Discutir los planes de cooperación energética fue, a priori, el objetivo de la reunión que mantuvo la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, que empezó a ejercer su nueva cartera de ministra del Petróleo, con el director de la unidad de Negocios de Repsol en Venezuela, Luis Antonio García Sánchez, una cita en plena crisis diplomática con España y que sirve para rebajar la tensión días después de que el gobierno de Nicolás Maduro pidiera “que se rompan de inmediato” todas las relaciones comerciales. Escenificaron así la exclusión del petróleo de cualquier represalia. Un portavoz oficial del grupo español declinó hacer comentarios sobre la reunión, que se produjo a iniciativa de Rodríguez. El tono cordial de la vicepresidenta con Repsol contrasta radicalmente con el teórico enfado del Gobierno venezolano con la titular de Defensa de España, Margarita Robles, por calificar su régimen de “dictadura”. En Repsol se ciñeron a que están presentes allí desde 1993 y “mantiene desde entonces un compromiso con los venezolanos y un respeto”.

“Nuestro país sigue avanzando en sus planes de cooperación energética y en las alianzas con empresas que, como Repsol, confían e invierten en la primera reserva petrolera del mundo”, señaló Rodríguez, citada en una nota de prensa del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), que transmitió imágenes del encuentro sobre el cual no se ofrecieron mayores detalles sobre lo conversado. Según la VTV, la “sinergia” entre Venezuela y Repsol refuerza el compromiso de la nación caribeña de “consolidar su posición como líder en el mercado energético global, para promover el desarrollo y la estabilidad económica a través de alianzas estratégicas y cooperación internacional”.

Repsol es la multinacional española con una mayor actividad en Venezuela. La energética desembarcó en el país caribeño en 1993 y desde entonces ha centrado su actividad en al extracción de petróleo y gas. La deuda acumulada históricamente es alta. La compañía está generando gas junto a la italiana Eni, al 50%, desde el yacimiento de Cardón IV, una explotación autorizada por el gobierno venezolano. Este trabajo es esencial para la población del país, ya que permite que las localidades, familias y empresas puedan disponer de la energía necesaria.

Este encuentro se produjo dos días después de que el presidente del Parlamento venezolano, el chavista Jorge Rodríguez, pidiera a la Comisión de Política Exterior una reunión inmediata para elaborar una resolución que la plenaria “apruebe de manera perentoria” para solicitar “al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que se rompan de inmediato todas las relaciones” con España. La propuesta surgió luego de que el Congreso español aprobara reconocer al opositor Edmundo González como presidente electo.

Embajador

El pasado viernes el embajador de España en Venezuela, Ramón Santos, se reunió con el canciller de la nación caribeña, Yván Gil, tras haber sido llamado a consultas, al considerar el Ejecutivo de Maduro que se ha producido un deterioro en las relaciones por la “injerencia” de miembros del Gobierno de Sánchez en asuntos del país caribeño, que la nación petrolera “no permitirá”. Santos acudió a la cita en la sede de la cartera de Exteriores, en Caracas, a instancias de Gil, quien calificó el día anterior como “insolentes, injerencistas y groseras” las declaraciones de Robles. La reunión con Repsol parece haber rebajado la pulsión expuesta tras acoger España a Edmundo González.