El Gobierno Vasco, las tres diputaciones forales y los ayuntamientos, a través de Eudel, pusieron ayer su firma en un nuevo récord de recaudación en la CAV en 2023, el tercero consecutivo. Por primera vez, las haciendas vascas han superado la barrera de los 18.000 millones de euros y lo más importante es que afrontan este año con la previsión de otro récord, más de 19.000 millones en un contexto de “suave recuperación de la economía”.

Además, tras comprobar que el modelo tributario “funciona”, las administraciones vascas encaran este año un proceso de retoques fiscales centrado en dar respuesta a los retos del país: demografía, vivienda, transición económica e igualdad de genero, entre otros.

El ritmo de las modificaciones lo marcará Gipuzkoa, en cuyas juntas, por unanimidad, se ha puesto en marcha una ponencia que analiza el sistema actual. Será una piedra de toque en torno a los apoyos de los cambios. El Gobierno de coalición PNV-PSE cuenta con mayoría en Bizkaia, pero no en Gipuzkoa y Araba. De modo que Gipuzkoa será un banco de pruebas clave del respaldo de una reforma de baja intensidad que deberá contar con el visto bueno del Órgano de Coordinación Tributaria, que ya está trabajando en la materia.

Las administraciones vascas se reunieron ayer en el Consejo de Finanzas, que tuvo la sal de la emotividad al ser el último que preside el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu. A puerta cerrada y ante los medios de comunicación, los diputados generales y la presidenta de Eudel reconocieron el liderazgo de Azpiazu en las dos legislaturas en las que ha ocupado la cartera financiera del Ejecutivo autónomo. Ocho años en los que ha tenido que ejercer de mediador ante las demandas de cada territorio con la vista puesta en el bien común: los recursos que recibe el Gobierno Vasco de las diputaciones.

Todo ello en un contexto marcado por la recuperación de la crisis financiera de 2008 y el muro de la pandemia. Palabras mayores que la economía vasca y el sistema de financiación público del país han superado con nota.

Los números ponen de manifiesto la buena salud del modelo, siempre sujeto a su adaptación a los cambios sociales y, por extensión, al apoyo a las familias y empresas. En esta línea, las diputaciones mostraron su confianza en el futuro y remarcaron las cifras récord también en el mercado laboral, las exportaciones de las empresas o el consumo.

Ligero repunte de la previsión

En relación al cierre del ejercicio 2023, en el que la recaudación creció un 6,3%, ocho décimas más de lo previsto, el consejero Pedro Azpiazu matizó que se trata de un dato que no mueve el molino: “Como dirían las madres, hay tantas necesidades que cualquier incremento es poco”. Así, recordó que se han ingresado sólo 132 millones de euros más de lo que se esperaba, “que se reparten entre las instituciones” y que deja por tanto poco margen para cada una de ellas.

De cara al futuro, Azpiazu aseguró que Euskadi está “en una senda de crecimiento económico que permitirá todavía crear empleo, con unas tasas envidiables que irán mejorando. Va a ser un crecimiento como el de 2023 o mejor”, en referencia a este año. Por ello, las administraciones vascas destacaron que “no hay que tener prisa” con la reforma, aunque será este año. Primero hay que esperar a que termine la ponencia en las Juntas de Gipuzkoa –que acaba de empezar a trabajar– para luego armonizar los cambios y hacerlos con consenso.

Tampoco hubo novedades sobre cuándo empezar a aplicar el aumento del mínimo exento de pagar en el IRPF, que actualmente es de 14.000 euros, para adaptarlo al incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y favorecer a las rentas más bajas, de manera que la subida del salario no se la coma Hacienda. No habrá que tocar la tarifa del IRPF y el ajuste para los que menos ingresos tienen se realizará lo antes posible.

Eider Mendoza, diputada general de Gipuzkoa, subrayó que 2023 fue “un buen año en lo económico, con un 5,4 % de paro, las cifras son positivas a pesar de la incertidumbre”.

El objetivo es, detalló la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, “ayudar a resolver los problemas de la ciudadanía”. En esa línea, los actuales niveles de recaudación son un “buen punto de partida” para, con las modificaciones que se decidan en el Órgano de Coordinación Tributaria, sentar las bases para aliviar las urgencias de las familias, incentivar el consumo y la actividad económica en general. Todo ello desde la “prudencia” y el “uso responsable e inteligente de nuestra fiscalidad”. “Estamos bien y aspiramos a seguir mejorando”, indicó Etxanobe.

El diputado general de Araba, Ramiro González, señaló que fue “un año condicionado por un entorno difícil, de incertidumbre, ante el que la economía alavesa ha demostrado su fortaleza”. La presidenta de los municipios vascos (Eudel), Esther Apraiz, destacó la importancia de la suficiencia financiera de los ayuntamientos, que en los próximos años tendrán nuevas competencias.

El consejero Azpiazu se despidió tras un ciclo con “situaciones de diversa índole, cada cual más compleja”. “He de agradecer la altura de miras con la que todas las instituciones vascas hemos sabido afrontarlas, con coraje y mucha responsabilidad”, remarcó.

529 millones, inversión interinstitucional

  • Apuestas estratégicas. En la reunión del CVF también se abordó ayer la marcha del Plan Interinstitucional de Inversiones Estratégicas, que prevé un gasto de 528,8 millones de 2022 al 2024. De ese dinero, el año pasado se invirtieron 153 millones, de los que 96 fueron a las diputaciones: 16 millones a Araba, 48 a Bizkaia y 32 a Gipuzkoa. El fondo general de ajuste, que se activa cuando un territorio no llega al 99% de lo que debe aportar, contará con 135,6 millones en 2023. De ese dinero 58,8 millones serán para Araba y 76,8 para Gipuzkoa. De cara a este año la previsión de ingresos es que se recauden 19.000 millones: 2.960 en Araba, 9.829 en Bizkaia y 6.210 en Gipuzkoa.