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El principal reto de la industria europea es el precio energético, según Gentiloni

El comisario europeo de Economía defiende que las ayudas no sean universales

El principal reto de la industria europea es el precio energético, según Gentiloni

El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, afirmó ayer en el Foro Económico Mundial de Davos que el principal “desafío competitivo” de la industria europea emana de la “desventaja de precios energéticos” a la que se enfrentan las empresas del bloque. “Estamos hablando mucho de la IRA (la ley estadounidense de Reducción de la Inflación), pero el desafío competitivo para nuestra industria viene antes de todo por la desventaja en precios energéticos”, señaló el italiano en un panel de discusión sobre la política fiscal en un momento como el actual.

A juicio del político italiano, el hecho de que los precios de la energía en Europa sean más altos es un “reto real” para los Estados miembros de la UE porque el club comunitario ha sido “muy firme” reclamando y aprobando paquetes legislativos para acelerar la transición verde, algo que también puede afectar a la competitividad industrial.

“Si tienes esta presión de regulación, principalmente sobre el sector privado, y al mismo tiempo esta desventaja en precios, puede generar una preocupación de competitividad”, remarcó el titular de Economía del Ejecutivo comunitario. Gentiloni participó en una mesa de debate titulada Expansión fiscal, ¿una vuelta deseada o una bomba de relojería? y en su intervención inicial explicó que el objetivo del bloque al respecto es “evitar que la política fiscal compita con la política monetaria”, una tarea que es “fácil de decir pero no tanto de poner en práctica”.

En este contexto, defendió la necesidad de que los gobiernos europeos modifiquen el enfoque de sus medidas de apoyo a hogares y empresas para que, en lugar de ser universales y sin límite de tiempo, se focalicen en los colectivos más vulnerables y estén acotadas en el calendario para reducir la carga sobre las finanzas públicas y no alimentar el crecimiento de los precios.

“No es fácil retirar estas medidas desde el punto de vista social, pero cuanto más tiempo sigan siendo universales, más riesgo hay al retirarlas”, explicó el italiano, para después añadir que si las medidas se quitan “demasiado tarde” puede provocar una nueva subida de la inflación. Por otro lado, Gentiloni instó a mantener un “buen nivel” de inversiones públicas, sobre todo en “áreas estratégicas”, una recomendación que seguirán los Estados miembros según consta en sus presupuestos para 2023 y es “exactamente lo contrario a lo que pasó tras la crisis financiera” de hace una década, cuando la inversión pública se contrajo.

Gentiloni subrayó que la crisis generada por la guerra de Ucrania tiene un “impacto asimétrico” que es mayor en la economía europea que en las de Estados Unidos, Japón o Canadá, por lo que la UE tiene que “trabajar en su competitividad, pero no con un Fondo de Recuperación 2”. En este sentido, defendió en primer lugar implementar el fondo de 800.000 millones de euros que ya existe, y al mismo tiempo identificar aquellos objetivos donde sea “fundamental apoyar con una dimensión europea”.

En el panel también participó la directora adjunta del FMI, Gita Gopinath, quien instó a los países a “ser coherentes” con sus medidas para rebajar la inflación mediante una política fiscal que “como mínimo no debe ser expansiva a nivel general”. La economista también recomendó a los gobiernos mundiales en este contexto garantizar que las decisiones que adopten para aliviar el impacto de la inflación protejan a los colectivos más vulnerables, en especial de las subidas de la energía y los alimentos.

Por último, Gopinath consideró “absolutamente esencial” que los países comuniquen un “marco fiscal sólido” a medio plazo que demuestre una senda a la baja de la deuda y permita construir colchones fiscales para el futuro.