La brecha de género en el ámbito de la ciberseguridad es enorme: solo entre el 10% y el 15% de los trabajadores en el Estado son mujeres. Por ello, que las jóvenes “cuenten con referentes, que sean conscientes de que las salidas tecnológicas e industriales también son para ellas se torna imprescindible”. Así lo defiende María Penilla, que no solo es una mujer en el campo de la ciberseguridad, sino que además ostenta el cargo de directora general de ZIUR, el Centro de Ciberseguridad Industrial de Gipuzkoa perteneciente a la Diputación Foral. 

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 La brecha de género persiste en el sector tecnológico. ¿Cómo puede potenciarse la presencia de talento femenino y, en particular, en el ámbito de la ciberseguridad?

Efectivamente, el sector tecnológico y el industrial escasea de talento femenino. Si nos centramos en la parte industrial, que representa un 23,9% del PIB de Euskadi, solo el 21% de las trabajadoras son mujeres, cuando suponen el 44% de la población activa en el País Vasco. Esto quiere decir que todavía nos queda mucho trabajo por hacer, porque la presencia de mujeres es, además, un factor de competitividad. En el sector de ciberseguridad la brecha es aún mayor: en el Estado solo entre un 10% y un 15% de los profesionales son mujeres. Creo que venimos de unos años en los que la ciberseguridad se relacionaba con una imagen menos positiva, la de un ‘friki’ con capucha que no sale de casa o, incluso, la de un ‘hacker’. Una imagen, por tanto, muy alejada de lo femenino. Por ello, considero que es imprescindible trabajar desde edades tempranas para que las chicas tengan referentes mujeres en las que poder mirarse y que sean conscientes de que las salidas tecnológicas e industriales también son para ellas. 

¿Cuáles considera que son las barreras principales para las mujeres que ingresan en esta industria y qué se podría hacer para superarlas?

Tenemos que hacer un gran trabajo en la definición de políticas de convivencia en las empresas, políticas de flexibilidad, de compatibilidad de la vida laboral y personal y de teletrabajo. Para muchas mujeres hay un momento en que la maternidad entra en juego y nos planteamos cómo podemos compaginar esos dos mundos. Una de las grandes barreras que nos ponemos es precisamente si vamos a ser capaces de compatibilizar esas dos parcelas tan importantes de nuestras vidas. Y lo somos, pero necesitamos de esas políticas. 

"Tenemos que hacer un gran trabajo en la definición de políticas de convivencia en las empresas, políticas de flexibilidad, de compatibilidad de la vida laboral y personal y de teletrabajo"

¿Cómo abordan estos desafíos desde Ziur?

Desde ZIUR también ponemos nuestro granito de arena en este sentido. Afortunadamente, la figura de la directora general del centro que yo misma ostento ya da una imagen de que una mujer puede estar en el sector de la ciberseguridad. Yo, que empecé en cargos más técnicos, he alcanzado puestos de responsabilidad y es una imagen que se debe trasladar. Desde ZIUR participamos en diferentes iniciativas como pueden ser ‘Woman for Cybers’, un colectivo con presencia en todo el mundo que intenta promover y dar herramientas a todas las mujeres que están intentando emprender y trabajar en la ciberseguridad. Además, somos socios de Aspegi, la asociación guipuzcoana de mujeres empresarias, que busca también aumentar el número de mujeres emprendedoras y directivas.

¿Qué cambios se han producido en términos de inclusión y diversidad en los últimos años?

Creo que son abrumadores. De hecho, hay una intención clara y activa de las empresas por intentar promover esa inclusión del talento femenino, tanto siendo más cuidadosos en el proceso de selección como buscando el talento interno. Sin embargo, no podemos relajarnos. Estamos en un momento social y mundial muy complicado, con un presidente de Estados Unidos que está pidiendo a los países, entre ellos a España, que eliminen cualquier política de inclusión e igualdad. Incluso, la Embajada americana en España les está solicitando a sus proveedores que confirmen y demuestren que no tienen implantadas este tipo de políticas. Esto, por tanto, es una llamada de atención. Sabemos que en momentos de crisis las mujeres somos las que más riesgo tenemos de perder los derechos que hemos adquirido. Por lo tanto, hay que seguir trabajando.

"Todavía nos queda mucho trabajo por hacer, porque la presencia de mujeres es, además, un factor de competitividad"

¿Cómo se puede mejorar la visibilidad de mujeres referentes en la industria?

Debemos hacer mucha labor de comunicación, bajar a edades tempranas, antes de que la niña comience a decidir su futuro laboral. Tenemos que trabajar con el sector educativo, con ikastolas y colegios, para que las niñas nos encuentren rápido. Creo que es fundamental realizar labores de mentoring, trabajar la colaboración público-privada, y lograr que la niña mire fuera y encuentre rápidamente a su referente mujer también en la industria. A nivel individual y familiar tenemos que tener cuidado con no ser nosotras mismas las que ponemos barreras a nuestras hijas. No debemos dudar de su capacidad. 

"Debemos hacer mucha labor de comunicación, bajar a edades tempranas, antes de que la niña comience a decidir su futuro laboral. Tenemos que trabajar con el sector educativo, con ikastolas y colegios, para que las niñas nos encuentren rápido"

  ¿Cómo se puede mejorar la representación femenina en las áreas STEM?

Bajo mi propia experiencia creo que quizá debamos replantearnos que las sesiones y visitas que se realizan al mercado laboral en las últimas etapas de ESO y Bachillerato llegan demasiado tarde. Además, tenemos que hacer un esfuerzo para que las formaciones STEM les resulten agradables, atractivas y más cercanas a su mundo. Y tenemos que tener cuidado con los sesgos genéricos, que son culturales. En los años 80 y 90, había una gran presencia de mujeres estudiando informática o matemáticas. Cuando en la universidad se cambió el nombre de ‘Licenciatura en Informática’ a ‘Ingeniería informática’ se redujo considerablemente la presencia femenina, cayendo al 16% del alumnado en España y al 19% en Euskadi. Estas cuestiones hay que tratarlas con mucho cuidado. 

 ¿Qué consejos le daría a las mujeres que están pensando desarrollar su carrera profesional en el mundo de la ciberseguridad?

 Que lo hagan porque, aunque la mayoría de equipos de ciberseguridad en la actualidad están compuestos por hombres, las empresas son cada vez más conscientes de que contar con mujeres en sus filas es un factor de competitividad. Y lo es porque conseguimos que los equipos sean más ricos y multidisciplinares en todas las facetas, incluida la del género. Estamos en un buen momento, hay muchísimas salidas en este ámbito y estoy segura de que cualquier mujer que se vaya a dedicar a la ciberseguridad va a encontrar un trabajo que se adapte a sus gustos. Además, el sector tecnológico es cada vez más flexible, hay muchas posibilidades de teletrabajo y esto facilita que, en momentos vitales de la vida de una mujer, se pueda compatibilizar la carrera profesional con la personal.