En contraste con la situación de estancamiento en el mercado de depósitos, la captación de deuda pública atraviesa un momento de inusitado auge. Los inversores particulares están mostrando gran interés por la compra de letras y bonos del Tesoro Público dada su alta rentabilidad, que ha ido creciendo desde inicios de 2022. Actualmente, la rentabilidad marginal de las letras a seis y doce meses se aproximan al 3%, porcentajes bastante más elevados que los ofrecidos en productos tradicionales de ahorro. Las largas colas observadas en las últimas semanas en las sedes, tanto centrales como territoriales, del Banco de España han avivado, a su vez, el interés por la adquisición de estos títulos de deuda pública.

Se trata de una inversión “refugio”, explica Begoña Alfaro. “Hasta ahora estaban referenciadas a un tipo negativo, pero las subidas del precio del dinero dictadas por el BCE se han convertido en una opción más a tener en cuenta y de carácter más seguro, ya que el Estado es el que garantiza la rentabilidad”, añade la delegada territorial de EFPA.

RENTABILIDAD

Estos títulos pueden adquirirse también a través de las propias entidades. Alfaro recomienda consultar con servicios de asesoría financiera y recuerda que, de todas maneras, “toda inversión tiene un riesgo”. España es uno de los países en el que los ciudadanos poseen menos deuda pública, apenas el 0,2% del total, según datos del año 2022 del propio Tesoro y Eurostat. En este sentido, la media europea es del 3,8%, con países como Portugal en el que los ahorradores minoritarios poseen hasta el 13,2% de la deuda pública emitida por el Estado luso.