que el BBVA ha recurrido en el Tribunal Supremo, algo que se resolverá de forma independiente al proceso actual. “Aquí hay dos tendencias que han chocado. Hay administraciones como la UE que están a favor de este tipo de operaciones porque busca bancos que sean mucho más resistentes a cualquier tipo de crisis, con una visión más paneuropea que nacional, mientras que la perspectiva nacional se ha centrado más en ver cómo afecta a la competencia de un sistema financiero que en las dos últimas décadas ha reducido mucho sus operadores”, resume Gallardo.