Gana la apuesta vasca por Talgo. Tras una semana de negociaciones frenéticas, el consorcio encabezado por Sidenor ha alcanzado este viernes un principio de acuerdo con Trilantic para hacerse con el 29,76% de sus acciones. Tras la retirada de la carrera de las empresas extranjeras, el camino estaba despejado para el grupo siderúrgico presidido por José Antonio Jainaga –la apuesta firme tanto del Gobierno español como del vasco–, y el pacto se alcanzó el mismo día que terminaba el plazo dado por el fondo británico, principal accionista de la compañía y que lleva años queriendo salir de ella, para recibir ofertas.

Ha ganado la propuesta de Sidenor, pero con cambios de última hora a favor de Trilantic: el precio de la operación seguirá siendo de 4,15 euros por acción como pago fijo, pero la parte variable podría subir hasta los 0,85 euros por título, lo que sumarían finalmente los 5 euros que quería el fondo británico. Este acuerdo eleva la operación a los 184,3 millones de euros, por encima de los 177 millones que estaban sobre la mesa desde el 6 de febrero. "Es la salida de un fondo extranjero y la llegada de capital local para asegurar el arraigo y el desarrollo de Talgo", se felicitó el consejero de Industria, Mikel Jauregi, en una comparecencia ante los medios tras un día de muchos movimientos.

Jauregi estaba exultante. No es para menos. Esta es una victoria para el Gobierno vasco, que se ha involucrado de lleno esta operación a través de su fondo de inversión Finkatuz. "Es una muy buena noticia. Gana Araba y gana Euskadi", resumió. El deseo del consorcio vasco es que la sede social de Talgo vuelva a la CAV, un compromiso que volvió a expresar ayer Jauregi, aunque recordó que la decisión final depende del consejo del fabricante de trenes.

Un retorno –la empresa salió de Euskadi en los años 70 por amenazas de ETA– que el diputado general de Araba, Ramiro González, daba por seguro. "Talgo es una empresa con corazón y alma alaveses y el retorno del centro de decisión a nuestro territorio supone recuperar una de nuestras señas de identidad industriales", manifestó.

El precio del acuerdo está estructurado en dos tramos: un primero de 153 millones de euros –la parte fija–, que se pagarán en los próximos días, y un segundo variable que dependerá del cumplimiento del plan de negocio de Talgo en 2027 y 2028. Este segundo desembolso no llegaría antes de 2029.

El de este viernes es un acuerdo sobre los términos económicos. Según Jauregi, llevará otras dos semanas aproximadamente terminar de cerrarlo y que las acciones pasen a manos de Sidenor. "El variable es muy normal que se haga en este tipo de operaciones donde hay una diferencia de entendimiento en el precio original. Es un precio a futuro, con una convicción de que la empresa va a ir mejor y también la acción va a ir mejor", explicó el consejero, quien detalló que todavía están negociando "los últimos flecos".

Satisfacción en Euskadi

También el lehendakari, Imanol Pradales, se felicitó por un acuerdo que busca "enraizar Talgo en Euskadi". "Este es un buen ejemplo de cómo alinear las capacidades financieras vascas para hacer realidad proyectos industriales estratégicos para nuestro país, haciéndolo desde una visión colectiva, aprovechando nuestra cultura de colaboración público-privada, gracias al compromiso y la apuesta personal de un empresario industrial, y con un proyecto de futuro en el horizonte", apuntó. 

"La oferta del consorcio vasco ha demostrado su capacidad para competir ante terceros y movilizar capital público y privado en una apuesta industrial de país", añadió. "La defensa de la industria vasca ha sido, es y seguirá siendo una prioridad de primer nivel en la política económica del Gobierno vasco. Nuestro bienestar actual y futuro nos van en ello", concluyó.

La noticia de este principio de acuerdo, y sobre todo de que sea de la mano del consorcio vasco encabezado por Sidenor, también fue recibida con satisfacción entre la plantilla de Talgo en Rivabellosa. Kepa Alcaine, representante de CCOO en el comité de empresa de la factoría alavesa, reconoció que esta operación "aportará tranquilidad". "No es lo mismo que te compre una empresa húngara, con la posibilidad de que copie la tecnología y se la lleve a otro sitio, a que te compre una empresa vasca y que cuenta con el apoyo de los gobiernos vasco y central", añadió. "Lo que está claro es que la incertidumbre no es buena para nadie", indicó Alcaine.

En efecto, esta una buena noticia para los 700 trabajadores de la fábrica de Ribavellosa y para las 5.000 personas cuyo empleo depende de la empresa tractora, que cuenta con 400 suministradores. "Desde el Gobierno vasco, esta es una apuesta clara por el arraigo y la industria", reiteró Jauregi.

"Es la salida de un fondo extranjero y la llegada de capital local para asegurar el arraigo de Talgo"

Mikel Jauregi - Consejero de Industria

La operación de Sidenor va acompañada, además de por el Gobierno vasco, por las fundaciones BBK y Vital. En el acuerdo cerrado hace unas semanas por los socios vascos se recoge que el grupo siderúrgico, el Ejecutivo vasco y BBK realizarán una aportación inicial de 45 millones de euros cada uno, mientras que Vital pagará unos 20 millones. Pero llegar a esta punto no ha sido un camino sencillo y si se ha logrado es también por la presión que ha ejercido el Gobierno español, que en un primer momento vetó la opa de la húngara Ganz-MaVag por el 100% de la compañía. Y, ante el interés de la empresa estatal polaca Pesa, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, recordó esta misma semana en Varsovia que su Ejecutivo tenía capacidad de veto. Un aviso a navegantes que surtió efecto y desanimó tanto a la compañía europea como a la india Jupiter Wagons.

"La oferta del consorcio vasco ha demostrado su capacidad para competir y movilizar capital"

Imanol Pradales - Lehendakari

"Se ha jugado la partida y hemos llegado a buen término, es algo que debemos celebrar, no solamente por las personas que están implicadas en Talgo y las personas impactadas. Esto supone también un cambio de paradigma porque ahora somos nosotros, con nuestro propio capital, que estamos sacando al capital extranjero que venía por otros motivos", se felicitó el consejero de Industria en sus declaraciones a los medios. Una vez alcanzado el acuerdo, lo importante a partir de ahora será avanzar en un plan industrial para Talgo que es vital para garantizar el futuro de la compañía.

Movimientos

El de hoy ha sido un día de intensas negociaciones y muchos movimientos. Por la mañana se conoció que la inversora Torreal, propiedad del empresario Juan Abelló, salía definitivamente de Pegaso, la sociedad en la que compartía el 40% del capital de Talgo con Trilantic y la familia Oriol a través de un pacto parasocial, lo que le ha permitido que aflore su 3,5% de forma directa.

Pero, además, se comunicaba una nueva baja en el consejo de accionistas. Salía una figura relevante en la historia reciente de Talgo: José María Oriol, vicepresidente no ejecutivo con categoría de externo, y que fue consejero delegado entre 2005 y 2020. Ya el martes, los consejeros Francisco Javier Bañón y Javier Fernando Olascoaga, ambos con categoría de dominicales y en representación de Trilantic, también presentaron su dimisión "irrevocable" como miembros del consejo de administración ante la inminencia de la operación de venta. Y también lo hizo el consejero dominical Pedro Manuel del Corro García-Lomas, en este caso en representación de Torreal.